parte única

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Ruby se encontraba sobre el sillón de su sala, mirando el piso con una expresión de aburrimiento.
Frente a ella estaba Dia, quien degustaba un delicioso pudin, sin dirigirle la mirada.
Tosió, en un intento por llamar la atención de su hermana, sin embargo, no resultó.
Suspiró, claramente cansada.

-onee-chan- habló, acercándose.

-¿sí, Ruby?-

-¿tú...- suspiró. -¿tú me quieres?-

La mayor se sorprendió.

-claro que te quiero, eres mi hermana-

-no... no hablaba de eso...-

-¿entonces de qué?- la miró, confundiendose.

-nada- soltó sin más, alejándose.

Abandonó por completo el lugar antes de que la mayor pudiera pedir explicaciones.

-no te hagas la tonta, onee-chan- susurró. -sé que entendiste perfectamente lo que te dije-

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La menor se hallaba acomodandose sobre su cama.

Se encontraba notablemente inquieta, cosa que su hermana no pudo pasar por alto mientras acomodaba una bolsa de dormir sobre el piso.

-¿qué pasa, Ruby?- se le acercó.

-no es nada- se volteó, dándole la espalda.

-dime- se sentó a su lado sobre la cama.

-te digo que no es nada-

¿que si no era nada? Esto era claramente una mentira.
Ruby se pasó todo el día tratando de llamar la atención de su hermana para convivir con ella, y esta pasó por alto aquellos intentos, esto obviamente la tenía molesta.

-estoy cansada- soltó sin pensar.

-¿cansada?

Asintió.

-estoy cansada de que me trates como a una niña, de que finjas demencia cuando trato de mostrarte mis sentimientos- de un momento a otro se abalanzó sobre ella, quedando encima. -de que ignores lo que sienti por ti-

Sin dejar que la mayor respondiera, Ruby procedió a unir sus labios con los de esta, formando así un suave e inexperto beso, que para sorpresa de la pelirroja, fue correspondido instantáneamente.

Al separarse la pelirroja la empujó hacia la cama, acomodandose sobre ella y sujetando su ropa para retirarla.

-t-también ha sido... difícil para mí, ¿s-sabes..?-

La abrazó al quitarle la blusa.

-Ruby, te amo- la miró. -te amo tanto que no hay momento en el que no piense en ti y en lo linda que eres- la acomodó, mirándola fijamente. -tanto que todos los días me maldigo por pensar en ti de manera tan asquerosa y enfermiza-

Se acercó aún más a ella, quedando a pocos centímetros de su rostro.

-tanto que ahora mismo quiero tocarte-

Se acercó a su hermanita y comenzó a besar su cuello, lamiendo y succionando como si su vida dependiera de ello.
La menor mordió su labio inferior, en un intento desesperado de soportar aquella sensación y mantener inaudibles los sonidos que emitía.

Dia sujetó con fuerza los brazos de su hermana, buscando inmovilizarla.

-quiero escucharte- habló.

Asintió, dejando de morderse.
La mayor procedió a acercarse al pecho desnudo de su contraria, acariciando y posteriormente chupando uno de los pezones de su hermana.
Esta acción provocó que Ruby soltara gemidos notablemente sonoros y comenzara a estremecerse por aquella sensación de placer que sentía.
Detuvo aquel movimiento y procedió a masajear utilizando ambas manos.

Aquellos gemidos que su hermana emitía fueron callados, pues Dia besó a la pequeña con algo de desesperación.
Al separarse comenzó a acariciar la zona íntima de la pelirroja, provocando que las piernas de esta se contraigan por impulso, mas esto no evitó que pudiera simplemente separarlas nuevamente para continuar su labor.
Retiró la ropa interior de Ruby, quien solo esperaba pacientemente a que su hermana diera el paso.

No pudo evitar sonreír al notar que toda aquella zona se encontraba húmeda, esto significaba que debía hacerse responsable por lo que había hecho hasta ahora con la menor.

-t-ten cuidado...- susurró esta.

Asintió, introduciendo lentamente ambos de sus dedos en su entrada, causando que esta comenzara a temblar y gemir suavemente por la sensación.
Sintiendo como su propio cuerpo se calentaba, procedió a empujar ambos dedos con fuerza dentro de la pelirroja, formando así embestidas que sacaban fuertes quejidos de parte de la menor.
Luego de un rato de repetir aquella secuencia, finalmente retiró su mano del interior de la menor, quien se apagó exhausta.

Dia notó que su propia zona íntima también necesitaba atención después de todo, por lo que se dispuso a arreglarlo, mas una mano la detuvo al instante.

-te ayudaré- soltó la menor.

Acostándose sobre su hermana y desvistiendola con agilidad, hizo su mayor esfuerzo por complacer a la pelinegra.
Se podría decir que esa fue una noche cansada para las hermanas Kurosawa.

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Ambas hermanas se hallaban en la sala solo que en esta ocasión se encontraban juntas
Ruby reposaba alegremente sobre el regazo de su amada hermana.

-lamento haberte ignorado, Ruby-

-no hay problema, lo entiendo- sonrió.

-de ahora en adelante las cosas serán distintas la miró. -haremos más cosas que te hagan sentir bien-

La acarició.

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2019 ⏰

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No Te Hagas La Tonta, Onee-chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora