*
Aquella noche no era una noche cualquiera, era cálida.
Aquella noche no tenía estrellas, tan solo luna.
Estoy seguro de que no te imaginas en absoluto una noche como aquella.
Húmeda y solitaria, sin una alma que la cuide.
Aquella no era una noche cualquiera ni mucho menos.
Aquella era su noche, era su nombre y apellido.
*Cuando más lo deseas, más se aleja de ti. O al menos eso era lo que pensaba "él" cuando "ella" lo miraba, con ojos de cristal en los que se reflejaba la noche desestrellada, desde la otra punta del bar "El Mesón de Copas".
¿Cómo aguantar tal presión que emergía hacía su pecho como si de un asteroide se tratase? Era casi imposible se soportar la soledad.
"Él" estaba decidido a atacar" Pero no en ese momento de la noche.
"Él" observaba detenidamente mientras "ella" pedía una copa de "Martini" en la barra, tal vez para ella o para una amiga.
¿Cómo soportar tal presión en su pecho? Esa idea era repetidamente planteada en la cabeza de "él" mientras se acercaba lentamente hacia la otra punta del bar, que, a pesar del simple hecho de ser una bar, se mantenía pulcro y cuidado. Sus paredes de madera refinada se encontraban en perfecto estado y no chirriaban de repulsión al aguantar los cuerpos pesados de tres borrachos que tomaban cerveza sin parar, por no hablar del suelo y el techo (ni muy bajo ni muy alto), que se mantenían como el primero de los días de aquel bar.
"Él" ahora estaba a tres pasos de su víctima, a tres míseros pasos, cuando observó la puerta de roble oscuro de calidad, que protegía el bar de manera eficaz. A demás tenía una pequeña ventana circular con barras de acero inoxidable, por donde se veía la calle en la aquella noche inimaginable.
A dos pasos de la víctima, las pequeñas mesas de plástico, repartidas de manera precisa por todo el bar, llamaros la atención de "él", que admiró al dueño del bar en ese instante, por haber mantenido, lo que significaba para "él" una casa más, donde cazaría a su presa, de la cual se posicionaba a un solo paso. "Ella", tan bella como siempre, se sentaba con un par de amigas en la barra del bar. Su pelo rojo se veía reflejado en el vaso de supuesto "Martini" y sus ojos azules contrastaban con su tono de piel claro y sus mejillas sonrojadas, seguramente por el colorete, o tal vez por la temperatura caliente del ambiente, ya que le bar carecía de sistema acondicionador; Su vestido negro y sus tacones del mismo color, llamaban a "él" a atacar.
Su perfume era culpable, era culpable de haberlo atraído hasta "ella", tal y como el canto de las sirenas.-Buenas noches.
"Ella se quedó mirando la expresión segura en la cara de "él", era notable que no era, ni mucho menos, su primera vez haciendo eso.
-Serán buenas para ti-. Respondió "ella" de manera cortante, pero con una sonrisa pícara mientras sus amigas intentaban escuchar todo lo que pasaba entre "ellos"-. Pero bueno, ahora estoy intentando mejorarla con mis amigas, así que si no te importa...
Sus amigas pusieron cara de sorpresa, "él" tampoco se lo esperaba.
-¿La noche no va como esperabas? Suele pasar, y, como siempre, aquí acabo, pero creo que ambos podemos arreglar nuestra noche.
Bien hecho.
-Así que quieres un final feliz para hoy, ¿Qué propones?-. Preguntó desafiante con interés creciente por "él".
-Mmm, propongo invitarte a otra copa y...-. Vaciló.
-¿Y...?
-Invitarte también a ver mi casa.
"Él" sabía que se arriesgaba preguntando aquello.
- Lo siento, pero he venido con mis amigas y no quie...
-"Ella" se va a ir contigo porque a nosotras no-nos-im-por-ta-.Las amigas la interrumpieron de repente. Estaba claro que eran muy buenas amigas, de las mejores.
-Vale, me voy contigo, pero promete que me darás alcohol cuando lleguemos-. "Ella no parecía estar contenta con la idea de ir a la casa de un extraño, pero aceptó.
Y así comenzó la noche de "él" y de "ella", aquella noche, tan cálida y húmeda hasta las entrañas, acabo siendo una buena noche. Y "ellos" charlaron, se besaron, y charlaron, e hicieron otras cosas durante aquella noche.
Aquella noche buena, era una buena noche.Aunque no para todos.
Aquella noche fue...¿Cómo decirlo?...Un, sí, sí, un infierno para tres borreguillos desgraciados, que, por desgracia, sufrieron su ira.
La más bella de las iras, he de decir. Llena de odio y pena.
Su ira, que repleta de sentimiento, perseguía a aquellos pobres borreguillos a lo largo de las oficinas de "Cuantum Intermonetary Company" también conocida como "CIC".
Pero es imposible, es imposible escapar de algo tan grande, algo tan fuerte, algo tan... Espléndido, poderoso...
Un sentimiento.
Los borreguillos corrían y gritaban de terror por los pasillos de terror, pero ¿A qué tener miedo? Al fin de al cabo todo acaba en un momento dado de la vida.
Todo acaba . Siempre.
Quizá no en el momento deseado, pero acaba.
Tal y como hicieron las vidas de aquellos tres borreguillos llamados personas o empresarios. ¿Y que culpa tenían ellos? Pues la verdad es que nadie lo sabe, nadie excepto una "persona", una capaz de neutralizar todas sus emociones y proyectadas en un solo y único sentimiento. La ira, el odio o, tal vez, la pena...Aquella noche, tres empresarios murieron. Pero ¿Qué culpa tenían ellos? Solo alguien lo sabía, la noche lo sabía, la luna lo sabía. La Rosa lo sabía.
La Rosa Asesina lo sabía.
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La Rosa Asesina
Mystery / ThrillerLa Rosa Asesina, una figura que comienza a matar a todos sus objetivos con un propósito desconocido, mientras que Lucas, un policía adicto a las mujeres intenta darle caza. Sin embargo, la noche es más inteligente de lo que parece.