Mientras la mañana se levantaba al compás de la luz, el cuerpo de Lucas Corner iba recuperándose del veneno de la noche.
Los primeros contactos con el día lo hacían despertar de un sueño para nada profundo.
Su brazo contactaba con la piel caliente de otra persona.
A la vez que abría los ojos, más borrosas recordaba las cosas, algo verdaderamente curiosos tal vez para alguien distinto a Lucas, pero no era el caso.
No recordaba prácticamente nada.
El pelo largo y suave, anteriormente apoyado en su hombro, se alzaba junto a este cuando Lucas se levantaba mareado.
El cabello largo y rubio procedente de otra persona se desvanecía entre las sábanas, la almohada y el colchón, creando una sensación enigmática.
Apenas podía distinguir entre el rostro de la mujer que dormía plácidamente y el cojín que sostenía su caveza.
Pronto volvió a la realidad.
La misma mujer yacía en su cama, pero no estaba muerta, solo descansaba.
Sin embargo su respiración era muy lenta, como si intentase no hacer ruido.
Lucas intentó recordar algún detalle de la noche anterior, una noche solitaria sin estrellas. Por algún motivo solo se acordaba de ese detalle. Por algún motivo no tenía ninguna pista de quién era ella, la persona que había en su cama.
Estaba claro que había mantenido relaciones sexuales, Lucas se encontraba desnudo y había manchas de diferente tamaño y formas por todo el colchón.
La noche no había sido como una cualquiera, de esto Lucas estaba seguro.
La mujer se despertaba de su profundo sueño. Sus ojos azules reaccionaban ante los dañinos rastros de la mañana.-Joder, cierra las cortinas- dijo con voz carrasposa.
Aquel comentario indicaba que ella, al contrario que Lucas, recordaba lo que había ocurrido, nadie despertaba en casa ajena y ordenaba cerrar las cortinas con tal confianza.
Lucas se levantó delicadamente de la cama intentando no hacer ruido, sin embargo era inevitable andar silenciosamente entre toda la ropa que había en el suelo. De entre todas esas prendas, colocadas tan aleatoriamente, Lucas pudo identificar sus icónicos calzoncillos granate y atravesados por finas rayas horizontales blancas, aquellos calconcillos eran conocidos por él mismo por dar suerte con las mujeres cada vez que salía los sábados por la tarde. Y la noche anterior no había sido una excepción.
Lucas recurrentemente dudaba si era él el que enamoraba o eran ellas las que caían en sus brazos.
Para muchos, está pregunta no tendría sentido o sería una redundancia, pero dentro de su cabeza todo era coherente.
A pesar de su aspecto un tanto dejado (se notaba que había ido al gimnasio durante varios años pero ahora eso de llevar una vida sana no le parecía una idea rentable) Lucas usualmente cautivaba a la gente, tenía algo que le hacía increíblemente interesante, cada vez que se marchaba, dejaba en la gente una necesidad de saber más sobre él, era similar al efecto de una muestra gratis o un anuncio de televisión. Y no era su vida lo que Le hacía interesante (él tan sólo era un simple policía que se dedicaba a trabajar hasta que llegaba el fin de semana) sino que la forma en la que contaba cual sea la experiencia que estuviese relatando, resultaba fascinante para los oyentes.
Sin embargo esta singularidad normalmente le acababa trayendo problemas como el de esa mañana.
Lucas consiguió llegar al baño después de haber pasado por lo que al él le parecía un campo de minas, era de entender que no quisiera pisar la ropa de una desconocida, pero ahí había demasiada ropa como para ser de una persona.
Mientras se miraba en el espejo, Lucas escuchó una voz de detrás suya.-Parece que el bello durmiente ya se a despertado- dijo soltando una risa pícara.
Durante los breves segundos en los que Lucas se había quedado paralizado mirándose al espejo, no pudo reconocer la voz de su espalda, ni tampoco relacionarla con la de la mujer rubia que dormía en su cama.
Entonces se giró para poder descubrir a la persona. La luz que entraba por la ventana, se deslizaba por el pasillo y llegaba a el baño cegó por un momento a Lucas, que tras estos breves segundos pudo ver a una mujer alta, vestida en ropa interior fina y con el cabello moreno, que combinaba a la perfección con su tono de piel, también de un moreno dorado (parecía un postre de chocolate) . Sus pechos no destacaban por grandeza pero tampoco por ser de talla pequeña, eran bastante básicos pero por algún motivo también destacaban en un rediante esplendor que le atraía de manera mágica. Bajando, sus caderas eran amplias, "perfectas para ser agarradas" pensaba Lucas. Por último, sus piernas eran fuertes pero delgadas a la vez, uno se podía dar cuenta de que practicaba algún tipo de deporte relacionado con estas extremidades (ciclismo, natación, baile o incluso correr).-¿Es que no me viste anoche lo suficiente?-. Dijo entre una risa pícara de nuevo mientras se acercaba lentamente hasta enlazar sus manos detrás de Lucas apoyando sus brazos en los hombros de él.
En aquel momento Lucas se arrepentió de haber nacido con la singularidad que le hacía especial, ya no le bastaba con traer una, ahora le iba más eso de traer dos.
La mujer le dió un beso en la boca a Lucas quién ya no sabía que hacer, ¿Las hechaba a las dos? ¿Les preguntaba sobre lo ocurrido?-¿Qué te ocurre? -. Dijo entre besos. - Parece que te han pegado una paliza.
Lucas se giró de nuevo para verse en el espejo con detalle. En efecto tenía pequeños moratones por toda la cara y un rasguño bajo el ojo.
Entonces preguntó:-¿Ayer llegué a casa con este rasguño?
-A ver, Cariño-. Dijo la mujer desconocida de nuevo en tono pícaro. - Era de noche y tampoco tengo vista nocturna, pere no recuerdo haberte conocido con esos moratones, aunque tengo que reconocer que te ves muy sexy.
Lucas se dió cuenta de que su acento era un tanto exótico, era obvio por su forma de hablar que no era de su país.
-Bueno amor, creo que Debi y yo deberíamos irnos ya.
Debi, ese era el nombre de la rubia con la que había despertado. Al menos ya se iba acercando un poco más a lo que había ocurrido aquella noche.
La mujer desconocida se desató de Lucas y salió de la habitación con el propósito de avisar a Debi.
Aprovechando ese momento de distracción corrió al salón a recoger más pistas de lo ocurrido.
Comenzó buscar rápidamente el DNI de la mujer para averiguar su nombre. Tras remover entre maquillaje, condones y dinero (mucho dinero) encontró el DNI dentro de una cartera de cuero con detalles blancos.
Su nombre era Helena.
Lucas volvió a dejar todo en su sitio cerrando el bolso tal y como estaba antes.
Las dos mujeres, Debi (medio dormida) y Helena, salieron por el pasillo llegando al salón donde se encontraba Lucas, fingiendo que no pasaba nada), sentado en uno de los dos sillones que se dirigían al televisor(dando las noticias). El piso no era especialmente moderno, sin embargo la cocina había sido remodelada hace poco, ya que tenía mueble mucho más novedosos que el resto de la casa.-Lucas, bebé, Debi y yo nos vamos ya que no queremos amarte un lío.
-No pasa nada, ha sido divertido, Helena. - Lucas esbozó una sonrisa, no se había sentido más realizado en su vida.
Sin embargo, Helena se quedó pensativa durante unos segundos, como si estuviese procesando el comentario, posteriormente cogió su bolso y el de la otra mujer y se largó con una sonrisa un tanto falsa mientras agarraba a Debí.
Salieron por la puerta.
Lucas ahora se sentía raro, no entendió la reacción de la mujer ante haber escuchado su nombre.
-Nos llegan alarmantes noticias de última hora. Tres trabajadores de la popular compañía "L.A. Cosmetics" han aparecido brutalmente asesinados esta mañana en la propia sede de esta compañía. Estos tres empresarios, un director de marketing, un responsable operativo y el propio CEO o ejecutivo más específicamente, han aparecido clavados en la pared del tercer piso de esta sede. Los transeúntes se al armaron esta mañana al verlos clavados en la cristalera de ese piso y han avisado a los oficiales que están investigando el caso. Les iremos informando a medida que se desarrolle este atroz asesinato.
Lucas estaba en estado de 'shock' no tenía palabras para describir aquella escena que mostraban en la televisión.
Entonces, se puso el uniforme, cogió el material reglamentario, las llaves, la cartera y mientras se encendía un cigarro, salió corriendo hacia su lugar predilecto, su lugar de oficio.
La comisaría, era hora de trabajar.
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La Rosa Asesina
Mystery / ThrillerLa Rosa Asesina, una figura que comienza a matar a todos sus objetivos con un propósito desconocido, mientras que Lucas, un policía adicto a las mujeres intenta darle caza. Sin embargo, la noche es más inteligente de lo que parece.