Habían pasado un mes desde la última visita de Diego, y Temo lo extrañaba mucho, pues era su mejor amigo, y siempre se la pasaba muy bien con él. Sin embargo, en su última visita le regaló un brazalete para que se acordara de él, que tenía un dije de balón de fútbol y un corazón, también le había regalado algo a Aristóteles, pero su regalo lo había dejado sonrojado e insistió en que Temo no lo viera. Sin duda ese chico era algo especial, y le daba gusto que se llevara bien con Aristóteles, pues él era su mejor amigo.
Hoy, Diana, la directora de la escuela, lo había citado en su oficina, y estaba algo nervioso, pues no había hecho nada malo, así que no entendía porque tendría que ir. No quería meterse en más problemas, quizá Aristóteles había hecho algo, y siempre que Ari estaba en problemas, él estaba involucrado por alguna razón.
Sin embargo, al entrar a la oficina, la directora le sonrió, y vio a un chico, bastante apuesto de ojos color café y cabello castaño en la oficina, un chico que jamás había visto. Aunque eso lo relajaba un poco, pero no entendía que tenía que ver con él, si él no conocía al otro chico, no es como si también pudieran culparlo de lo que sea que haya hecho ese muchacho, ya tenia bastante con ser responsable de Aristóteles.
— Buenos días, Temo, sé que te estarás preguntando qué haces aquí — le dijo Diana, y él asintió —. Quiero pedirte un favor, él es Tomás, se va a incorporar con nosotros, viene de Guadalajara, y también es gay. Así que pensé que podrías contarle de tus experiencias, y darle un recorrido por la escuela. —
— Claro, Diana, yo encantado — Temo le ofreció su mano al otro chico y le sonrió —, un gusto conocerte, Tomás. —
— El gusto es mío, Temo, cuando mi papá me dijo que vendríamos a Oaxaca, nunca pensé que tendría la suerte de conocer a alguien como tú.
— Gracias, Tomás, cuando yo me mudé a Oaxaca, también tenía mucho miedo, dejé muchas cosas atrás en Toluca, sentía que mi vida se había acabado, pero conocí mucha gente maravillosa, como a Aristóteles, te lo presento al rato.
Ambos chicos salieron de la oficina y comenzaron a caminar por los pasillos, Temo le decía a su nuevo amigo donde se encontraba todo lo que pudiera necesitar. Y mientras él hablaba, Tomás lo observaba con deseo, pues Temo era bastante atractivo y dulce, el sueño de cualquier chico.
— Aquí están las canchas de básquetbol, solía ser parte del equipo, pero con el tiempo decidí que no era lo mejor para mí, aunque siempre vengo a ver a Ari en sus partidos, él es buenísimo.
— Hablas mucho de ese Aristóteles, suena como un gran chico, ¿hay algo en lo que no sea bueno?
— Pues aunque no lo creas, es terrible hablando de lo que siente, puede ser muy ingenuo, y no se da cuenta de lo que siente o trata de reprimirlo, lo que lo ha llevado a lastimarme en más de una ocasión.
— Si fuera por mi, yo me aseguraría que nadie te lastimará, me parece que eres un chico grandioso, y creo que mereces lo mejor.
— Gracias, Tomás, creo que eres un chico muy dulce, estoy seguro que cualquier chico sería muy afortunado de tenerte como su novio, ya verás que pronto encontrarás a alguien — le dijo, y luego lo abrazó, era un chico muy agradable, y Temo sabía lo difícil que era cambiarte de ciudad, él le daría todo el apoyo que necesitara.
Siguieron caminando por un rato, Temo había llegado a la conclusión que le agradaba el nuevo chico, pues era bastante amable, y sonreía mucho, en parte le recordaba a Aristóteles cuando se conocieron, aunque más abierto y más sensible. Cuauhtémoc López estaba seguro que podría entablar una gran amistad con Tomás, y esperaba que se llevara bien con Aristóteles, porque su novio podía ser bastante conflictivo.
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HEAVEN | Aristemo
RomanceDespués de que Aristóteles le rompió el corazón a Temo, este logró recuperar su corazón, y ahora están saliendo, su vida nunca había sido mejor, pero, ¿podrán superar los retos de una relación? Esta historia es una secuela a mi otra historia, Only Y...