Minho es llamado a la dirección tan pronto como ingresa a la escuela al día siguiente. Se trata de una conversación que le es familiar y definitivamente indeseable.
"¿Cuántas advertencias hemos tenido que darte, Choi Minho? ¿Cuándo te darás cuenta de que ocultarnos cosas solo empeorará tu situación? " Pregunta la directora.
"¡Nuestra nueva tecnología es más sofisticada y discreta que nunca!" Dice alegremente el representante de la compañía al que le habían pedido forzarlo, sosteniendo un equipo que antes solo se había impuesto en animales.
"¿Es esto opcional?" Pregunta Minho, mirando a la directora con una expresión seria. Nunca había luchado contra la autoridad. Ahora era su única opción.
"... Por ahora sí. Pero muy pronto no lo será Minho. Dudo que puedas mantenerte en control lo suficiente como para evitar que lo ordenemos."
"Hablen conmigo entonces." dice en voz baja.
La directora se recuesta en su silla y se frota los ojos. "Oh, Choi Minho, que problema. Ve a pedirle una nota de retardo a la secretaria y luego ve directo a clases."
"Cada vez pasa lo mismo..." Minho escucha que la directora le dice al representante de la compañía mientras espera que la joven en la recepción escriba su excusa por llegar tarde a clase en un papelito rosa. Todo el mundo siempre se olvida de que puede oír muy bien y eso lo conduce muchas veces a escuchar conversaciones involuntariamente, las cuales nunca lo hacen sentir mejor acerca de sí mismo o de su situación. "¿Por qué el gobierno no se los exige usar a todos los mutantes, independientemente de su comportamiento?"
"Lo harán pronto." responde el representante de la compañía. "Sé que nuestra corporación ha estado presionando para lograrlo, y parece que estamos progresando."
Minho se aleja frotándose la nuca. Los collares — son desagradables. No solo llaman la atención y les recuerdan a todos lo que eres y por qué debes ser evitado— contienen un suero que es rellenado cuando una luz roja en la parte posterior se lo recuerda a la persona a cargo de su mantenimiento. Los collares se fabrican para monitorear ondas cerebrales específicas que cambian cuando un humano genéticamente diverso está a punto de transformarse. Reaccionando a ello, una aguja incorporada en el interior del collar inyecta suero en el usuario en la base del cuello, dejándolos drogados. Una vez que el collar se instala sobre una víctima desafortunada, esta nunca podrá probar que puede "funcionar normalmente" sin él. Las compañías que los hacen quieren mantenerlos en el portador, porque no solo son costosos los collares, también lo es el suero. Es por eso que los collares reaccionan al menor cambio en la actividad cerebral: más inyecciones, más ganancias.
Es un sistema horrible, convertir a los que ya están en desventaja en recursos para las compañías. Minho nunca quiere formar parte de ello, aunque parece que es inevitable llegar a serlo. Él sospecha que la única razón por la que el gobierno no ha hecho que los collares sean obligatorios para todos los humanos genéticamente diversos es porque necesitan mantener el miedo a raya. Sin embargo, lo están considerando, tal vez hayan encontrado un método diferente para controlar a la población. Minho se estremece al pensar en lo que podría ser.
"Oye, Minho" alguien dice en clase. Minho levanta la cabeza y mira a su alrededor. La voz pertenece a un chico a su derecha que está extendiendo un pedazo de papel hacia él.
"Es una tarjeta que compré para desearle mejoría a Jinsook. ¿Quieres firmarla?"
"S-sí, claro" Minho tropieza con sus palabras y toma la tarjeta temblorosamente de las manos de su compañero. Su firma es prácticamente ilegible debido a lo mucho que sus manos tiemblan. Cuando se la devuelve, el chico sonríe y asiente, agradeciéndole. Minho inclina su cabeza profundamente hasta que toca su escritorio.
Todo el encuentro es completamente extraño y hace que Minho se pregunte qué había hecho o qué le había pasado al otro chico al invitarlo a hacer algo que involucraba la participación real con otros compañeros de clase, aunque fuera leve —solo solía suceder cuando era joven y los otros niños no entendían cómo evitarlo apropiadamente.—
En el almuerzo, encuentra a Jonghyun sentado en una silla cerca a la suya de costumbre. Está leyendo una copia de una novela de Farley Mowat. Desde donde esta Minho no puede distinguir el título.
"Minho" dice Jonghyun y su voz suena emocionada (a menos que Minho esté escuchando cosas, lo cual probablemente sea el caso). Deja su libro en su regazo y sonríe.
"Hola ... ¿cómo estás?" Minho pregunta en voz baja. Deja su mochila junto a su silla y la abre, revolviendo entre sus cosas. "No he podido encontrar mi calculadora por más de una semana" dice con un suspiro.
Las cejas de Jonghyun se alzan sorprendidas y Minho tiene la oportunidad de mirar a alguien de forma extraña por primera vez.
"Bueno ... estoy seguro de que aparecerá en algún momento".
"No, creo que tendré que comprar una nueva"
"Ah ... ¿Y si tal vez esperas unos días?"
Minho frunce los labios. "Pero-"
"Solo espera." dice Jonghyun firmemente.
Tan pronto como Minho escucha estas palabras, siente que no puede estar en desacuerdo, no importa cuán extraña sea la petición. Hay algo en este cierto tono que Jonghyun tiene que hace que Minho le preste atención y entre en un estado en el que le puede pedir que haga casi cualquier cosa y lo complacería con gusto cada vez. ¿Es ... hipnótico? La voz de Jonghyun es definitivamente hermosa, pero no debería tener tanta influencia sobre Minho, incluso si Minho tiene un amor eclipsante por él. Minho empieza a preguntarse si es un alfa.
Alfa es un término difícil de manejar. No solo está atado a connotaciones duras e implacables, sino que también solo debe referirse a lobos y otros caninos; Pero para una mente que mezcla tanto el pensamiento cognitivo y el instintivo como la de Minho, las líneas comienzan a desdibujarse. Él a menudo aplica términos como alfa y beta y otras distinciones de jerarquía de manadas en humanos completos. Es más fácil determinar con algunas personas quienes serían un alfa, quienes serían un omega, etc. Con Kim Jonghyun, nunca ha sido así, por lo cual Minho se siente tan atraído por él. Jonghyun muestra características de todas las clases; sin embargo, cuanto más habla Minho con él, más nota los orígenes de un líder nato: Un alfa.
En cierto modo, Minho piensa que Jonghyun debería ser un lobo. Sería hermoso: fuerte, cariñoso, tranquilizador y capaz de tomar las decisiones difíciles, todo lo que una manada necesitaría de su alfa. Minho lo seguiría hasta los confines de la tierra si lo fuera. Pero Jonghyun no es un lobo, aunque parezca encajar en los zapatos de uno. Aún así Minho no puede oler ningún lobo en él, solo un confuso aroma floral. E incluso si la nariz de Minho fallara, todos los bebés son examinados al nacer para detectar genomas mutados. Jonghyun habría desfilado como una abominación toda su vida, tal como lo había hecho Minho.
No, Jonghyun no es un lobo. Pero él es completamente único en sus propios términos. Y Minho quiere disfrutar de su reconfortante humanidad.