Headache [ Markhyuck / Markchan]

Headache.

DongHyuck no sabía en lo que se estaba metiendo en el momento en que puso un pie en videoLee's Enterprise pero lo supo cuando las puertas del elevador se abrieron y la señorita Kang lo dirigió al despacho del jefe, donde no se encontraba nadie más que Mark Lee.

Al principio al moreno le pareció extraño, había visto al supuesto jefe un tiempo atrás, en la primera reunión que tuvo para obtener el trabajo y suponía que un hombre de cuarenta años no podía verse como un joven de casi su edad en ese transcurso. Bueno, lo creía imposible.

DongHyuck entró por completo a la oficina, con una inclinación y acercándose al escritorio, era la primera vez que pasaba por allí en todo el poco tiempo que llevaba trabajando en aquella empresa y la cosa que más le asustaba era que, la leyenda entre los trabajadores decía que todo aquel llamado a la oficina no regresaba a su puesto de trabajo.

El otro joven yacía recostado en la silla, mirándolo a cada paso que daba. El moreno solo pasó saliva con nerviosismo antes de tomar una respiración -porque al parecer estaba olvidando hacer eso- y empezar a hablar.

—Disculpe señor... ¿Lee? La señorita Kang me informó que me estaba buscando.—dijo, intentando que su voz no lo traicionara y el temblor de sus manos no se notará.
Por su mente pasaban mil imágenes de él siendo despedido, pero según su Hyuck interno, no había hecho nada mal, sólo era un joven recién graduado de la universidad, trabajando en una de las empresas más importantes de la industria de los videojuegos, sin experiencia pero con una muy buena palanca.
El joven tras el escritorio asintió, acomodándose en su asiento y mirando a DongHyuck con prepotencia.

—¿Eres Lee DongHyuck? —preguntó y el susodicho asintió.

—Sí, señor Lee. Soy yo.—contestó con obviedad.—¿usted es el señor Lee que conozco? ¿Cómo hizo para rejuvenecer? —preguntó con curiosidad y supo que había hecho mal en el momento que el contrario sonrió burlón.

Por supuesto, no era el señor Lee ese joven. Ahora debía parecer un estúpido.

—Me impresiona que mi padre le haya dado empleo a un niñito que cree que su jefe dejó de tener arrugas y verse demacrado para convertirse en un joven.—dijo—un gusto, soy Mark Lee. Debe haber escuchado de mi antes. —DongHyuck negó, no sabía que el señor Lee tuviera un hijo.—bueno, ahora sabe de mi.

El moreno asintió.

—El caso es, lo mande a llamar porque yo no quiero que siga trabajando aquí.—soltó.

—¿Eh?

—Sí, mi padre cometió una equivocación y le dió lo que debe ser mi puesto de trabajo.

—¿Eh?

— Y me parece increíble que con la nula experiencia que tiene le haya dado MI trabajo —continuó hablando, ignorando la perplejidad del moreno.

—¿Eh?

—¿acaso es lo único que sabes decir? —el pelinegro enarco una ceja.

—Perdón, tengo entendido que no me puede despedir de esta forma, además, su padre fue quien me dió el trabajo y las razones que usted me está dando me parecen incoherentes. —soltó el moreno.

—La empresa es prácticamente mía así que sí lo puedo despedir—repuso Mark— su puesto de empleo me pertenece desde que tengo memoria y su existencia acá solo es un estorbo para mi.

DongHyuck lo miró anonado, con ganas de reír. Debía ser una broma que una persona a la cual nunca había visto en su vida le dijera aquello. Respiró ondo, intentando calmarse.

—Necesito hablar con él señor Lee.

Mark se empezó a negar, dándole excusas demasiado absurdas como que su padre había ido de viaje a las Bahamas e incluso que estaba en el funeral del presidente. En serio, el chico le estaba tomando el pelo.