Voces que matan

Capítulo 1

Ahí estaba él. Solo, atormentado y sin nadie que lo quiera ayudar. Llorando cada segundo de vida que le queda por sufrir, mira la tumba de quien en vida fue Sophie Bishop, la única persona en que confió realmente. Raymond no sabía por qué le tocó a él ser quien es. Sólo sabía que quería que todo acabara de una vez.

-Te prometo que voy a recordarte siempre-

Lo menos que podía hacer era eso, jurarle lealtad hasta en la tumba

-Te quiero, y siempre te voy a querer...-

***

Eran las 3 de la madrugada y Raymond no podía dormir. Estaba pensando en que iba a hacer mañana, ya que no tenia ganas ni de vivir un día más. Había pasado 1 año desde la muerte de Sophie, pero el se negaba a dejarlo pasar. Lamentablemente, su cabeza no pensaba como él.

-¡Ya olvídala! Me tienes a mi...-

Decía burlona esa maldita voz que no era capaz de dejarlo en paz.

-¡Déjame en paz! Sólo quiero estar tranquilo, lárgate...-

-¡Pero si no puedes hacer nada! Sólo déjalo, estas sufriendo algo que no deberí--

-¡¡Si debo!! ¡¡Todo es tu culpa!! ¿¡Por que existes!?-

Estaba harto de todo. Sólo quería que llegue su hora. Pero todavía el mundo tenía más cosas preparadas para el.

***

Martha Drent se despertó de golpe. Vio la hora. 7 de la mañana. ¡Mierda! Se había quedado dormida. A la fuerza se levantó de la cama, preguntándose si ese día era EL día. El día en que ese chico se daría cuenta de lo que siente.

-Si me apuro, tal vez llegue a verlo... Y tal vez me anime a hablarle...-

Pensaba mientras se alistaba para ir a clases.

Terminó de alistarse y, rápidamente y sin desayunar, salió rumbo a la universidad. Mientras tanto, iba pensando en como iniciar conversacion, pero no se le ocurria nada.

Llegó a la universidad y, al llegar corriendo, se choca con alguien. Raymond Stevenson.

***

Raymond ya había salido de casa, se compró un café y relajado avanzó hacia la universidad. No pasaba nada que no debía. Pero llegando, choca con una chica que estaba corriendo desesperada, aunque todavia era temprano, y le bota el café en la polera.

-¡Agh! ¡Maldicion! ¡Fijate por donde andas! ¡Mira lo que hiciste!

-Lo siento, Raymond...-

Ray ya se habia dado media vuelta, hasta que escuchó su nombre venir de una persona que no conocía de nada.

-Disculpa, ¿Te conozco?-

-Si, soy Martha, de la clase de Diseño Gráfico. Me siento atras tuyo...-

-Oh, vaya... Que despistado soy...

-Si, que inutil eres...-

Comenzó a decir la voz de sus males. Siempre lo pillaba en los peores momentos... Y este fué uno

-¡Callate! ¡Nadie pidio tu opinion!

-Si, nadie la pidió... Disculpa si te incomodo tanto... Solo... Me iré -

Se marchó corriendo mientras lloraba. No podía creer que había echado a perder la oportunidad con el chico que le gusta...

-¡Espera! Eso no era para ti...