Los prismas rojos

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Raoul Vázquez

¿Cuánto tiempo podía haber pasado? Posiblemente unos días, semanas o incluso pondría la mano en el fuego a que más de un mes. Confirmamos. Un mes. ¿Pero de que servía contar los días desde que comenzó el apocalípsis para nosotros, ¿si lo que realmente necesitamos saber es cuando acabará todo? Ahora no hay respuestas, solo preguntas e incógnitas. ¿Por qué el humano ha decidido destruirse así mismo? Otra duda existencial. ¿Seríamos capaces de vivir sin necesidad de obrar mal? Realmente no lo se.

Ya ha pasado un mes justo desde que los llamados "prismas rojos" aparecieron en La Tierra. Varios prismas se ubicaron alrededor de nuestro cielo y nadie pudo prever que esas joyas desconocidas acabarían mandándonos a debatirnos entre la vida y la muerte. Puede que en otras circunstancias no hubiese ocurrido nada, pero ese mes estábamos en las rectas finales de las elecciones para presidente de un país que es una real potencia mundial.

El humano nuevamente, al no encontrar una explicación científica, entro en caos. Los políticos de ese momento buscaron culpables y no tuvieron otra explicación que delatarse entre ellos. Desgraciadamente, y como era de esperar, toda la población dependemos de ellos. Intentaron destruirse y junto a los prismas rojos nos llevaron hacia la destrucción total.

-Raoul.

La puerta de mi habitación se abrió y pego un portazo que provoco que casi cayese de la silla donde estaba. Casi se me corto la respiración del susto. Como era de esperar, ahí estaba mi hermana Miriam.

-¿No sabes llamar a la puerta?-Pregunté de manera muy borde.

Miriam frunció el ceño. Ambos llevábamos casi dos semanas encerrados en casa sin ver la luz del sol aparte de por la única ventana que había cerca. Nos queríamos mucho, pero la convivencia era un poco complicada, al fin y al cabo no teníamos muchas cosas en común.

-Lo primero: Estoy un poco harta de tener que pagar tu humor de mierda.-Cuando menos la soportaba era cuando se ponía en plan agresivo. A ver quien era el listo que tenía narices a enfrentarse a ella.-Lo segundo: Si en vez de escribir todo el día, ayudaras un poco , posiblemente tendríamos posibilidades de salir de aquí.

-¿Miriam me estas vacilando?-Cogí el lápiz con el que normalmente escribía, que por cierto estaba haciéndose cada vez más pequeño y lo apreté con fuerza.-¿A que quieres que te ayude? No hay nada que hacer, además, papá nos dijo que no saliésemos de aquí hasta que el volviera.

Hace dos semanas desde que todo comenzó, nuestro padre nos ordenó quedarnos aquí hasta nuevo aviso. Solo nos enterábamos de lo que estaba sucediendo a nuestro alrededor por las noticias, pero hace una semana cortaron todos los canales.

-¿Y tu crees que sigue vivo?-Las palabras de Miriam me pillaron por sorpresa.

Claro que no. Hace poco un huracán pasó por aquí cerca y hubo una plaga de ratas "mutantes". Si papá no estaba aquí ya era porque algo tenía que haberle sucedido.

Decidí no responder. La respuesta era clara pero una parte de mi quería aferrarse a la posibilidad de que hubiese sobrevivido y viniese a buscarnos en un helicóptero como en las películas y nos sacase de aquí.

-¡Raoul, venga no seas idiota!-Miriam se acercó a mi y me sujetó de las manos. Yo no me atreví a mirarle a la cara. Tenía miedo de lo que podría pasar.-¡No podemos quedarnos aquí toda la vida, ya casi no queda comida!-Razón no le faltaba, pero ella y yo éramos polos opuestos.-Además, tiene que haber alguien ahí fuera...

En ese momento solo pude pensar en toda la gente a la que quería. Nosotros estábamos medianamente a salvo porque teníamos un sótano especial que construyó mi abuelo en caso de que alguna catástrofe ocurriera. ¿Pero y los demás?¿Toda la gente del barrio, del instituto, del país... del mundo? Las noticias no hacían más que mostrar como el mundo estaba viviendo un verdadero apocalipsis y antes de que los canales cerraran, se informo de que había un virus esparciéndose...

Prismas Rojos || OT Donde viven las historias. Descúbrelo ahora