Amaia Romero
Estos podrían haber sido los 30 días más largos de toda mi vida. Fue increíble como pudieron cambiar las cosas en tan poco tiempo. Todo comenzó con una pequeña brisa, sin hacer mucho daño ni mucho ruido. Pero al final, esa brisa se convirtió en un huracán que acabó haciendo daño y destruyendo la mayor parte de lo que conocíamos.
Antes de esos sólo éramos unos niñatos que iban a la universidad y buscaban sacarse un título para conseguir una casa, coche y ser personas de provecho. ¿Pero ahora para que servían todos esos estudios? Lo único que era necesario ahora era saber sobrevivir.
Las cosas avanzaban con mucha rapidez, violentamente y a hacer mucho daño. Los primeros días nadie era pensaría que pasadas dos semanas acabaríamos acostumbrándonos a tener que buscarnos la vida por nosotros mismos. Tenías que tener mucha suerte para mantenerte vivo. Lo primordial era encontrar un grupo en el que refugiarte.
Las personas habían cambiado y cuando se trata de mantener a los tuyos vivos todo vale. Mi familia y yo conseguimos acoplarnos en un grupo de una familia muy rica del barrio: los vbbhbb. Su padre era el que llevaba el control de todo y su hijo, el cascarrabias de Àlex intentaba seguirle los pasos. Eran muy estrictos pero sabían como llevar las cosas. Mimi, su hija, era una pasota pero al fin y al cabo fue la primera amiga que hice al llegar aquí junto a Roi Méndez y Agoney. Ah, y no nos olvidemos de Sam Martí, ese chico era pura ironía.
Justamente a nosotros, los cinco pringados de turno fuimos los seleccionados para hacer una expedición hacia una ciudad de Nebraska llamada Lincoln. Supongo que nos escogieron porque éramos los que menos notoria sería nuestra ausencia en caso de morir.
-JODER, ¿CUANTO TIEMPO LLEVAMOS DE VIAJE?-Pregunto Mimi.
Por suerte nos dejaron uno de los coches que aún se mantenían estables. Estaba bastante malgastado pero funcionaba.
Todos estábamos asustados aunque no se notara. Sam y Mimi eran los que más disimulado lo tenían. Dos personas que van siempre de la mano con el tono irónico al contrario que Roi. Roi es muy gracioso y familiar pero un miedoso por excelencia y yo... bueno, yo solamente me dedicaba a no hacer mucho ruido. No llevaba muy bien el asimilar que cada día que despertábamos pudiese ser el último así que no era capaz de mostrar mi verdadero yo.
Durante el viaje solo me dediqué a apoyarme en la ventana y mirar el "paisaje". Era exactamente igual que cuando veíamos películas post apocalípticas. La carretera tenía el asfalto bastante dañado y las vallas grises de los laterales reventadas en muchos aspectos. A los lados podías ver mucho bosque y naturaleza que había crecido a gran escala pero había acabado marchitándose y muriendo a los pocos días. La tierra estaba esparcida por muchos lugares de la carretera y de vez en cuando podías ver coches que supongo que fueron pillados por alguna plaga. En ellos veías personas que habían intentado huir de la muerte pero se quedaron en el camino. Se me revolvían las tripas al pensar que podríamos ser nosotros.
-¿Te das cuenta de que solo llevamos 30 minutos guapita de cara?-Respondió Sam Martí a Mimi mientras iba conduciendo con mala cara.
Sam pocas veces habla de el mismo. Recuerdo que nos contó que su padre le puso de apellido su norme porque le caía mal su padre. Os explico. El padre de Sam se llama Martí Rubira y el abuelo de Sam es Tinet Rubira. A Martí le caía mal Tinet por lo que a su hijo le puso de apellido su propio nombre. También nos ha contado que su padre es un tío muy inteligente, sabe cinco idiomas y ha estudiado un montón pero al final acabo como humorista mientras repartía calmares en un bar de Brooklyn, de ahí el pasotismo y humor de Sam.
-¿Por que no se callan la boca de una vez?-Pregunte Agoney intentando relajar tensiones.
-A ver Agonías tú te callas o te callo de un puñetazo.-Contestó Mimi haciendo encogerse de hombros al isleño que miraba algo enfadado a la rubia.
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Prismas Rojos || OT
FanficLa Tierra ya no es un lugar seguro desde que los prismas rojos llegaron a la atmósfera. Nunca estas a salvo, ya no puedes confiar. ¿Podrán unos chicos inexperimentados descubrir que está llevando al ser humano a su propia destrucción, y descubrir el...