cuando muera no quiero a nadie llorar y decir cosas que se debieron haber dicho en vida por que tal vez ese pudo haber sido una razón para quedarse.
No quiero ver lágrimas de lastima y mucho menos palabras falsas no quiero que me den su lastima y mucho menos que me vean así pálida, sin color en la piel, sin una sonrisa, sin brillo en los ojos ese color de ojos que muy pocos pudieron apreciar y distinguir de otro tono de cafés el solo pensar en eso provoca una lastima inmensa pero no por mí si no por ellos porque yo fácilmente estoy durmiendo y tal vez soñando un mundo mejor para mí en el cual no existe dolor por parte de los demás, un mundo en el cual soy feliz.