Una semana después
Es lunes de nuevo y debo volver a la dichosa y aburrida rutina. Ya ha pasado una semana desde que Siena se enteró de mis sentimientos por ella, su rechazo y que toda la escuela se riera a mi costa, las únicas personas que están conmigo son mamá y Brace. Salimos casi todas las tarde, ya sea al cine o a cenar una pizza y cuando mamá tiene mucho trabajo, cenábamos en casa con tía Abigail, es divertido escucharlas discutir por quién tiene razón, que personaje es mejor o que actor o modelo tiene mejor trasero. Amo a mi madre, pero sinceramente creo que le falta un ajuste de tuerca.
Luego de darme una ducha, me seco y ato una toalla alrededor de mi cintura, para cepillar mis dientes y caminar a mi habitación. Voy hacía el armario y elijo mi ropa; unos Jeans negros, una remera gris, una camisa a cuadros roja, un par de medias y unas botas militares negras, me arreglo el cabello con un peine y después lo desordeno un poco; miro la hora en mi celular y al ver que todavía es temprano bajo y encuentro a mamá en la cocina. Luego de saber lo que paso con Siena iba al trabajo un poco más tarde de lo normal para poder pasar más tiempo conmigo.
—Buenos días, mamá— la saludo y le doy un beso en la mejilla, dejo mi morral en el piso y me siento en la barra de la cocina donde se encuentra un plato con tortitas, tocino y una tostada junto a un vaso de jugo de naranja.
—Buenos días, cariño— me devuelve el saludo antes de sentarse a mi lado y comenzar a desayunar. Cuando terminamos lavo los platos y mamá me da dinero para el almuerzo.
—Buena suerte, cariño. Cuídate, nos vemos más tarde— se despide de mí desde el coche, yo le respondo que también se cuide y después parte hacía su trabajo, me coloco los auriculares, presionó reproducir y comienzo a caminar hacía la escuela.
Cuando llego, camino al interior para después buscar mi casillero y dejar los libro que no voy a usar en la primera hora y me dirijo directamente al salón de biología. La campana suena, por lo que pauso la música y me saco lo auriculares en el momento en el que el profesor entra al salón.
—Buenos días, jóvenes. El día de hoy hablaremos de las enfermedades genéticas hereditarias— dice minutos antes de que golpeen la puerta y el salga unos minutos antes de volver a entrar con el director, seguido por una chica de cabello rizado color castaño, ojos grises, de tez canela algo sonrosada.
—Lamento llegar tarde, profesor. Mi nombre es Noa Relish y soy nueva. — dice mientras se muestra tímida frente a la clase. Cuando el profesor le permite pasar y le indica que tome asiento junto a mí; ella prácticamente corre a sentarse en el único lugar que se encuentra vació.
La clase transcurre tranquila y aburrida durante las primeras horas, la chica nueva hace participaciones mínimas, aunque muy inteligentes, a decir verdad.
Cuando suena el timbre de receso, el profesor me pide que me quede un momento y a la chica nueva también.
—Jano, me gustaría pedirte que le enseñes las instalaciones a Noa durante el receso— dijo él sin mirarnos, apilando sus cosas para su próxima clase.
—Por supuesto, señor Williams— una vez escucha mi respuesta nos hace una seña con su mano que podemos retirarnos.
Ambos salimos del salón al mismo tiempo en silencio cuando decido romper el silencio presentándome.
—Me llamo Jano Rymer, es un gusto conocerte— digo para luego extender mi mano para darle un apretón el cual me devuelve antes de contestarme.
—El gusto es mío, y, por cierto, soy Noa Relish—
—¿Qué quieres conocer primero? —
—No lo sé, ¿podrías enseñarme la cafetería? Es que tengo hambre— me dice mientras sonríe apenada, respondo con un movimiento para luego comenzar a caminar juntos por el pasillo en silencio.
Tardamos unos minutos en llegar, para llegar la cafetería hay que atravesar casi la mitad del campus, por el camino voy mostrándole ciertos lugares. Cuando llegamos la acompaño a la fila y nos colocamos allí para obtener nuestra comida; cuando es nuestro turno Noa pide un trozo de pizza vegetariana y yo pudo una hamburguesa, buscamos una mesa para sentarnos pero al parecer a todo el alumnado se le ha ocurrido venir a la cafetería.
No encontramos lugar por lo que le propongo almorzar fuera, caminamos unos metros hablando de trivialidades, hasta llegar a mi lugar favorito para almorzar. Cuando llegamos allí nos encontramos con una escena bastante desagradable, me prepare para darme la vuelta y buscar otro lugar para almorzar, pero Noa me toma del brazo con una mano, mientras que con la otra sostiene su bandeja, carraspea para hacer que nos noten a ambos.
Siena junto a una persona parecen estár tragándose mutuamente, pero cuando escuchan a Noa se separan rápidamente. Al darse cuenta que éramos nosotros Siena puso cara de asco.
—¿Por qué nos interrumpen?¿Acaso no ven que estamos ocupados?— él se pone rojo mientras me asesina con la mirada, mientras que Siena me mira con burla.
—Así que conseguiste un remplazo para ¿verdad? ¡Que patético!— cada palabra que sale de su boca me pone más furioso, no puedo creer que de verdad estaba enamorado de ella, tal vez solo estaba deslumbrado, cegado por la persona que yo creía era ella.
—No le debo explicaciones a nadie, menos a ti. — estoy molesto, no tendría que haber involucrado a Noa en esto. No es justo, ella no le ha hecho nada. Mientras divagaba por mi mente sintiéndome estúpido por el hecho de que Siena me haya gustado en algún momento.
—Disculpa ¿pero quién eres tú? ¿Y quién te crees para hablarnos de esa manera?— Cuando Noa habla me sorprendo un poco por su reacción, tiene una expresión dura en su rostro, parece otra persona de esa manera.
Sé que ambos nos conocemos desde hace nada, pero no puedo impedir sorprenderme por la forma que habla Noa, es como si se sintiera más confiada, además de la reacción de Siena, al parecer nadie nunca le había plantado cara de esa manera.
— ¡¿Cómo te atreves a hablarme así, mocosa?! — casi grita mientras responde totalmente indignada, mientras que al mismo tiempo su rostro se vuelve más rojo, tengo que contener mi risa, lo sé, pero es inevitable que no se me escape una carcajada, se ve tan graciosa que en algún punto olvido todo y estallo en carcajadas junto a Noa. Eso parece poner más furiosa a Siena, mientras que a su acompañante, además cabe aclarar que quien la acompaña no es su novio, si no el mejor amigo de Siena, parece hacerle mucha gracia aunque evita reírse para así no ponerla en su contra.
—No deberías de hablarme así, niña idiota, no sabes con quien te estás metiendo; no me obligues a ponerte en tu lugar porque no te gustara el resultado de eso. — Nos sorprende a todos su reaccionar, lo cual parece venirle bien.
—No me provoques tú a mí, no soy una mosquita muerta, aunque lo parezco. Y deja de tratar a los demás como si estuvieran debajo de ti, eso no te hace mejor ni mucho menos más importante, porque lo único que haces es mostrarte como una niña consentida de papá. — a todos los presentes nos sorprende la reacción de Noa pues parece una chica pacifica a simple vista.
Siena parece quedarse sin nada que decir, abre la boca para decir algo más pero la vuelve a cerrar antes de irse dando pisotones en el suelo.
Junto a Noa nos sentamos en el césped y recostamos nuestras espaldas en el tronco del árbol. Comemos en silencio hasta que decido terminarlo para conocerla mejor, parece una buena chica.
— ¿Qué tal si...?—
—Oye ¿y si...?—
Hablamos al mismo tiempo, nos miramos y reímos juntos. Ella me indica que hable primero, yo solo asiento y continúo con lo que quería decirle.
—Sólo quería pregúntate si querrías ir conmigo por un helado hoy después de salir—
—Me encantaría ir pero no puedo salir hoy, todavía no hemos acomodado todo en mi casa, pero podríamos salir mañana— sonríe algo sonrojada mientras desvía la mirada hacía el frente.
—Mañana está bien por mí— digo mientras sonrió de costado
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Sonrisas Perfectas
RomanceExisten personas que se pasan la vida buscando el amor y jamás lo encuentran, y otros que simplemente no quieren ni buscan enamorarse y sucede así, sin más. Está no es la típica novela de amor del Bad Boy y la nerd, o la popular y el invisible. Es l...