La tarde estaba opaca, justo como ése día; nubes obscuras, brisa leve, ambiente fresco con un toque de calma y soledad.
De una manera muy similar, la naturaleza brillaba.Se me antojó un cigarrillo; así que tomé mi cajetilla, busqué mi encendedor y pensé:
"De alguna manera lograré sentirlo cerca."
Tomé mi mochila negra (por cierto, desde que me la obsequiaron he sentido que me va muy bien) con mi libreta dentro y comencé a caminar con rumbo a ese último lugar. Todo estaba húmedo y vivificado. Conforme daba pasos me di cuenta que traía los mismos zapatos, la misma actitud, en el pecho sentía el mismo suspenso con el cosquilleo entre el esternón y la boca del estómago de aquella vez. Caminé el mismo sendero, de mi lado y a una cadencia similar; claro que todo era distinto, él no me iba tomando de la mano.Mis pies ya estaban sobre las mismas hojas donde nos detuvimos a elegir nuestro lecho; observé el espacio, los árboles, algunas abejas y las hojas moverse con las gotas de lluvia que les caían. Me abrí sendero para encontrar ese mismo suelo.
Hurgué en la mochila, encendí mi cigarrillo y me recosté en su lugar... Comencé a recordar.
Es increíble cómo recuerdo sintiendo, todo igual de bello; las ganas, risas, gestos, palabras, los besos y nuestros ojos...
La lluvia y los truenos no cesaban, por el contrario. Me levanté. Sonreí al sentir que las piernas me temblaban, y casi con la misma prisa, caminé de regreso.Hoy estuve aquí, en ese lugar donde al recordar una risa te lleva a otra, donde quieres pasear y sentir lentamente cada detalle del espacio disfrutando las sensaciones de los recuerdos.
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Entre azul y verde.
RandomMeras descripciones de cosas que tal vez hago, imagino, pienso... o tal vez no.