OneShot

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Se reporta a los ciudadanos que tengan cuidado, hoy a las 12:30 de la tarde escapo un criminal de la cárcel, su nombre es; Jack Halloween, se dedica a matar como su nombre lo indica en el mes de Halloween y sobre todo el 31 de octubre, si salen a la calle tengan cuidado.

Hasta ahora sabemos que las víctimas las escoge al azar, no hay características partículares en las víctimas, se cree que aún no a salido de la prefectura de...

Apagó la televisión sin terminar de escuchar la información, encendió un cigarrillo y se recargo en el sofá mirando al techo, soplo el humo que salía de su boca a causa del cigarrillo, saco su celular y miró la hora, suspiro y se sentó correctamente apagando si cigarrillo en el cenicero que estaba en la mesa.

—Maldita sea Shinichi, tendré que ir a buscarte.

Se puso de pie y agarro su gabardina y salió a la calle. Camino mientras pensaba en la noticia de la mañana, sabía muy bien quién era ese asesino, y qué tan hábil era, después de todo ambos tenían gustos diferentes, a la Jack Halloween  le gustaba torturar a las víctimas, torturar las hasta que desearan morir por el dolor que esté le causaba, claro aquel asesino no era más que un débil y sucio humano que disfrutaba al torturar a una victima, de tan solo pensarlo sentía asco. Sonrió divertido, al escuchar aquellas tono tan familiar e importante proveniente de su celular.

Ese tono que Shinichi había escogido para el tono de llamada de éste. Sonrió con nostalgia, agarro el celular y contesto.

—¿Donde estás?—. Cuestionó de inmediato el otro lado de la línea.

—Sali a buscarte Shinichi—. Respondió mirando al cielo con una sonrisa. —¿Ya estás en casa?—. Cuestionó.

—Gin...—. suspiro. —¿Dudaste de mi?—. Cuestionó molesto.

—Entonces ya estás en casa, ten cuidado hay un asesino suelto, un conocido mío por cierto—. Mencionó, sabiendo que quizá el detective juvenil ya sabía que aquel asesino había escapado.

—Lo se, ¿Conocido, eh?, Vuelve a casa está enfriando afuera—. Le recomendó Shinichi.

Él albino sonrió sabiendo que tan preocupado estaba el detective, sus caminos se habían entrelazado desde hace un tiempo, su futuro ya había sido trazado, ambos tenían un objetivo en aquel entonces; Destruir a la organización. Sonrió recordando aquello.

Camino en la calle, era cierto el frío se intensificaba, las noches eran tan frías como la muerte. En el camino podía ver cómo la gente que seguía fielmente las tradiciones tenían adornados sus casas con algún espectro fantasmal, colores naranja, morado, negro y rojo, entre otros que combinaban con el Halloween, unos niños pidiendo dulces acompañados con adultos por culpa del asesino que había escapado. Aquellos niños disfrazados de monstruos o seres de cuentos de hadas.

Escucho un ruido que el reconoció de inmediato, sin embargo lo ignoro, no tenía tiempo que perder lo único que quería sentir era un beso cálido de su amado, sus cuerpos siendo uno, el calor que solo Shinichi podía transmitirlo, él albino lo necesitaba.

—Señor—. Un niño halo de la gabardina del albino. —Me da un dulce—. Susurro con cierta pena. El niño no estaba disfrazado, tampoco traía una canasta de calabazaz estaba mal aliñado, greñudo y sucio, ropa rota y sucia.

Gin lo miro sin mostrar alguna expresión, él no llevaba dulces consigo, ya que normalmente los niños iban de casa a casa, lo único que traía consigo era su billetera, una cajetilla de cigarrillos y su encendedor.

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⏰ Última actualización: Nov 01, 2018 ⏰

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El dia de los monstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora