III

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KWAN

El tiempo paso rápido, todo era normal, lo cual me inquietaba, era muy normal como para ser verdad, nadie me molestaba, no me miraban y es como si no existiera.

Eso me hizo sentir bien, feliz. Es lo que quería, que nadie me notara, que no me hablaran, simplemente que no me miraran.

Sonreí mientras miraba mi cuaderno, este día podría ir bien, solo pido eso, solo este día.

-Ho-hola — escuche frente a mi, la voz bien sabia que era del chico nuevo, no porque me aprendiera rápido las voces, nombres o rostros de cada persona, solo que él hablo con timidez, nadie me trataba de esa manera, de manera lenta levante la mirada encontrándome con aquel chico nuevo —soy Jin, ¿me recuerdas?

Por un momento lo miré con detalle, supongo que debía de conocerlo de algún lado, de lo contrario no me lo estaría preguntando. Mi mirara duro en él unos cuantos segundos antes de que negara, pues en definitiva no conocía a aquel chico — oh... bueno, te vi en la mañana, no sabia que estudiabas aquí, Kwan — sonrió, ahora entendía, no me había visto a mi, si no a Hoseok — Cuando el maestro me dijo que me sentara aun lado tuyo pensé que era una coincidencia, ya sabes, que hubiera dos personas con el mismo nombre.

Espera — yo, ¿te dije mi nombre? — lo mire un poco sorprendido, ¿Hoseok se había hecho pasar por mi? No, tal vez fue otra cosa.

-Si — dijo soltando una pequeña risillas — vaya, no mentiste cuando me dijiste que olvidabas las cosas fácilmente, pero no importa yo las recordare por ti y sobre lo que te dije en la mañana, es nuestro secreto ¿de acuerdo? — sin borrar su sonrisa extendió su mano hacia mi, cerrando esta para solo dejar fuera su pequeño dedo meñique, dando a entender el popular "pinky promise".

Debía admitir que por un momento lo dude, pues entendía que había sido a Hoseok a quien había conocido y no a mi. Aunque, él no lo conocía, no sabía que éramos gemelos. Por ahora, solo está vez ¿podía mentir? Podía ser yo y no Hoseok.

-si, nuestro secreto — conteste con una leve sonrisa, casi invisible, uniendo su dedo meñique con el mío, cellando aquella promesa de un secreto el cual no conocía.

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Después de unas largas y aburridas horas de clase, finalmente había sonado la campana, dando a entender que el tiempo del receso había iniciado. Jin había dicho que podíamos pasarlo juntos, por lo cual con un entusiasmo poco visible salí del aula para esperarlo fuera de ella, sabía que tardaría un poco al tener que guardar sus cosas y preguntar algunas cosas con algún compañero. Quizás pasaron unos 8 minutos y él aún no salía, no pensaba ser impaciente pero al ver que los amigos de Kai salían no pude evitar encoger me en mi lugar, rogando porque eso funcionará y no me notarán. Pero era obvio, eso no pasó, de hecho sería tonto si no me hubieran visto.

-Kwan, Kwan, Kwan... — llamo, cuanto odiaba ese maldito tono — vaya, pensé que no seguirías aquí, ya sabes, por que eres tan cobarde que te tiene que defender tu hermano, pero... — miro a todos lados simulando buscar a alguien que claramente no estaba — él ya no esta aquí — sonrió leve, volviendo la mirada hacia mi para después palmear de forma ruda mi mejilla — creo que es hora de hacer lo que Kai no pudo — sin previo aviso me estiro con fuerza el cabello, jalandome hacia él para obligarme a verlo a los ojos.

Había logrado hacer que soltara un gemido de dolor, pues el agarre se hizo más fuerte logrando su cometido de tirarme al piso, mi mirada permaneció baja, pues si iba a golpearme la verdad prefería evitar verlo con mis ojos llenos de lágrimas. Quizás pasaron unos 30 segundos para cuando sentí como alguien caía a un lado mío, por inercia abrí mis ojos viendo como ahora el amigo de Kai yacía a mi lado tirado, sosteniendo su mentón con claro enojo brotando de él.

Te Odio Min YoonGi  -YOONSEOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora