La Despedida

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La fiesta aún no se acababa, pero los Papás de Eduardo ya se habían ido por que Emily se durmio en los brazos de su Padre, así que decidimos irnos nosotros también. Aún era bastante temprano.

Eduardo me invito a seguirle en la disco, les avisamos a las chicas y a los gemelos, pero todos tenían otros planes, íbamos en el auto y él se orillo en el camino, me pidió permiso para besarme y se lo concedi yo también tenía ganas de hacerlo, empezó con un beso tierno, sin apuros, sin coqueteos, pero fue subiendo de tono, poco a poco, hasta ser un beso que me sabía a que quería que jamás lo olvidará, un beso apasionado, que fue encendiendo mi cuerpo, mis sensaciones, mis necesidades de mujer.

Le afloje la corbata y el saco del traje que tan bien se le veía, le desabroche los botones al chaleco y la camisa, pude sentir de nuevo la piel de su pecho, él subía y bajaba por mis muslos, cada vez más arriba, respirabamos con dificultad, así que nos separabamos unos instantes donde nos veíamos a los ojos, volvíamos a besarnos de nuevo, hasta que le pedí ir a un hotel, Lo sé, me vi muy descarada, necesitada, deseosa...  pero si llegaba la policía y nos encontraba así en plena calle nos  llevaríamos una gran multa.

Se abrocho de nuevo el traje, encendió el auto, llegamos a un hotel en unos minutos y pidió una habítacion, me moría de la pena tener que pasar por recepcion, pero Eduardo me agarro de la mano y me guío hacia el elevador y volvimos a besarnos, cumpli una de mis fantasías, bueno a medias, por que sólo fue un beso, nada más!. Me sentí como en esas escenas eróticas, aunque duro poco, por que llegamos rápido al piso donde nos entregariamos de nuevo, después de algunas semanas que no teníamos intimidad.

Eduardo me prometió hacerme el Amor, como nunca lo habiamos hecho, quería que siempre lo recordará, que no olvidará estando en España, que aquí tenía una persona que me amaba.

Entramos a la habitación y al cerrar la puerta nos comimos a besos y caricias, necesitaba esa cercanía, sentir su cuerpo tibio cerca del mío, me desabrocho el vestido, y lo bajo poco a poco, mientras dejaba al descubierto mis senos, me soltó el brassier y lo lanzó al aire, lamio mis pezones, primero uno mientras que con la mano le daba la atención al otro, yo me estremecia entre sus brazos, avanzamos hacia la cama, necesitaba recargarme para no perder el equilibrio, me quito por completo el vestido y yo empecé a quitar botón por botón el saco, el chaleco y la camisa, dejándole el torso desnudo, lo toque con mis manos temblorosas, deseosas de tocar su piel con mis dedos, le solté el cinturón y afloje su pantalón hasta dejarlo caer al suelo, como él lo hizo con mi vestido, quedo en boxer, estaba totalmente erecto, las piernas me temblaban sólo de verlo, sus besos fueron bajando por mi estómago y yo me cubría de la pena, a lo que él alejó mis manos y siguió su camino, abrió mis piernas para acomodarse entre ellas y me beso sobre la tela de mi ropa interior de encaje, me soltó un poco las manos y quito lo que le estorbaba hasta dejarme totalmente desnuda, se posicionó de nuevo y beso mi intimidad, abrió mis pliegues y lamio mi clítoris, la sensación recorría mi cuerpo hasta erizar cada vello de mi piel, me gustaba lo que estaba sintiendo, mi cuerpo reaccionaba a los movimientos de su lengua, lamia, chupaba, succionaba, eran movimientos constantes, se empezó a formar un nudo dentro de mi vientre, que me anunciaba un orgasmo, hasta que explote de placer, Eduardo me veía a los ojos con una mirada picará, subió lentamente hasta dirigirse a mi boca para besarme y que pudiese probar mis propios fluidos. Se acomodó entre mis piernas y se introdujo lentamente sin apuro alguno, disfrutaba como me hacia sentir, aún tenia las piernas temblorosas, sus movimientos lentos me desesperaban, necesitaba que fuese más rápido, poco a poco agarrando ritmo y más velocidad, certero...hasta sentirlo hasta lo más profundo en mi, sus besos y palabras dulces al oído hacían que mi cuerpo se erizara aún más, extrañaba esa sensación de sentirme llena por él, como nuestros cuerpos aún siendo tan distintos se moldeaban a la perfección el uno con el otro. El orgasmo llegó de nuevo y él junto conmigo, nos desplomamos sobre la cama.

Olvidamos por completo la proteccion, pero saliendo de aquí pasamos directo a una farmacia a comprar la pastilla del día siguiente. Vale mas prevenir!.

Me dejó en mi casa no sin antes otra dotación de besos dentro del auto, quedamos en que no volveríamos como novios, pero si que mantendriamos el contacto como si lo fuéramos, pero si en algún momento alguno de los dos quisiera salir con alguien lo hiciera sin ningún remordimiento, quedamos como amigos con derechos!. Ya veríamos más adelante que pasaba!

El prometió ir a España a visitarme, yo estaría feliz de que lo hiciera. Se comprometió a venir por mi en unas horas, para acompañarme al aeropuerto junto con mis padres, hermanos y amigas.

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