Único capítulo.

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Todo había ocurrido tal y como quería, poder, fama, dinero y para variar mucha fuerza y dominio. Todo lo que se había planteado lo había alcanzado. Su mano pálida se estiró al escritorio del frente, sostuvo la taza de café con la mente en otro lugar mientras veía sin ver la puerta de cristal que permanecía firme siempre al extremo de la oficina. Bebió un sorbo y se recostó sobre su cómodo sillón negro de cuero, el poder en ambos mundos lo hacia sentir como un dios. Estaba muy sumergido en sus pensamientos cuando un sonido del toque de la puerta se escuchó.


—Señor Malfoy, ¿puedo pasar? —preguntó una azabache que ya se había adentrado a la oficina, aún sin haber esperado una confirmación de su parte.

Draco se incorporó en su asiento para mirar a la hermosa mujer que se detuvo en la puerta, cerrándola tras de sí. Colocó sus codos sobre el escritorio y recostó su barbilla en sus nudillos.

—Ya lo has hecho.

Pansy sonrió y se sentó en el sillón que de igual manera era negro y reposaba al frente de el susodicho. Draco miraba expectante la forma tan sensual y delicada con la cual movía sus caderas al andar. Sus piernas bien contorneadas, maravillosos muslos, hermoso trasero, lindas caderas, cabello tan negro como la noche y hermosos ojos verdes, que eran tan verdes como una misma esmeralda. Ese vestido costoso y esas lujosas prendas la hacían ver poderosamente deseable.

—¿Te gusta lo que ves, Malfoy? —preguntó con sorna una vez que había tomado asiento, y se había cruzado de piernas, mientras colocaba su igualmente lujosa cartera sobre el escritorio de su contrario.

—Sabes que no eres mi tipo.

—Casi lo olvido —volvió a sonreír, queriendo fastidiar al rubio.

—¿Que te trae por aquí, Parkinson? —preguntó ignorando su comentario.

—Bueno Draco, dejemos las formalidades. He venido a traerte esto, se que lo ansiabas —cogió su bolsa y rebuscó en ella el objeto, sin éxito alguno. Su bolsa tenia un hechizo de expansión, así que sería casi imposible encontrarlo, saco su varita y murmuró "Accio Diario". Una vez en sus manos se lo extendió a Draco —Es El Profeta, tu anuncio fue publicado con éxito.

Draco tomó lo que Pansy acababa de darle, era El Profeta y según lo que decía Pansy, contenía el anuncio que había mandado a colocar.

—Página veintisiete —informó Pansy viendo que buscaba entre las hojas.

—Estaba cerca.

Siguió hasta la página mencionada para observar como su anuncio estaba en maravillosas letras grandes:

Con la discreta urgencia se les plantea la solicitud a un niñero (o sin importar el sexo), para cuidar a un menor, su paga será de 250 mil galeones semanalmente.

Si esta interesado en recibir mas información, ubíquese en Wiltshire en el sureste de Inglaterra.

—Me parece.. estupendo —comentó arrastrando las palabras—. Blaise y tú se encargarán de hacer las entrevistas, quiero al mejor.

—Perfecto, mañana a primera hora estaremos en Malfoy Manor.

Sabían que no pasaría mucho tiempo para que las personas vieran el anuncio, el cual estaba plasmado en el famoso diario "El Profeta". No tenía intenciones de recibir a nadie en su despacho a entrevistas, ni mucho menos, de eso se encargarían sus socios. Blaise y Pansy.

𝙏𝙃𝙀 𝘽𝘼𝘽𝙔𝙎𝙄𝙏𝙏𝙀𝙍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora