Las manos le sudaban, a pesar de haberlo ensayado en el espejo varias veces. O de hablarlo con Madrid, no podía evitar el sudar de manos y trabarse al hablar.Tomo las cosas que tenía preparada de antemano y salio de su casa a rumbo de aquella persona especial.
Tardo un poco en llegar, pero sabia que él estaría ahí. Al llegar a una casa blanca, de un jardín hermoso, dejo sus cosas en el jardín delantero.
Tomo su guitarra, para empezar una suave melodía, con voz fuerte y clara, esperaría a que el joven país saliera a su encuentro.
No tuvo que esperar demasiado, cuando lo vio salir. Su cabello rubio algo despeinado, sus ojos amatistas, esa sudadera roja con una hoja de maple blanca al centro, pantalones azules y pantuflas.
Sonrió bobamente, se acerco a él; separados por los tres escalones de madera, se arrodillo frente a su persona.
Dejo su guitarra de lado, aun con aquella sonrisa en su rostro, saco una pequeña caja roja y la extendió frente a él.—Matthew Williams, llevamos poco tiempo juntos, pero aun así esto me a dado cuenta de varias cosas. Y una de ellas es que quiero estar siempre junto a ti. —Abrió la pequeña caja roja, mostrando en su interior un pequeño aro dorado, con una piedra de gran valor color roja. —Así que, Matthew hoy te pregunto. ¿Quisieras hacerme el reino mas feliz del mundo, casándote conmigo?
Le preguntó, mostrando esa gran sonrisa. Esperando ansioso por la respuesta del canadiense.
—*P0WERS-CANADA answer*
—Ohayo Y España!