Omander: Diez minutos de libertad

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Ya se había vuelto rutina ir a la tienda de los padres de omar, esconderme cuando su padre sale y correr a la puerta. para ver su rostro iluminarse por un segundo al verme.

También es una rutina escuchar a Nadia decir que seguro su padre está por regresar, que omar me de un beso de despedida y salír corriendo, y Pasar el resto del día esperando al siguiente para volver a verlo.

Aveces la rutina me cansa, aveces ya no quiero volver a esa tienda , aveces ... pero luego recuerdo sus ojos, sus labios, sus besos, sus caricias nerviosas y vuelvo por eso una y otra vez.

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