Soy bastante consciente de que debería actualizar otras historias en vez de subir nuevas, pero no lo puedo evitar, luego de meses y meses de sequía inspiracional, debo agradecer no haber perdido del todo la práctica.
Aún después de todo este tiempo, podía escuchar sus voces acusándolo, señalando su persona, cada cosa que ellos consideraban un error acerca de sí mismo, como si tuvieran el derecho de hacerlo.
Repentinamente despertó agitado, sudando frío.
Un mal sueño, solo eso. No, era más que ello, era un recuerdo.
—¿Siwon? ¿Estás bien?—la persona que dormía a su lado preguntó, con un tono de voz bastante soñoliento, indicando que su mal sueño no sólo lo había despertado a él.
—Si, solo, no... No ha sido nada, vuelve a dormir— intentó tranquilizar a Kyuhyun, aún cuando intentaba convencerse a sí mismo más que al contrario.
Siempre era lo mismo, cada vez despertaba con esa sensación que le quemaba en lo más profundo, como si nunca hubiese salido de aquel infierno al que se forzaba a llamar hogar.
Kyuhyun pretendió que lo creía, como en otras ocasiones, más que nada porque él mismo no sabía que hacer, cómo ayudar a calmar ese dolor que se negaba a compartir, que prefería cargar por sí mismo.
Ellos llevaban ya cerca de dos años viviendo juntos, y alrededor de cuatro juntos, y la verdad sea dicha, esa parte de su vida no había sido un camino fácil. Especialmente para Siwon. El chico era algo así como la esperanza de sus padres, siendo el único hijo varón, de aquella familia cuya fortuna iba creciendo gracias a unos buenos negocios y un gran golpe de suerte, con los cuales había podido asistir a una buena universidad, ahora sus expectativas sobre su persona eran casi la perfección, pues si las cosas iban bien, incluso podría convertirse en un heredero de la recién formada compañía.
"Perfección". Cómo si eso existiera.
Odiaba esa palabra desde lo más hondo de su corazón.
Esa noche ninguno de los dos durmió, claramente sus razones fueron distintas.
Kyuhyun pasó gran parte del tiempo rememorando todas y cada una de las simples, pero significativas acciones que los llevaron hasta ese punto, hasta ese preciso instante, allí, uno al lado del otro, a pesar de la incertidumbre que pesaba en sus corazones de vez en cuando.
Aún recordaba el día en que lo conoció.
Flashback
Sus días después de la graduación habían sido sencillamente más de lo mismo. Día tras día, salir a buscar empleo, porque su padre amenazaba con finalmente cortar la manutención ahora que consideraba había cumplido con su parte. Había pagado hasta el último día de estudios de Kyuhyun. Ahora era turno del muchacho, salir y ganarse la vida por sí mismo. Claramente aún estarían sus padres ahí por sí los necesitaba. Pero a su edad, con la fecha de jubilación tan cercana, creía que ya era tiempo de que sus hijos volaran por sí mismos.
La parte que su padre no se había molestado en comentar, era que la búsqueda de empleo para alguien sin experiencia previa, podía llegar a ser frustrante, probablemente tomar días y días, teniendo que aguantar sonrisas condescendientes y muchos "nosotros le llamamos cuando tengamos una resolución".
Estaba sinceramente harto. Estaba tentado a aceptar el primer empleo que apareciera frente a él con tal de que acabará esto, con tal de no ver a su padre y aquella mirada preocupada, pensando en sí había hecho bien en no dejarlo tomar esos empleos de verano en los que alguna vez había insistido, porque "su único deber era estudiar, lo demás lo veremos más adelante".
Un par de días más tarde, cuando sus esperanzas estaban alcanzando un nuevo nivel en el suelo, una llamada lo hizo recuperar los ánimos.
Había sido finalmente contratado. Comenzaría junto con otro chico como internos, pero era algo, no importaba si lo ponían a repartir la correspondencia y preparar cafés, lo tomaría sin dudar.
Aquel lunes salió de su casa con una sonrisa en su rostro.
—Bien, por el momento usted y su compañero se encargarán de recabar, separar y hacer llegar estos documentos a sus respectivos departamentos, no es la gran cosa, ¿Cierto? Pero no por ello pueden permitirse el lujo de cometer un error, pues por sus manos pasarán papeles de gran importancia, además de ello, deben contestar las llamadas y conectarlas con la oficina necesaria—
En menos de cinco minutos, Kyuhyun ya había cambiado de parecer con respecto al tema por completo. No había estudiado todo este tiempo para terminar siendo un office boy, seguro que incluso las secretarias se reían de él. Pero ya había aceptado, su padre lo había felicitado por aquello, y no había marcha atrás.
Una vez instalado en su escritorio, hizo unos cuantos ejercicios de respiración, preguntándose donde estaría su compañero, se suponía que debía estar aquí hace diez minutos exactamente, sufriendo juntos el discurso del jefe de recursos humanos.
Algunos minutos más tarde, mientras él se concentraba en poner en orden unas facturas que debían ser entregadas al departamento de cobranza, escuchó una silla moverse a unos metros de su asiento. Finalmente su compañero se había dignado llegar.
—Buenos días, soy Choi Siwon, un gusto, y disculpa por llegar a esta hora, ya me he reportado con el jefe—
Kyuhyun levantó la vista para responder el saludo, y supo que el latido que su corazón había decidido saltarse debía ser señal de algo. Aunque en ese momento no sabía si aquello era bueno o malo.
—Soy Cho Kyuhyun, eh, supongo que sí el jefe lo ha dejado pasar está bien— se forzó a volver a lo suyo, para no hacer tan obvio que se había quedado embobado mirándolo.
Kyuhyun había tenido algunos enamoramientos y amores unilaterales a lo largo de su vida, alguna que otra especie de relación con uno que otro compañero, pero nunca nada serio, no realmente. Por eso supuso que esta vez no sería diferente, solo era cuestión de ponerlo todo en perspectiva y concentrase en lo que había venido a hacer, entre más de enfocara, más rápido lo ascenderían. De eso se trataba todo, ¿No? Ese era el plan maestro, entre mejor hiciera las cosas, menos tiempo estaría ordenando correspondencia. Solo necesitaba mantener la perspectiva.
Aunque unas semanas más tarde, eso resultaba más fácil decirlo que hacerlo.
Ni siquiera estaba seguro de que era lo que había alimentado la fantasía de ese sentimiento no correspondido. Siwon no era particularmente atento con él, solo lo justo para mantener la armonía en el espacio que compartían durante nueve horas que se antojaba eternas.
No entendía como alguien tan capacitado como Siwon había sido empleado para un puesto como el suyo, y que a éste, aquello pareciera no molestarle en lo absoluto.
Diario lo veía llegar con una sonrisa, acomodarse en su escritorio designado, y empezar a organizar las carpetas con documentos, de vez en cuando ir a sacar copias; Kyuhyun juraba que incluso esa tarea tan sencilla la hacía con elegancia natural; y en cada ocasión Kyuhyun no perdía la oportunidad de echarle una buena mirada, claramente el otro parecía no notarlo, de lo contrario, Kyuhyun juraba que no podría mirarlo nuevamente a la cara.
Pero fue el día en que Siwon lo invitó a comer, que finalmente tuvo que poner un nombre a todo lo que el otro le provocaba sin saberlo.
Le gustaba, tal vez más que eso, pero por el momento se sentía cómodo negando lo obvio, no había que lidiar con cosas innecesarias.
Fin flashbackComo dato, estoy subiendo esto desde el celular, con mis datos, porque no tengo internet, así que lo único que pido es no morir enterrada en tomates, o en su defecto, que me avienten las lechugas y el pepino también para poder hacer una ensalada(?),
Al menos así la espera por el servicio será menos pesada :(