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12:00
Era ya mediodía cuando se acabó el recreo en aquella pequeña escuela primaria, durante aquella bonita mañana de Octubre.

El pequño Yoongi estaba sentado en el balancín y sus piernas no tocaban el suelo. Había escuchado perfectamente la sirena, pero; como todos los días, trataba de retrasar lo máximo posible su regreso al aula, o como la llamaba él: "La habitación del castigo matinal interminable". Su madre siempre le reprendía cuando lo escuchaba decir eso, pero Yoongi no veía lo malo de decir la verdad.

— ¡YOONGIII, COMO NO NOS VAYAMOS YA NOS VAN A ECHAR DE LA CLASE! — gritó un chico moreno y delgado que colgaba del columpio que estaba junto al balancín.
Se conocían desde hacía dos cursos, gracias a que los pusieron juntos en una excursión al zoo de la ciudad, y por ahora era el amigo que mejor lo entendía. Le dejaba su espacio, no le hacía demasiadas preguntas, y siempre sabía lo que necesitaba. No era especialmente pesado, y cuando le apetecía explayarse hablando lo escuchaba, aunque eso no pasaba a menudo.  Era muy inteligente, en su opinión, y era muy comprensivo con él. Sacaba las mejores notas de la clase y tenía una casa enorme a la que le encantaba ir a jugar al escondite y ver películas.

Yoongi se incorporó.

— Bueno, vaaale — dijo — Pero Namjoon, haz el favor de no ir corriendo, que estoy muy cansado.

— Pero si no has hecho nada en toda la mañana, no hay derecho.

— ¿Perdona? si ha habido clase de gimnasia. El balón me ha dejado destrozado...

— Mentiroso...Vamos más rápido que veo que la Señorita ya ha entrado al aula.

Y aceleraron el paso juntos a tiempo para que no se diera cuenta la maestra, que a pesar de haber tan pocos niños en clase andaba más despistada de lo normal.

Tomaron asiento. Los pupitres eran compartidos, y había tres alumnos en cada mesa. Namjoon y Yoongi acostumbraban a sentarse juntos. Empezaron la clase. La maestra comenzó a explicar la lección...Yoongi ya empezaba a aburrirse.

— ¿Alguien me puede decir de qué colores viene el morado? Lo hemos dado recientemente, deberíais saberlo. Venga, sin miedo niños— exclamó la maestra.

Un silencio sepulcral se extendió por la humilde sala, y como siempre, el pequeño recorría las expresiones de sus compañeros con la mirada, para saber hasta qué punto corría el peligro de que le preguntaran a él o peor: de que le mandaran buscarlo en casa. En ese momento es cuando se dio cuenta de que había un estudiante nuevo en la clase.

— Viene del rojo y el azul, Señorita — dijo el otro chico a su lado.

— Excelente, Namjoon — asintió la señorita.

— Menos mal que te tenemos en clase, Nam — le susurró su amigo— por cierto, ¿y ese? — señaló al nuevo— es un niño nuevo, parece.

— No lo había visto en mi vida. Deben haberlo presentado a la clase mientras no estábamos.

— umh.

El resto del día transcurrió con normalidad. El niño nuevo parecía tímido y tranquilo, o eso le pareció a Yoongi. Sus compañeros no se le acercaron. Normal, porque no tenía nada en especial o que les pudiera beneficiar, como un coche teledirigido, o una bolsa de chocolatinas para merendar. A Yoongi esto ya le parecía hasta normal.
El niño nuevo era pequeño y tímido, se llamaba Park Jimin. Se sonrojaba con facilidad, su piel era delicada y blanquita. Tenía unos labios gruesos y el cabello castaño oscuro.

Los amigos de Yoongi y él jugaban con cualquiera. Él era tan tímido como el niño nuevo, así que no le quiso decir nada; aunque no le quitó ojo de encima. Namjoon en cambio, fue el primero que se le acercó, y lo invitó a que jugaran juntos el resto del día. Al día siguiente también lo incluyeron en su grupo, y al siguiente también. Al final el pequeño se volvió uno más el resto del curso. Conectaba muy bien con los dos chicos, y se divertían mucho más ahora que estaba él. Especialmente con Yoongi. Durante muchas tardes las madres quedaban y ellos jugaban en el parque.

Eran mejores amigos, pero ellos aún no lo sabían.






11:45- yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora