PORQUE NOS AMAMOS.

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La casa se encontraba completamente en silencio, era una mañana fría, el cielo cubierto de nubes grises y no parecía que el sol fuera a aparecer pronto, todos en la casa dormían, o casi todos ya que una figura se podía ver a través de la ventana. 

Ederne observó en dirección a la cama, Damón dormía profundamente sin notar que ella llevaba más de una hora despierta, los niños dormían y como era fin de semana no había necesidad de levantarlos antes de las ocho de la mañana. 

El cielo nublado le gustaba, en particular después de que el verano terminaba ya que el calor bochornoso nunca fue su favorito, con un suspiro decidió apartarse de la ventana e ir a preparar café, sabía que sería inútil intentar volver a dormir y ella siempre fue incapaz de quedarse quieta en la cama fingiendo dormir y no quería despertar a Damon. 

Sus pasos no eran ruidosos pero en el silencio de la casa se podían escuchar a la perfección, cuando llegó a la cocina encendió la cafetera y se sentó en uno de los taburetes, había días como esos en los que Ederne no podía creer que ésta era su vida, nunca, ni en sus más salvajes sueños de niña creyó llegar tan lejos, era la vicepresidenta de una empresa prospera, la cual ella había ayudado a llevar a la grandeza, tenía una familia amorosa que la habían acogido y aceptado en sus tiempos más difíciles y que a pesar de los años seguían a su lado, tenía amigos maravillosos, incluso si en un principio no se llevó bien con ellos, aún así hoy por hoy eran personas preciadas en su vida, tenía dos maravillosos hijos, Sky y Edmon eran perfectos ante sus ojos, ella tenía miedo de arruinar las cosas ya que ellos eran lo más puro que la vida le había regalado, también tenía un esposo al que amaba, sonrió ante esa idea, un esposo. 

Diablos, había días en los que simplemente se daba, realmente, cuenta de su argolla de matrimonio, podía ser en cualquier momento, mientras hacía la compra de la despensa, mientras terminaba de checar un contrato ó cuando jugaba con sus hijos, incluso cuando pasaba los dedos por el cabello despeinado de Damon, ella simplemente lo notaba, un perfecto aro de oro blanco que la hacía sentir consciente de que ella estaba casada.  

Le gustaba recordar su pasado de vez en cuando, le gustaría tener la oportunidad de regresar en el tiempo para verse así misma más joven y asustada y poder decirle que estaría bien, que al final lo lograrían, que habían roto la cadena de su vida, que ella no repetiría los errores que su madre cometió, que ella realmente se enamoraría y que en nombre de ese amor haría cosas que nunca creyó que haría. Si, lloraría y su corazón se rompería un par de ocasiones pero ella logró salir adelante, no podía creer que ella realmente era capaz de perdonar y de ver las cosas sin amargura. 

El aroma del café listo la hizo regresar a la realidad, sin prisa se puso de pie y se sirvió una taza, con un suspiro bebió un trago de café y sonrió ante el primer trago de cafeína del día, volvió a sonreír cuando vió entrar a Damon a la cocina rascándose distraídamente el pecho desnudo. 

-- Buenos días -- saludo Ederne sin perder su sonrisa. 

-- No estabas -- fué lo único que dijo Damon antes de acercarse a ella lo suficiente para darle un beso en los labios -- que hacen levantada tan temprano?

-- No podía dormir -- respondió con simpleza -- y tu?, creí que dormirías hasta medio día despues de ayer. 

Damon hizo una mueca, él realmente lucía cansado y ella no podía culparlo, había tenido una semana de ir y venir constantemente a Londres para arreglar algunos asuntos de las empresas Grey, pero había logrado terminar para el fin de semana, ellos habían hecho un compromiso antes de que Sky cumpliera un año, ellos harían todo lo posible para tener los fines de semana libres para poder pasar tiempo de calidad con sus hijos, así que sin importar cuanto trabajo había ellos se esforzaban muchisimo para que sabado y domingo pudieran destinarlo única y exclusivamente a su tiempo de calidad como padres y como pareja. 

29,200 Ó MÁS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora