Vida en el centro del mundo.

Capítulo 5

La semana empezó de lujo porque de la nada habíamos quedado el miércoles luego de que yo tenga mi sesión de suficiencia deportiva,  a las 11 de la mañana iba a ser el momento cumbre de todos estos días, era todo o nada, era darle una impresión de que podría ser el acompañante perfecto para "ella", aunque nos encontrábamos en lunes y aún quedaban dos eternas jornadas, aunque no tan eternas porque el lunes mismo por estar con  mis amigos no entramos pronto a Fundamentos de Matemáticas, pero "ella" si, por lo tanto ya tenia un motivo interesante para empezar una conversación en el chat del Facebook, donde le comenté que porqué no me avisó que el profesor había llegado y algunas otras cosas más que no logro recordar exactamente qué eran, pero simplemente sabia que eran temas que estábamos compartiendo a la distancia, y eso es suficiente para saber que cada letra que escribía y enviaba valía la pena.

El miércoles llegó, un día super inusual porque de 9 a 11 AM debía estar en el gimnasio recibiendo cultura física, pero ese día no pudo asistir el profesor y unos compañeros de mi misma disciplina me invitaron a dar una vuelta por el centro con unas amigas, y yo que soy la timidez en persona no me rehusé porque lo vi como una gran posibilidad de quitarme los nervios y hablar con algunas chicas para darme confianza a mi mismo. Las fuimos a ver en el carro de un compañero y las llevamos al centro histórico ya que ellas no tenían aún el uniforme de educación física de la Universidad y por esos aledaños si existen tiendas que las venden a un buen precio. Deambulamos durante hora y media y al final no compraron nada porque no les "convencía" aunque no tiene nada de malo a la fin con su dinero pueden hacer lo que quieran, por lo tanto si algo no les convence están en su derecho de no comprarlo.

De vuelta a la Universidad me despedí de las chicas que nunca más volvería a ver, y me despedí de los compañeros que rara vez volvería a saludar en clases. Aún tenía unos 15 minutos antes de ir a verla en el Teatro Universitario, asi que ese tiempo muerto lo dedique a escuchar música que me motive, que me anime y que me haga sentir capaz de todo, por poco mis tímpanos explotaron con el alto volumen de canciones de Queen, Aerosmith, o Guns n' Roses.

Me sentí listo y preparado para dar todo en esas dos horas -a la 1 PM teníamos clases- y hacerla sentir genial, pero por azares del destino ese día antes de hablar con ella conocí algo muy característico de su persona y que no sería la primera vez que pasa, si, estamos hablando de la impuntualidad, que nunca fue un inconveniente para mí.