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Encuentro de tres reyes

—Vayan a Suecia, algo les espera allá – se escuchó una voz en la cabeza de un chico albino y una pelirroja.

—¿Escuchaste algo, Yashiro? – una pelirroja preguntó curiosa.

—Eso creo, que raro, pero Suecia se escucha bien para visitar antes de regresar a Japón – dijo un albino.

—Ok, quizás la ropa de allí sea bonita – sonrió Shermie.

...

Los jóvenes partieron desde Francia a Suecia en vía aérea, al llegar al país, viajaron de región en región, encontrando bella ropa para Shermie y buenos lugares con las mejores vistas para Yashiro. Al final, pasaron por una última región y una ciudad de los cuales olvidaron los nombres.

—Ha sido maravilloso pasear por Suecia, fue una gran idea – dijo con una sonrisa la pelirroja.

—Tienes razón – dijo el albino riendo – hay buenas vistas – recordó cómo vió a Shermie en traje de baño en diferentes ocasiones.

—Deja de reír y ayúdame con las cosas, que pronto nos iremos y no pienso dejar estas cosas tan lindas – la pelirroja tomaba las bolsas mientras caminaba por la calle.

Ambos jóvenes caminaban por la calle, mientras que en parte de su caminata se encontraron un terreno baldío, lleno de maleza, y parecía haber una casa, la cual estaba en muy mal estado, con partes negras y carbonizadas, al parecer la casa fue incendiada.

—Vaya... que lástima de casa.. – dijo la pelirroja algo seria.

—Ya lo creo – el albino tenía algo en mente – te reto a que entremos a ver – rió – sino tendrás que tirar tus compras, es más, yo lo haré – dijo malicioso.

—De acuerdo... pero si gano en adentrarme sin querer salir, serás mi sirviente por una semana – la pelirroja lo miró decidida y el albino asintió.

Sin más, se adentraron en la casa, entrando principalmente a lo que debería ser un jardín o patio de juegos, ya que había columpios por un esquina de éste. El columpio se movía levemente por una reciente brisa de aire.

—Ok... Sigamos – el albino estaba un poco nervioso. La joven lo tomó de la mano llevándolo a lo que era la entrada al interior de la casa, la cual no tenía puerta.

Al entrar, se podía sentir un aura de tristeza, algo raro había en esa casa.

Los jóvenes siguieron paseándose por la casa, viendo con más detalles las partes quemadas, de pronto, en una sala se ven pintadas lo que quizás fueron las siluetas de las personas que estuvieron allí, personas que murieron en el incendio.

—Creo que ya es suficiente, deberíamos irnos – dijo el joven albino.

—Pues perderás la apuesta entonces, además siento como si ... ¿Debiéramos estar aquí? – se cuestionó a sí misma.

—Ok..? – sólo se limitó a seguir a la pelirroja.

Los jóvenes siguieron observando desde habitaciones, baños y demás, llegando a un sótano, el cual tenía enfrente una puerta derribada aparentemente por una explosión, la puerta estaba tirada en el suelo, con partes carbonizadas, una gran abolladura que parecía ser hecha por una bala de cañón.

—Esto es raro... Shermie – dijo el albino.

—Ya lo creo – asintió algo perturbada, al ver sangre seca por el lugar.

Entraron al sótano y se toparon con ropa tirada y platos con sobras de comida que ya tenía varios días o incluso semanas o meses, ya estaba en descomposición, con hongos y color raro, además de moscas revoloteando. Los jóvenes salieron de allí, y fueron a una última habitación, aquella habitación se encontraba cerrada, por lo que la joven pelirroja giró el picaporte de la misma y abrió la puerta, allí se encontraba lo que era una habitación para un niño, tenía unos pocos peluches, figuras de acción, un escritorio, una cama, entre otras cosas; todo estaba lleno de polvo y telarañas.

El monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora