II

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|Cuidando de un pequeño|
(Parte 1)


Luego de haberse encargado del pequeño chico de nombre Chris en el hospital, lo llevaron a un departamento, en el cual los otros dos se habían estado hospedando.

—Bueno, llegamos pequeño, este es nuestro hogar temporal – Shermie le sonrió al pequeño castaño.

—O-ok – dijo el pequeño con las mejillas rojitas por la fiebre, y unos ojos algo rojos y llorosos.

—Deberías recostarte, no te has recuperado aún – el albino lo tomó por los brazos, para después llevarlo a una habitación como si fuera un costal de papas.

Después de Yashiro recostar al castaño, lo acomodó bien y lo arropó; seguido de eso le acarició el cabello, un momento después, Shermie llegó a la habitación, poniendo un trapo encima de la frente de Chris, además de darle su medicina.

—Duerme bien, pequeño – Shermie juntó su nariz con la del castaño.

—G-gracias – bostezó el pequeño, para después cerrar sus ojos y dormirse. Mientras tanto, Yashiro y Shermie salieron del cuarto.

—Necesitamos cuidar del niño, es tan precioso, no merece estar solo – dijo preocupada Shermie – aunque tenemos inconvenientes.

—Sí, no tenemos papeles que digan que el chico es nuestro – Yashiro contestó – y tramitar la adopción tardaría mucho tiempo.. y debemos viajar a Japón..

—Humm.. no creo que pase nada, no dejaremos que nadie nos lo quite – Shermie tenía una mirada fría, al igual que Yashiro. Ambos asintieron al estar de acuerdo.

.....

Había pasado ya una noche, era de día cuando el pequeño castaño sintió los rayos del sol tocarlo, despertándolo de su sueño.

—Buenos días! C-Chris! – saludó la pelirroja, había dudado por un momento si aquel era el nombre correcto.

—Buen día – sonrió el castaño mientras se tallaba los ojos con pereza.

La pelirroja tocaba al menor, comprobando así la mejoría de éste, quién ya no tenía fiebre, su temperatura estaba normal.

—Muy bien pequeño, has mejorado – sonreía – es hora del desayuno, Chris.

—O-ok.. – asintió con cierta vergüenza, pues apenas recordaba lo el día anterior, y era un tanto extraño para él estar con aquellas personas.

La pelirroja y el castaño salieron del cuarto para ir al comedor, en el cual se encontraba Yashiro, sentado, al parecer esperando a los recién llegados, los cuales se sentaron a la mesa y se dispusieron a degustar aquel desayuno, el cual fue servido por el albino. Todos dieron las gracias por la merienda que degustarían, el castaño sólo imitó la acción de los mayores.

Todos comenzaron a comer, cada uno a su tiempo y ritmo, pero nadie se igualaba al pequeño, el cual comía como si no hubiese un mañana, Shermie sólo sonrió, Yashiro por otra parte no se dió cuenta de aquello, ya que se encontraba concentrado en su comida.

Un rato después terminaron todos de comer, Shermie levantó los platos con ayuda de Chris y después los lavó. Luego de un tiempo jugar con el menor, Yashiro y Shermie se fueron del lugar para conseguir ropa para Chris, además de conseguir un empleo, ya que su dinero no era eterno, desgraciadamente. Por ello tuvieron que tomar la decisión de dejar a Chris, solo… ¿Qué podría pasar?

….

El pequeño Chris no sabía que hacer, caminaba por aquí y por allá revisando el departamento, su ahora hogar. Miraba la TV, leía un poco, comía algún refrigerio e incluso intentó dormir pero le fue imposible, así que mejor encendió una radio, y se dedicó a escuchar música.

El pequeño cambiaba de canciones, mientras cambiaba de canciones, una le gustaba más que la anterior, escuchando de varios tipos de canciones transmitidas; llegó el momento en que empezó a sonar una canción que lo hizo vibrar, le encantó el sonido de la guitarra junto a otros instrumentos, aunque la guitarra era lo que más producía sonido, al menor le gustó el sonido de la batería, ya que le daba ritmo a la canción al compás de los otros instrumentos, según él.

—humm.. mhn~ – tarareaba una canción que le había gustado.

De repente, detuvo su tarareo se sentía incómodo, todo fue tan repentino, él comenzó a escuchar voces que le llamaban con cariño, podía escuchar en su mente de forma muy clara aquellas voces, al parecer era un recuerdo, pues el pequeño empezó a lagrimear con nostalgia, él conocía aquella voz, no sabe de dónde, pero la conocía.

Te amo, mi pequeño – decía una voz femenina con total cariño, él podía escucharlo en su mente, pero ésta no proyectaba el recuerdo, la imagen de aquella persona que le hablaba con tanto cariño.

—Ven, Chris, jugaremos al avión – otra voz le hablaba, ésta era una voz masculina que hablaba con diversión y cariño.

—¿Q-qué pasa?... ¿Qué son estas voces? – secaba sus lágrimas con confusión.

Lo siento.. pequeño.. quédate ahí.. e-es por tu bien – dijo con tono triste aquella voz femenina.

—¡Ya, Chris! ¡Cálmate por favor! – decían asustadas las dos voces que había escuchado anteriormente.

De pronto, las voces fueron calladas, Chris se sentía aún más confundido y desbordaba lágrimas en considerable cantidad, mientras que comenzaba a sentir un dolor de cabeza, el cual aumentaba el dolor en cuestión de segundos. Un rato después, el dolor de cabeza desapareció, pero ahora Chris se sentía observado.

—¿Huh? ¿Y-Yashiro?.. ¿S-Shermie? – volteaba a ver a todos lados sin encontrar a nadie.

Caminó por todo el lugar, de forma insegura, aún sintiendo una presencia en el lugar, decidió irse a dormir en aquel cuarto que ahora era suyo según Shermie y Yashiro, lagrimeando se recostó en la cama y se tapó con las cobijas de pies a cabeza, a fin de que aquél que le observaba no pudiese verlo más, sin embargo el sueño se apoderó del pequeño y terminó dormido.

Caminaban ya cerca de la entrada con muchas bolsas en mano, llevando comida y trajes para el pequeño castaño de nombre Chris.

—¿Puedes abrir?, yo no puedo con estas bolsas – Yashiro miraba de reojo el bolsillo de su pantalón para que la pelirroja tomara la llave de la puerta y así abriera, cosa que ésta hizo al final de cuentas.

—Pudiste dejar las bolsas en el suelo… – lanzó una mirada furtiva hacia el más alto.

—Emm… – el albino sólo sonrió con nervios para después poner una cara pícara, después sólo se limitó a entrar.

—Ya vas a empezar – rió levemente, para después sacar la llave de la puerta, seguir a Yashiro y meter las cosas que traía con ella.

Ambos acomodaron su despensa en la cocina, en el lugar correspondiente de cada cosa según Yashiro y Shermie se habían acostumbrado, la pelirroja terminó primero de acomodar las cosas, después tomó las bolsas con ropa para Chris y sorprenderlo con su regalo.

Buscó por la sala, la pequeña biblioteca, el jardín y no lo encontró, así que lo más lógico era que estuviese en su cuarto, ya que el niño no tomaba la confianza como para entrar a sus cuartos o al sótano; y así lo hizo buscó en el cuarto del pequeño y ahí estaba, recostado, durmiendo apacible, por lo que decidió dejar ahí las bolsas de compra con una tarjeta que decía “para el pequeño ángel”.

La chica se acercó a arropar al pequeño, acomodando así las cobijas, pues éstas tapaban todo el cuerpo del castaño – qué habrá pasado?... – ya terminando de acomodarlo, salió del cuarto para ir a ver un rato TV además de preparar algo de comida.

Y éste sería sólo el comienzo de sus aventuras y desventuras.

Próximo capítulo:

cuidando de un pequeño (parte 2)

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⏰ Última actualización: Feb 23, 2019 ⏰

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