Πρώτο μέρος

319 45 32
                                    

La dualidad en una misma persona






Después de otra agotadora presentación esa noche, lo único que deseaba era recostarme sobre el colchón de la habitación para lograr cesar todo el cansancio que arrastraba en mi cuerpo ese día en particular.

Habíamos trabajado duro todo el mes, los descansos eran casi nulos y el esfuerzo constante. Algunas veces sólo deseabas querer llegar a casa, recibir un abrazo de la persona que más quieres y desahogarte un momento.

Amaba tanto lo que hacía. Era mi pasión, mi meta, el objetivo que tanto había esperado, sin embargo a veces era tan difícil recibir toda la presión que conllevaba esto. Era un seguido ¡Haz esto! ¡Haz aquello! ¡Sonríe de esta forma! ¡No digas eso! ¡No toques ese tema!

O algo tan simple, pero que podía cargarme tantos problemas dentro de la industria. No tenía permitido mirarle de esa manera.

Ella.

Joohyun...

Ese nombre tan distinguido que tantas veces me había mantenido despierta en las noches contra la almohada volando por mi cabeza sin poder pegar los ojos.

Una mujer, tan poderosa, tan elegante, inteligente, llena de gracia y encanto.

Un suspiro escapó de mis labios cuando su imágen atravesó mi cabeza.

Nunca fue un tabú para mí la idea de que una mujer causará sensaciones en mi. No era una persona estúpida y era consciente de lo que me pasaba tanto como física y emocionalmente cada vez que ella estaba cerca.

Probablemente por el hecho de haber crecido en un país extranjero y lleno de variedad como Canadá había logrado aceptar con rapidez que esto no era nada nuevo. Poseía una mentalidad bastante amplia a pesar de la falta de tolerancia y aceptación de las diferentes visiones de la gente en mi país de origen.

Aún así, seguía siendo algo "incorrecto" para cualquiera que estuviera en mi situación.

Perdida y estúpidamente enamorada de mi compañera de grupo y amiga de años.

Sacudí mi cabeza en negación, tratando de hacer desaparecer las ideas de mi mente, cómo tantas veces antes había hecho.

No. Definitivamente no estaba bien.

Saqué mis botines de cuero negro con un poco de dificultad de mis pies y los lanzé en algún lugar en el piso del hotel en que estábamos todas esa noche. Hoy teníamos habitaciónes separada para cada una, para poder brindarnos más privacidad y espacio después de tanto tiempo pegadas en el día. Era bueno después de todo, le daba su tiempo a cada quien de descansar del mundo.

Me dirigí a la cómoda justo de lado de la cama y saqué de ahí unas cuántas prendas de noche bastante cómodas que había tenido el tiempo de acomodar en la mañana y me dirigí rumbo al baño.

Cambie mi atuendo algo apretado de la presentación de hoy por mi polera de dormir y mis shorts de tela lino.

Abrí la llave del agua fría y miré por última vez unos agotados ojos frente al espejo mirándome a mi misma antes de pasar un chorro de agua fría ahuecado entre mis manos por la piel de mi cara. La sensación era placentera y liberadora, sentir las gotas refrescando cada poro de piel y finalmente resbalado hasta mis labios y barbilla para repetirlo nuevamente. Quite el exceso de maquillaje y terminé de lavar mi cara.

Tiré mi sujetador al canasto de ropa sucia sintiendo mi cuerpo respirar de nuevo y me metí dentro de la cama, bajó las sábanas, logrando acomodarme antes de que el sueño poseyera mi cuerpo.

Cosa que no pasó...

Una vez más sus ojos obscuros aparecían en mi pensamiento.

Las imágenes no dejaban de surgir y ella estaba ahí, como tantas noches antes, me removí sobre el colchón luchando por sacarla de mi mente pero Dios, sólo podía visualizar como su esencia me atormentaba hasta en mis momentos de soledad. No pude evitar sonreír levemente para mí misma al recordar cómo esta misma tarde no se había despegado de mi, aferrándose cómo si de un koala se tratase, repitiendome continuamente lo mucho que le gustaba abrazarme en particular a mi, por un momento pude sentir mi pecho calentarse. Eso se esfumó cuando recordé en cómo se había separado abruptamente de mi cuándo las demás chicas entraron en la habitación.

Siempre solía pasar eso, me confudía de sobre manera como cada que estábamos a solas se ponía más cariñosa de lo normal conmigo, pero cuando alguien estaba presente sólo lo dejaba.

No pasaba inadvertido para mí cada uno de sus actos cuando estábamos a solas, me llevaba a pensar cosas que no eran del todo correctas. Como frotaba sus piernas contra las mías bajo la mesa, cómo me respasaba mi cuerpo en los vestuarios y se mantenía su mirada allí, cómo sigilosamente tomaba mis manos entre las suyas acariciandolas y entrelazandolas con suavidad, como posaba siempre sus manos en mis piernas y las frotaba lentamente con cariño hasta llegar a mis rodillas... Sólo eran unas pocas cosas que tal vez eran demasiado inofensivas pero por alguna razón sentía que había algo más bajo esas pequeñas muestras de afecto; o sólo tal vez estaba tratando de leer entre líneas algo que no existía, Joohyun era una persona bastante cálida aunque no lo demostrará tan seguido cómo lo aparentaba, siempre se encargaba de cuidar y proteger a cada una de nosotras, de guiarnos y darnos una idea de que hacer en cada momento, una verdadera líder. Me sentí algo decepcionada al pensarlo pero era cierto, no debía llevar mis conclusiones a otro lado que intervinieran con mis ilusiones y sentimientos prohibidos por mi líder.

No, no debía, era algo que no podría pasar, no sería recíproco, en que que demonios pensaba. ¿Cómo aquella mujer de ojos tan hipnotizantes como su misma naturaleza de superioridad podría llegar a sentir algo por mí?
Tan ilusa...

Sentí mi corazón hundirse ante mi propio cuestionamiento.

No era permitido yo lo sabía, era algo tonto, lo sabía. Aún así no quería eliminar del todo mi idea de que existía entre nosotras una especie de eléctricidad cada que nuestros ojos se encontraban en medio de todo...

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando escuché tres leves golpes provenir del pasillo donde se posicionaba la puerta de mi cuarto.

Me levanté abruptamente y miré la hora del reloj a mi izquierda en aquel buró caoba.

"2:56 a.m"

¿Qué querrían a esta hora de la madrugada?

Me pare con rapidez cuando volvieron a tocar la puerta, está vez con más ganas.

-Ya voy, ya voy.- anuncie con mi voz algo adormilada.

Caminé con pereza hacía el pasillo llegando hasta el frente de la exuberante puerta de madera fina. Y decidí asomarme primero por la rendija de la puerta antes de quitar del todo la cadena de esta y pasar mi tarjeta del hotel por ella.

Y allí estaba ella, tan hermosa como siempre, en su simpleza, con tan sólo una bata de dormir roja y unos shorts blancos de tela delgada por debajo de la misma. Mirándome con sus brazos cruzados a la altura de su pecho, sin ninguna expresión en su rostro, sería.

Tenía cara de no haber dormido en ningún momento en el que llegó a su habitación, cansancio reflejado en su expresión...

No pude evitar recorrele con la mirada y tragar saliva ante su majestuosa presencia delante mío, su piel blanca sólo cubierta por una refinada tela color carmesí como sus labios.

En ese momento le escuché carraspear haciéndome volver a la realidad.

—Eh, ¿Pasó algo Unnie?— pregunté aún algo apenada por mi acto anterior.

—Necesito hablar contigo.—

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 08, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Merging Of Souls; WenreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora