Taehyung siempre ha tenido pesadillas con un demonio que siempre le hacia el amor sin tocarlo. Lo dejaba jadeante por las mañanas cuando se levantaba y de noche lo acariciaba hasta dormirlo. Pero, cuando Taehyung cumplió los 18, su querido demonio y...
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Hace una semana atrás, Taehyung había cumplido los 18 y ahora estaba sentando en las sillas frente a padres que acompañaban a sus hijos en la graduación. Se acomodó una vez más en la silla y fijó su mirada en los padres con cámaras y sonrisas de oreja a oreja, entre esa multitud, vio a su madre. Ella lo saludó con la mano y le sonrió. Taehyung pasó saliva, estaba nervioso, era su último día en la escuela..., y tal vez el último en la tierra. Jimin, su amigo después de todo. Estaba a su lado y sus piernas no dejaban de temblar por lo emocionado que estaba.
— ¿A qué universidad irás? — le preguntó Jimin curioso.
La verdad, Taehyung nunca pensó en la universidad. De hecho, no se inscribió en ninguna.
— Tal vez a la de Kansas o California, ¿tú? — dijo Taehyung con una sonrisa fingida.
— Harvard. — dijo Jimin.
— Oh, felicidades. — Y no Taehyung no estaba celoso, Jimin siempre había sido inteligente y siempre le había gustado estudiar. A Taehyung no.
— ¿Tu madre vino? — preguntó Jimin. Taehyung asintió y la señaló. — Genial, mis padres están en un viaje de negocios.
Taehyung le dio una mirada triste y el micrófono del gran salón emitió un sonido cuando el director lo tocó. Taehyung pasó saliva y sin pensarlo, su mano agarraba fuera la mano de Jimin. Sí que estaba nervioso.
— El día de hoy padres de familia, sus hijos pasarán a una nueva etapa y se convertirán en lo que siempre han soñado... — Taehyung nunca tuvo sueños, ya que la mayoría de ellos eran con ese demonio. — . Serán nuestro futuro y nosotros dependeremos de ellos. Harán una nueva vida y una nueva sociedad, y estoy orgulloso de anunciar a nuestros graduados el día de hoy... — el salón se llenó de aplausos, gritos y silbidos cuando el director empezó a llamar a los estudiantes. Taehyung se mordió el labio inferior cuando la chica que estaba a su lado fue llamada haciéndole saber que era su turno. Fue en ese maldito momento en que lo vio caminar hacia él. La vida y la muerte caminaba hacia él de la manera más sigilosa y elegante que Taehyung se podía imaginar. El tiempo de detuvo cuando él se quedó de pie frente a la tarima en la que Taehyung estaba. — ¡Kim Taehyung! — Taehyung seguía perdido en los ojos de su demonio. — ¡Kim Taehyung!
Jimin le dio un codazo a Taehyung y fue que reaccionó, se levantó de la silla y caminó hacia el director. Le dio la mano y un abrazo, recibió el diploma y una medalla. Sus manos temblaban que dejó caer el diploma al suelo y se agachó para recogerlo. Bajó de la tarima con los ojos bien abiertos en busca de su demonio, pero no lo encontró. Pasó saliva y observó a su amigo que aún estaba en la silla.
— ¡Park Jimin! — dijo el director por el micrófono. Jimin se levantó de la silla con una sonrisa nerviosa y se dirigió hacia el director para hacer lo mismo que había hecho Taehyung hace unos segundos. Taehyung aplaudió por el triunfo de su amigo y alejó de la tarima cuando Jimin bajó.
