Mantén el secreto.

Un secreto de dos.

-Haz silencio, Kuroko-sensei. - susurró Kagami Taiga, un joven de diecisiete años mientras arremetía contra su profesor de lengua japonesa.

Kuroko se cubrió la boca con ambas manos y cerró fuertemente sus ojos, su alumno tocaba aquel punto que le hacía tocar el cielo. -Más...Más...Kagami-kun. .- gemía el peliceleste mientras miraba al pelirrojo con deseo y lujuria.

-Ugh...Maldición. - Jadeó Kagami al sentir la estrechez que rodeaba su miembro. - Me...Me voy a correr. - advirtió para luego empezar a salir del interior de Kuroko, pero este no le dejó pues con las delgadas piernas se aferró a su cintura y le invitó nuevamente.

-Dentro...Correte dentro, Kagami-kun. - exclamó el peliceleste. Ante esto Kagami retomó el movimiento de hace unos instantes atrás y se acercó a su profesor para besarle mientras se corría en el cálido interior. Kuroko le abrazó del cuello y permitió que el joven le destrozara la boca con aquel beso demandante que se llevaba a cabo.

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-Procuremos no volverlo a hacer en la escuela, Kagami-kun. - dijo Tetsuya mientras se apuntaba nuevamente la camisa.

Kagami le miró de reojo y sonrió. - No prometo nada, Kuroko-sensei. - dijo tranquilo una vez cerró la bragueta de su pantalón. - El controlarme me es dificil cuando te veo coqueteando con otros. -

Kuroko le miró sorprendido. -¿De qué hablas? - preguntó con duda.

-No me gusta que seas tan cercano a Aomine. Él te desea Kuroko-sensei. - refutó molesto.

Tetsuya ahora entendía del porque Kagami le había interceptado en el pasillo y lo había arrastrado hasta el salón más lejano. - ¿Estas celoso de Aomine-kun? - preguntó con su típica cara de poker.

Taiga fue el que se sorprendió ante la pregunta y desvió la mirada al saberse descubierto. - Claro...Tu...Tu eres mio...Me molesta si alguien se acerca a ti con otras intenciones. - se recostó en uno de los pupitres tratando de actuar cool.

El profesor se acercó a su joven alumno quedando frente a frente, cogió una de las mano y se la llevó cerca a la boca. - Kagami-kun...soy tuyo...de nadie más.- susurró para luego succionar levemente el dedo índice del más alto. - No a cualquiera dejo que se corra dentro de mí...no les dejo que me marquen y tampoco arriesgaría mi trabajo por cualquiera. - terminó de decir. No opuso resistencia cuando nuevamente se vió entre el pupitre y su alumno, Kagami Taiga.

-Quiero gritarle a todo el mundo que eres mio y solo mio. - susurró mientras abría la camisa de Tetsuya.

-No lo puedes hacer, Kagami-kun, debes mantener el secreto. Solo unos años más, por el momento puedes calmar tu frustración con mi cuerpo. - susurró Kuroko mientras se terminaba de quitar la ropa.

Taiga paso saliva mientras observaba el cuerpo desnudo de su tutor. La pálida piel mostraba en algunas partes marcas rojas y moradas, unas más recientes que las otras, mordiscos leves y otros casi caníbales. En los muslos la marca de sus dedos al sostenerlo y una que otra mordida en el muslo interno. - Mantendré el secreto... pero tu cuerpo gritara en silencio a quien le pertenece. - dijo.

Kuroko sonrió suavemente, abrió sus brazos y piernas para recibir todo ese amor por parte de Kagami. - Ven, Kagami-kun...dime tu secreto. -