✧; u n o

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Desde que lo conoció su vida fue un completo caos, su solitaria vida se vio terminada cuando ese adorable cachorro de lobo apareció esa noche de nieve completamente empapado y temblando. Yoongi se volvió una luz en su obscura vida.

—Eres lento Jimin —gruñó el pequeño lobo sentado con las piernas cruzadas, Yoongi era una pequeña y adorable cría híbrida de un humano con un lobo, una especie de hombre lobo en pocas palabras; tenía la complexión de un niño de cuatro años con una pancita infladita, piernitas cortas y bracitos regordetes, de grandes ojos grises, cabellos negros, lacios y alborotados, de piel blanca suave, era un adorable y gruñón bebé.

¿Qué pasa con esa actitud arrogante? —se preguntó Park internamente mientras llevaba en las manos una charola con comida recién hecha, la dejo sobre la mesa esperando a que la pequeña cría se arrojara a la charola—. Pero... —soltó una sonrisa al sentarse frente a él, las pequeñas manitas sosteniendo los palillos, esa colita esponjosa descansando sobre el tatami y las orejitas moviéndose lentamente—...es bastante tierno. —Se mordió internamente la mejilla tratando de no soltar una sonrisa boba.

—¿Qué?

—Nada, sólo pensaba que tienes muy buenos modales para ser un lobo.

GRRR, para un lobo... —gruñó internamente el híbrido mirándole asesinamente—. El arroz está muy duro, el sabor es muy fuerte, dejaste el kimchi mucho tiempo en la salsa a propósito ¿cierto? —el pequeño se quejaba mirando con asco la comida.

—¿Es tan malo? —se preguntó Jimin llevándose una mano debajo de la barbilla.

—Aparte del sabor, esto es... ¡as-asqueroso!

—Lo siento Yoongi, lo volveré a hacer. —Derrotado el rubio tomó la charola soltando un suspiro de decepción, sabía que su comida era mal, pero no pensó que fuera TAN mala.

—Espera. —La pequeña manita le detuvo antes de que quitara el plato de la mesa—. ¿Dije que no me lo comería? Sólo sé más cuidadoso la siguiente vez. —Con los palillos en las manitas revolvió el arroz.

—Yoongi. —Se sorprendió Jimin—. ¿Acaso no le importa el sabor? —el lobito seguía comiendo como si su vida dependiera de eso.

Después de la comida Jimin aseó los platos y corrió a cambiarse, debía apresurarse o se le haría muy tarde, corrió a cambiarse, debía apresurarse.

—Bueno, me voy a trabajar, cuida la casa Yoongi —le avisó al lobito que estaba bajo el umbral de la puerta mirándole ceñudo.

—Está bien, ten cuidado. —El pequeño se acercó sobre sus cortas piernitas dejando su cola balancearse detrás de él. Sus orejitas estaban abajo y su colita colgando tiernamente.

—Regresaré pronto. —Se agachó a su altura, alborotó su cabello mirándole con mucha dulzura.

—¡Detente! —gritó el cachorro—. ¡No soy un gato, no hagas eso!

—¿De verdad? Lo siento —el mayor se disculpó sin borrar una leve sonrisa de sus rosados labios—. Me voy. —Y posó sus labios sobre la sonrojada y abultada mejilla del pequeño híbrido quien abrió los ojos a la par.

Jimin se despidió una vez más y cerró la puerta tras de sí emprendiendo la carrera para llegar a tiempo.

Yoongi se quedó estático frente a la puerta, sonrojado llevo la mano a su pequeña mejilla palpando en donde Jimin depositó el beso.

...

Después de una jornada extenuante en la academia el rubio pasó a una tienda de conveniencia por la cena, con lo tarde que era no le daría tiempo de preparar algo para Yoongi.

Cachorro ୭ yoonmin ; adaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora