Octubre quince.

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Era tarde en la noche, miraba las estrellas. Llevaba rato recordándole añorando aquellas noches de tiempos pasados donde las conversaciones y las sonrisas fluían naturalmente casi como respirar.
Había pasado tiempo, pero lo recordaba como si fuera ayer.
La tarde había sido tranquila, recorrió las calles de aquella ciudad que amaba con la cámara lista para cáptar cualquier cosa que llamara su atención. Recorrió los lugares con calma viendo todo y a la vez nada perdido en sus pensamientos, en sus recuerdos, la vio pasar por fuera de la tienda de souvenirs, no lo pensó mucho y siguió sus pasos ella tenía un destino en mente, lo sabia, aunque no pareciera. Se veía tan tierna llevaba un gorro de lana y zapatillas blancas  su abrigo negro y jeans azules no guántes a ella no le gustan los guantes.
Durante todo el trayecto el  observaba detalles  en ella, en las  manos una cámara y en su mochila libros seguro, se detenía a ratos y fotografiaba alguna cosa una casa un árbol o una flor, la calle o el cielo todo llamaba su atención parecía una niña, sonreía y seguía adelante nunca miró a tras nunca lo hacía.

Al doblar la esquina la vio subir unos escalones de una casa a mitad de la calle, la casa era grande estaba decorada con motivos navideños y había un árbol inmenso al frente.
La casa estaba bien mantenida pero se notaba que era de otra época, justo el tipo de casas que ella amaba  antigua y con carácter, era increíble cómo recordaba perfectamente sus gustos.
Ella levantó la mano para tocar el timbre, pero la puerta se abrió antes y un hombre alto apareció en ella sonrió y la abrazo. ella devolvió ese abrazo el la levantó y giró con ella entre sus brazos, el enterró su rostro en el cuello de ella, su risa suave y cantarina se esparció por la calle, lo alcanzo con la fuerza de un huracán, le quito el aire del cuerpo y sentio sus piernas flaquear, no lo espero  no estaba preparado para ello y menos para lo que pasó a continuación.
El hombre la  puso sobre  sus pies en el suelo nuevamente pero no la soltó la miró  a los ojos  y algo dijo bajo y con la mirada clavada en sus ojos. a la  distancia que estaba no lo oyó, solo vio. sus manos estaban en su cintura una siguió ahí la otra ascendió por su espalda hasta su cuello y se enredo en su cabello ella Alzo su rostro y el bajo el suyo sus labios se encontraron  a mitad de cámino y fue espantoso presenciar como el la acerco aún más a su cuerpo y profundizó el beso ella subió las manos a su cuello y lo rodeó con ellos aceptando complaciente ese acto.
Presenciar aquello hizo que su corazón se rompiera en mil pedazos, que sintiera como que  moria, que ella  lo mataba con cada segundo que pasaba. aún así no se movió no puedo. Quiso dejar de mirar y tampoco lo logro ya no le quedaban fuerzas.
Se resigno a continuar ahí y ver como cada ilusión se rompio hasta el punto de no retorno .
Luego de lo que parecieron años ellos se separaron y el la rodeó de la cintura con una mano y con la otra tomo la cámara y su mochila y la ingreso a la casa, supongo a continuar con los besos o con algo más....

Reacciono con el sonido de su celular alguien llamaba respondio sin ver quién era.  La voz de su esposa lo saco del trance pregunto dónde estaba  y si faltaba mucho  para volver, se le había pasado el tiempo super rápido, suspiro y volvio a casa donde pertenecia, con la familia, su esposa e hijos. Por el camino recordo por qué ella estába ahora en esa casa con Ese otro hombre.
Fue hace años, un día ella llegó a un hotel del centro donde tendríamos una seción de fotos para una revista, el fotógrafo oficial tubo un accidente y mando a su mano derecha. El dijo que confiaba en esta persona con su vida.
Todos estábamos listos cuando ella entró, sonriendo y con una mochila al hombro, se presentó como Hanna solo asi. Abrió su mochila y saco dos cámaras y la niña  pequeña y tímida se transformó en una completa profesional y a nadie le quedó duda de por qué ella era la mano derecha del mejor fotografo de la ciudad, ella sabía lo que hacía y como lo hacía, termino nuestra seción en tiempo récord y se despidió. Desde ese día en adelante la encontré varias veces por trabajo o por qué coincidíamos en la calle.
Con el tiempo comenzamos a hablar luego nos hicimos amigos y podíamos pasar horas hablando de diferentes temas sus gustos los míos sus sueños fantacias, esperanzas, de casi cualquier cosa hasta que descubrí que la necesitaba que la extrañaba que la amaba. Que me había enamorado sin darme cuenta, que ella era todo lo que yo esperaba de una pareja. Pero había un pequeño detalle yo estaba casado. Ella no aceptaría jamás ser la otra y además estaban mis hijos, decidí no decirlo e ignorar el hecho. Sin embargo la vida no es como uno espera y le encanta hacernos sufrir. Ella se dió cuenta de mis sentimientos y de que ocultarlos me hacía sufrir, entonces me confronto y pregunto si podía superarlo si sería capaz de olvidarla con ella cerca, dije que no. Ella dijo que lo sentía que no podía verme sufrir que me quería y no quería ser la culpable de que mi vida se destruyera de esa manera y si había algo que ella pudiese hacer lo haría....
Antes de un mes renunció a su trabajo vendió su dpto y se despidió me abrazó largo rato sonrió y me pidió perdón que era lo mejor que la olvidaría que el tiempo todo lo cura que mi familia era más importante que cualquier otra cosa que luchará por ello y que fuera muy feliz.
Lo prometí lo intente, no la busqué ni la llamé me dediqué a mi familia y mi trabajo al cien por cien, de día soy un hombre dedicado y feliz de noche al cerrar los ojos la recuerdo la extraño y aún la amo por qué ni todo el tiempo del mundo podrá borrar su recuerdo su sonrisa o la sensación de saber que encontraste aquello que algunos llaman media naranja, complemento o tu persona designada en la vida aquella que todos tienen pero que muy pocos tienen la fortuna de encontrar, yo puedo decir que la encontré que la ame pero lamentablemente la dejé ir porque nos encontramos tarde, era perfecta pero no era el momento.
Yo no fui capaz de darle lo que ella merecia a pesar de amarla.  El amor no siempre es suficiente yo la ame , la amo pero no la puedo tener por qué mis responsabilidades son más grandes que mi amor. Mi familia es mi meta, mis hijos mi pilar. Mi esposa la razón de que ella jamás se diera una oportunidad conmigo , la conocí cuando ya estaba casado y mis hijos eran pequeños, ella le da demasiada importancia a la familia y una vez  dijo yo seré lo peor del mundo pero jamás seré la causa de la destrucción de una familia, por lo que a pesar de saber que ella era la persona correcta no era el momento mi familia y mis hijos me necesitaban.
Ella se alejó en cuanto lo supo.  yo jamás la busqué y con el tiempo  nos alejamos....Se fue y nunca la volví a ver hasta hoy...

Y hoy descubrí que la vida es  así a veces pone ante ti a la persona correcta, pero en el momento equivocado....

Recordando🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora