RECUERDOS OSCUROS

Capítulo 1. Mi vida

Querido diario, mi nombre es Michael Wright un chico de 17 años, alto y de pelo negro y ojos marrones con una piel bastante blanca, sinceramente, hoy no hice nada muy interesante, hablé con mis amigos, con Sophie, y tras salir de la escuela volví a casa, hoy vuelve a ser un día nublado más entre tantos, odio estos días, todo es demasiado gris y no para de llover, aunque eso último realmente no es tan malo, al menos así tengo la excusa para no salir de casa y jugar con mis consolas o mi PC, una vez más hoy e tenido una extraña visión o recuerdo extraño, me encontraba en una casa de forma redondeada, al parecer tenía dos plantas, en mi recuerdo, al acercarme a la casa alguien abriría la puerta y hablaría, tras esto el recuerdo acabó, al parecer cada recuerdo van estando conectados el uno con el otro, hace dos días soñé cómo llegaba a esa casa y el camino por el que fui, aunque supongo que eso son sólo alucinaciones por las muchas horas que me llevo frente al PC jugando RPG's o tal vez tenga que ver con lo que mi madre me dijo hace años... Aunque eso no tendría sentido, no tengo nada más que decir, hasta mañana diario

                                         Lunes.

-Arriba! Este niño... Todas las mañanas debo despertarte?-Diría mi madre mientras me observaba frente a mi cama tumbado, tenía una expresión sería, al parecer estaba enfadada

-Vamos! Vistete y tras desayunar ve a la escuela, quieres volver a llegar tarde?- sería lo último que escuchase mientras  observaba cómo salía de mi habitación y bajaba las escaleras hacia el piso de abajo

-aaagh...siempre igual- comentaría sabiendo que mi madre ya no estaba en la habitación, tras esto me levanté y me vestí, tras vestirme bajé las escaleras llegando a la cocina y agarraría una tostada la cuál estaba en un plato, mientras me la comía agarrando mi mochila mi madre me deseó un buen día y salí de mi casa, de camino a la escuela me encontraría con Sophie

-Hola Michael! Que tal te a ido todo? Ayer se te veía más callado de lo normal- me diría la chica pelicastaña un poco más bajita que yo mientras caminaba a mi lado

-Eh? Si me encuentro bien, no te preocupes- decía con un leve rubor desviando mi mirada hacia otro lugar, como estarás pensando, efectivamente, esta chica me lleva gustando desde hace unos años, aunque nunca e tenido el valor de decirle nada sobre eso, mis amigos me llaman tonto por eso

-uh? Seguro? Te veo nervioso, deberías dejar de jugar tantos videojuegos y salir más- diría la chica sonriendo, me decidiría a responderle cuando ella cortó mi frase de una tajada

-Mira la llegamos a la escuela, vamos!-

Tras escucharla suspiraría y entraría con ella a mi clase, tras unos minutos de clase me comenzaría a marear bastante, mi profesora al verme en ese estado me mandaría a ir al baño, de camino allá algo ocurriría, algo que cambiaría mi vida, mi destino y mi futuro...