Crea Cuervos y te Sacarán los Ojos

Incubación

-Mami- balbuceo mi pequeña niña, apenas tiene doce años, es mi vida-¿Dónde esá Papi? Siempre suele hacerme esa pregunta durante el desayuno. No era extraño de su parte.

Paso demaciado tiempo fuera de casa, aveces creo que mi hogar es el laboratorio, mi marido la ingeniería genética y mi hijo +El cuervo+, llevo más de quince años trabajando en él, pero nunca eh podido probarlo nada más que en roedores, y es aburrido, siempre los mismos sintomas, nauseas las primeras horas, vómito y diarrea luego de dos días, caida de pelo durante la siguiente semana... nada imprecionante, solo mueren luego de caerseles las extremidades y luego de que los ojos se vuelvan rígidos y salten de sus cuencas, ahí les llegó el fin, pero supuestamente los roedores tiene menor riezgo de muerte... que pasaría si...

El cuervo, es una mutación genética entre el virus del ébola, pero al igual que el VIH ataca el sistema linfático... Produce convulsiones alterando la capacidad cerebrál y produciendo hormonas similares a las de un pasciente con ren palabras más sencillas el afectado muere deshidratado, inmóvil, las extremidades comienzan a descomponerse como si se hibiera contraido la gangrena... si tan solo pudiera probarlo en un ser pensante.

Mi esposo es un parásito peor a El cuervo, trabaja como funtanero y dedica más tiempo que yo a mi hija, lo envidio en sierto modo, pero si yo no hubiera luchado por conseguir mi titulo y este puesto en la CIA nunca hubuera podido darle a mi hija lo que ahora tiene, lo odio tanto es 10 años más joven que yo y un mujeriego de primera, si tan solo...

Si tan solo pudiera darle a mi pequeño hijo, a mi cuervo, a mi creación, rienda suelta sobre esa sanguijuela que no hace más que estorbar, aparte de deshacerme de él probaría de una vez por todas que -El ceurvo- no es una gripa común y me umentarían el salario y podrían autorizarme buscar la cura a esta bala.

Mi trabajo siempre ah side asqueroso, o por lo meono nadie sin sufuciente estómago podría realizarlo, llevo más de una década trabajando para la UCGI (United Central of Genetical Infraestructure), laboratorio de la CIA, aqui abajo se podría decir que rascamos el infierno mientras jugamos a ser Dios.

Un día más de trabajo, apenas comenzó y ya estoy soñando con una vida mejor, bajé hasta el piso -12, un sótano blanco y nada cómodo. Apesta, seguramente los especimenes fallecieron por la madrugada, hice un par de apuntes en la bitácora privada de Él, por lo general los demás ingenieros le llaman EbMUY678-4 o Citohiponatremo virus, pero yo le decidíllamar cuervo, por el refrán que mi abuela cacaraqueaba a diario, Cria cuervos y te sacaran los ojos, ete pequeño bicho, mi hijo podría matarme sin piedad por ser yo su creadora, su dios.

Me implante un par de guates y fui a revisar las ratas, estaban frias, la carne de sus muslos y cuello habia empezado a volverse morada o provablemente azul, los ojos habian explotado y manchado el terrario con atizbos negros y cafes con rojo, lo segundo provablemente sangre y eses que desbordaron durante la ultima etapa de reintegración, puesto que el sistema nervioso deja de funcionar y los acidos gastricos corroen la carne con la difunta flora y fauna intestinal causando este tipo de evacuación, el olor fétido de los cuerpos sorprendentemente ya descompuestos me heló la sangre, es peor de lo que imaginé.

Terminó el turno, 56 horas bajo tierra, anhelo ver a mi hija, y al imbésil de mi marido de una manera extraña, pero antes de marcharme me llevaré a mi angel conmigo.

Espero un par de horas más y enfrasco una muestra de las ese de las ratas antes de quitarme el equipo de protección, están completamente infectadas, son el putero perfecto de mi niño. El frasco de pirex y la bolsa gelatinos de mercurio no permitiran contagio alguno, Por el momento.

Subí a mi BMW y me marché aún con el gafete de la CIA colgando del cuello, hace años que quise hacer esto, lancé el gafete hacia atrás como de costumbre. La dopamina y oxcitocina corrian por mi cuerpo, estaba excitada, un olor entre rabia y felicidad aruñaba mis pulmones. 

Al llegar a casa baje del auto con mi amado niño es brazos, lo guardé en la nevera y fui a saludar a mi hija, estaba exhausta auque tiendo hacer turnos de 72 y 80 horas, hoy era el dia perfecto para sorpender a mi pequeña, pero la sorprendida fui yo.