Amor-Odio (KakuHidan) Yaoi

En busca de la recompensa

—Aquel día el dúo zombie, como los había bautizado Kisame, se encontraban como de costumbre en la búsqueda de un sujeto cuyo nombre aparecía en el libro bingo; dichoso objeto que poseía Kakuzu en sus manos en ese momento viendo su siguiente víctima.
Hidan como siempre ya se estaba agotando de caminar y comenzaba a quejarse—

-Kakuzu, ¿falta mucho?

-Callate Hidan.

—Respondió el moreno con aquel tono grave de voz que lo caracterizaba mientras guardaba el libro antes mencionado para ahora sacar su mapa el cual observó fijamente por unos cuantos segundos mientras mantenía un lento caminar—

-Kakuzuuuu...

—Mencionaba nuevamente el jashinista con ganas de molestar a su compañero el cual trataba de ignorarlo pero aquél peliplata era irritante cuando se disponía a serlo—

-¡Idiota te estoy hablando!

-Cierra la boca Hidan si no quieres que te mate.

-¿De verdad Kakuzu? ¡Ja! ya me gustaría que alguien pudiera matarme.

—El moreno se sentía cada vez más irritado y las ganas por golpear a Hidan aumentaba pero sabía que su compañero buscaba hacerle perder la paciencia así que prefería ignorar al fastidioso jashinista mientras tenía aún entre sus manos el mapa—

-Kakuzuuuu... Deja de ignorarme imbécil, llevamos caminando un buen rato y ya estoy cansado sin mencionar que ya me dió hambre.

-Bien Hidan, buscaremos algo de comer sin con eso dejas de fastidiarme.

—Para la suerte de ambos a pocos metros de ellos se divisaba una tienda a la cual no dudaron en ir. Una vez dentro de dicha tienda el de coceduras ordenó comida y algo de beber para ambos, pidió lo más barato que ofrecía el lugar lo cual molestaba a Hidan y ya parecía que estuviese a punto de quejarse—

-Kakuzu eres un tacaño.

—El peliplata no podía aguantar las ganas de quejarse por cada cosa que le molestaba por ello si algo no era de su agrado lo decía aunque su compañero odiaba escuchar las quejas del ojimorado sin mencionar que era un tipo fácil de irritar.
Tras algunos minutos de espera las órdenes al fin les fueron servidas, Hidan con cara de poco agradecimiento probó la comida—

-¿Que se supone que es esto? siempre ordenas lo más barato maldito avaro.

-Hidan, cállate y come.