II

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Narra Dante.

Cuando terminó la clase, salí de la sala corriendo, porque no sabía cómo chucha responderle la nota culiá (si, así de hueón soy).

Estaba en el patio, buscando dónde sentarme para pensar qué chucha hacer, encontré un árbol al lado de un grupo de volaos, me senté y saqué un cigarro pa despejarme de todo el impacto.

O sea qué onda, de repente aparece un hueón que encima lo veía en mis sueños, me invita a salir y ni siquiera me lo dice en la cara, me manda un papel culiao todo rancio que dice que lo tengo que invitar a un café.
Qué hueá mi vida.

Fui a mi otra clase, me senté lo más adelante posible pa poder poner toda la atención que mis dos neuronas funcionales puedan captar, porque me estaba echando el ramo y ya me lo había echado 2 veces.
Y el hueón apareció.

Y como Pedro por su casa, se sentó a mi lado y me empezó a hablar.

- hola
- hola. (con puntito porque soy cortante)
- oye, al final no me dijiste tu nombre
- tú tampoco me dijiste el tuyo
- puta verdad, me llamo Ellio
- ¿así como el gas?
- no, sin h
- ah la hueá bacán.-
Y me callé, porque el profe ya había llegado y tengo que poner atención.

- Oye, no me dijiste tu nombre.
- Dante, ahora shhh
- que bonito nombre
- gracias, ahora déjame escuchar.

Así paso la hora, hasta que terminó la clase, Ellio me explicaba todo lo que no entendía, en realidad me agradaba el cabro este, era simpático, siempre metía conversa y si te veía complicado, te explicaba.

Al final accedí a tomar el café con él, y lo tuve que invitar po, si choqué con él, mínimo le pagaba la hueá.
Era sencillo, estudiaba lingüística, tenía un perro llamado Zeus y le gustaba leer.

Al final el hueón me fue a dejar al paradero, porque le servía la misma micro que a mi, y nos fuimos juntos.

Llegó el momento en el que me tenía que bajar, íbamos sentados, le dije permiso porque el ahueonao no se corría, me pesca la mano y me da un beso.

Quedé pal hoyo así onda literal, me bajé en shock, el estúpido culiao se reía y me decía chao, pero yo, yo ya no reaccionaba.

Qué hueá acababa de ocurrir, conchetumare qué pasó, ¿me gustó?, ¿no me gustó?, ¿por qué no reaccioné?.
Esas eran las dudas que recorrían mi mente mientras caminaba las 5 cuadras para llegar a mi casa.

Llegué, saludé a mi mami, y subí a mi pieza. Me eché en mi cama a pensar qué había pasado. Después recorde que tenía que leer un libro de 900 páginas para después de mañana y se me pasó el shock, comencé a estudiar hasta quedarme dormido, y volví a soñar con él.

Desperté, me fuí a bañar, miré la hora y eran las 4 de la mañana. Por la chucha que soy hueón, me levanté antes que sonara la alarma por la conchesumare grande.
Ya, filo.

Fuí a buscar algo pa comer porque de ahueonao que soy con todo el shock que tuve se me olvidó tomar once, me hice un pan con queso y revisé mi celular, vi las notificaciones y adivinen qué había.

Ellio Marasso te envío una solicitud de amistad.

¿Qué hago?, ¿la acepto?, ¿no la acepto?.
Al final la acepté, con un nido de emociones, no sé qué me pasa, me puse tiritón, no sabía qué hacer, si lo veo en un rato más cómo chucha voy a reaccionar o saludarlo.

¿Me dará un beso? o la peor pregunta de todas, ¿me ignorará? ni puta idea

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⏰ Última actualización: Oct 16, 2018 ⏰

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