v e i n t i t r e s

3.8K 427 104
                                    


Había vuelto al hospital con la intención de encontrar a Yoongi, ya sin pensar en lo enojado y frustrado que estaría al verme ahí.

Caminé intentando no parecer nerviosa, a pesar de estar consciente del temblor en mis piernas, y llegué hasta la cafeteria del lugar; en donde nos habíamos visto la última vez.

Pensaba quedarme sentada en alguna mesa mientras rezaba para que Yoongi se pasará por ahí a comprar algo. Porqué de no ser así, no sabía que era lo que haría.

No tuve que esperar demasiado en realidad, porque nada más pasar media hora; Yoongi apareció para comprarse un café. No me sorprendía, pero si me preocupaba; las bolsas moradas bajo sus ojos eran cada vez más notorias.

Me quedé estática durante el siguiente minuto, sin estar segura de qué hacer.

¿Debía ir a hablarle como si nada?

Intenté prepararme mentalmente para su posible regaño, pues; una vez más, había mentido a mi madre para poder ir a verlo.

Esta vez no había faltado a la escuela, pero no le había hablado a mi madre sobre la visita que haría a aquel hospital privado. Lo más probable era que Yoongi me regañara por haber hecho eso, pero tampoco me importaba.

Me paré y avancé hasta él con sigilo mientras se mantenía concentrado en la máquina que le daría su preciado café, esperando a que no se diera cuánta de mi presencia.

Carraspeé ligeramente detrás de él, haciendo que él me notará recién; mirándome primero confundido y luego con una irremediable irritación.

Suspiró– ¿Qué haces aquí, de nuevo?

Titubeé un poco, no sabía bien qué  era lo que debía decirle. Alternaba la mirada entre su pálido rostro cansado y la máquina de café al lado de él en una pequeña mesa de madera pulcra junto a algunos vasos de algún material aparentemente caro para ser unos simples vasos descartables.

El café de Yoongi estaba listo, pero él parecía no haberlo visto; por mi culpa, obviamente.

–Y-yo... –comenzé con una voz parecida a la de un ratón chillón–, bueno; quería saber cómo estabas.

El volvió a suspirar pero esta vez un poco más aliviado, me agradaba eso.

–Todo está bien –respondio, intentado convencerse a sí mismo también, pero fracasando casi al instante; pues se notaba a leguas que nada estaba bien.

Lo miré detalladamente con la intención de desifrar lo que pensaba en realidad, y me sorprendió ver que se mostraba un poco más relajado a comparación de otros días.

Imaginé que era gracias a que Daehee había despertado al fin, pero logré fijarme bien en sus lindos ojos marrón oscuro y parecía tener una lucha consigo mismo; algo que me confundió muchísimo, otra vez.

–Vete de aquí, Sunhye; no me ayudas demasiado –dijo con tranquilidad, casi como suplicando que le hiciera caso; y tampoco no entendí del todo bien su comentario–.

–Pero, yo...

Apreté los labios para no responder que no quería irme, quería quedarme con él. La línea recta formada por mis labios pareció confundirlo un poco pero noté ligeramente como una pequeña sonrisa ladina asomaba por sus labios esponjosos; haciendo que mi mente se confundiera aún más de lo que ya estaba.

–Anda, sal de aquí.

Asentí casi a regañadientes y me giré para comenzar a irme, o por lo menos hacerle pensar que lo haría; pero sentí el peso de la mano de Yoongi sobre mi cabeza, despeinando mi cabello oscuro con diversión.

No pude evitar sentir como mi corazón comenzaba a latir mucho más fuerte de lo normal casi queriendo escapar de mi pecho. Podría jurar que iba a desmayarme, y aun seguía totalmente confundida; porqué, no sabía qué era yo para Yoongi...

–Cuidate.

Su última palabra me dejó pensando aún más.

¿Realmente qué era yo para Yoongi?

- 🌺 -

Me sorprendí a mi misma parada al frente del departamento de Yoongi esperando por verlo una vez más.

No lo había visto desde la última visita fugaz que hice al hospital en el que estaba internada Daehee; y de eso ha había pasado casi un mes.

No sabía de Yoongi desde entonces, y no sabía si preocuparme por eso. Aun así, lo estaba, estaba preocupada por Yoongi al igual que siempre.

Sentí que en eso se basaba nuestra relación. Él desaparecía o hacia cualquier otra cosa, y yo terminaba completamente preocupada por él casi sin querer. Y eso me frustraba mucho, también.

Toqué la puerta sin fuerza casi deseando que él no me escuchara, pero a los pocos segundos escuché un par de ladridos provenientes de Holly, probablemente.

Min abrió la puerta con lentitud y apareció con un semblante completamente irreconocible.

Un fuerte olor a cigarrillo y alcohol golpeó con fuerza mis fosas nasales, casi provocando que retrocediera un poco; pero al ver el rostro de Yoongi completamente opacado por la tristeza, decidí quedarme ahí parada en frente de él intentando aparentar que no me había dolido el verlo así de demacrado.

Sus ojeras habían aumentado considerablemente y tenía los ojos completamente rojos e hinchados, parecía no haber dormido en varios días y su cabello estaba hecho un desastre por completo. Tuve que retener fuertemente mis ganas de abrazarlo.

No dije nada y el tampoco, se limitó a mirarme expectante durante unos segundos.

Sin que me lo esperara, soltó un pequeño sollozo al tiempo que sus ojos comenzaban a llenarse nuevamente de lágrimas y quise abrazarlo por un día entero.

–Nada está bien, Sunhye.

Él comenzó a llorar sin freno y tuve que adelantarme hasta quedar lo suficientemente cerca de él para poder abrazarlo, aún temiendo por su reacción. Pero Yoongi solo pudo devolverme el abrazo dejando escapar algunos suspiros de tristeza que él intentaba retener sin éxito alguno.

Y ahí estaba yo para Yoongi, como siempre.

why fall in love with min yoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora