Reflexiones

909 59 0
                                    

La enfermedad, que se fusiona contigo hasta poseerte.
Dicen que los viejos hábitos nunca mueren... Es como el alcoholismo y/o la drogadicción... Los trastornos alimenticios se quedan bien enterrados dentro tuyo, por siempre.
Deseo volver... Pero no quiero traicionar la confianza de mis padres de que estoy o estaba "recuperada".
Además, no entienden que estoy mal, que hay algo en mi mente que no estaría funcionando adecuadamente. Creen que es capricho, inmadurez, irresponsabilidad, sólo porque alimentarse es, entre otras cosas, cuidar de uno mismo. Y me cuesta, en parte, a aceptar esa relación entre comida-vida.
A veces me causa tanto rechazo la comida, que pienso en ayunar tanto como pueda y comer sólo lo mínimo e indispensable. Pero no lo creo muy posible. Quizá si viviera sola podría elegir mi alimentación como quiera. Pero de todos modos, un poco de razón tienen los adultos a mi alrededor: no comer, a sabiendas que debo mantener a mi cuerpo alimentado, no suena sensato o lógico, o saludable o responsable.
Por lo tanto, cómo conseguir alejarme de la comida, adelgazar hasta los huesos, sin mentir a los que me quieren y sin acabar hospitalizada?
Además, esta especie de carrera hacia la tumba no tiene sentido. Bajo de peso, un poco, un poco más y termino hospitalizada para recuperar el peso. Y qué logré? Nada. Es de nunca acabar. Acaso quiero vivir de internación en internación? La respuesta es NO. Entonces deberé curarme? Pues sí, pero lo veo tan remoto... Es que, gracias a mi autoestima baja, necesito validación... Alguien, en este caso, que me diga que estoy bajando de peso o se de cuenta de mi problema. Porque sino, siento como si estuviera mintinéndome a mí misma y a los demás.

No hay suficiente delgadez… siempre ocuparé demasiado espacio. No sé… aún se me escapan las razones ocultas de la anorexia y la bulimia.

AnorexiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora