Yo jamás sufrí, yo jamás lloré
Yo era muy feliz, yo vivía muy bien
No puedo llenarme el alma indicándole a mi vida que lo peor que me ha pasado es aruinarme la historia de amor y amistad, que nada es como parece que no todos contamos con la suerte de ser correspondido y menos de que el amor sea algo que venga en un envase llamado suerte.
Cuando le conocí no esperaba nada de nadie, la verdad nunca espera nada de nadie, yo solía ser feliz por no sentir nada, ni importarme nada, por eso el sería algo más en mi vida, no me acostumbraría a el, ni me apegaria a su existencia y menos sentiría algo, eso era algo que mi vida ya había olvidado a sentir.
Pero la vida tenía otros planes para mí, y mi estúpida existencia, donde el descanso hacia el dolor que tenía desde hace ya 5 años terminaría, la vida odia que exista paz en ti, o quizás solo tubo envidia de mi pasifica vida, esa que seguro ella no tiene ...
El llegó de manera espontánea, es amable, amigable y un poco tímido. Cuando entra en confianza, es muy cariñoso y de sus labios solo salen buenas y bellas palabras al referirse a uno, quizás yo alguien que no había recibido bonitas palabras y un buen trato me ilusionaria con eso. Al principio no me importaba, para mí era algo irrelevante pero nos acercamos cada día más y era tanta la química que teníamos, que desde el principio las personas pensaba que era algo y surgió la pregunta de toda buena química, son algo? Se gustan? Son novios o amigos? Yo era tan amargada a todo eso que mi respuesta adsolutamente era no! Ni ahora ni nunca. Solo amigos, porque en verdad no quería sentir nada, yo amo la paz, amaba mi paz.
