King |Truten|

uno

Aquel sonido constante del pie de Goten siendo golpeado contra el suelo llenaba la silenciosa habitación, miradas puestas en él, en su semblante serio e irritante.
Odiaba esperar, y esperar al rey Trunks no estaba para nada en sus planes, mucho menos cuando él no quería estar ahí por su propia cuenta.

Sus labios eran prisioneros de sus dientes, un sabor metálico llenando su boca. ¿Era normal estar tan asustado aunque por fuera se viera valiente con cualquier cosa? Odiaba sentirse así, inferior ante aquel ser sin corazón, un rey que veía por sí mismo y nunca por su pueblo.
Su pie dejó de golpear cuando las puertas de la gran sala se abrieron, dejaron ver a un increíble hombre atractivo, cabello lila, una capa cayendo por su espalda y aquél traje que marcaba su cuerpo y músculos bien proporcionados. La gente se dejaba engañar por su atractiva apariencia de rey protector.

Aclaró su garganta queriendo olvidar esos pensamientos fuera de lo normal, su mirada concentrada en el rey cuando estuvo delante de él. Ahora comprobaba que sus ojos estaban llenos de maldad.

— Príncipe, un gusto tenerlo por aquí — La sonrisa del rey le parecía tan cínica, quería escupirle en la cara, golpear su atractivo rostro.

— Deja esta mierda y ve directo al punto. — Goten no jugaba, quería largarse lo antes posible, ser libre, volver a su reino y ser feliz con su linda prometida que también estaba en peligro por los constantes ataques del reino de Trunks.

— ¿Así es como tratas a un rey? – La ceja de Trunks se elevó — De rodillas.

Goten apretó su mandíbula. Su mente llena de pensamientos de odio hacia el hombre delante de él; recordaba perfectamente las palabras de su padre: "Debes hacer todo lo que te pide, hazlo por el reino" Lo intentaba, pero no podía humillarse ante aque6l despreciable.
No lo hizo, se mantuvo de pie con la frente en alto, su cuerpo firme y mirada desafiante. Trunks sonrió con diversión.

– ¿Qué esperas? ¿Te da miedo que tus costosos pantalones salgan lastimados?

– No haré lo que me dice, soy un príncipe y usted también debe de dar respeto. Primero muerto que aceptar sus estúpidas órdenes.

Los ojos de Trunks oscureciendo notablemente, el color azul un poco más fuerte. Levantó una mano y con un rápido movimiento hizo que Goten cayera de rodillas, sintió como sus piernas dolían, débiles para poder levantarse.
Trunks siempre había sido conocido por sus grandes poderes, por el poder que heredó de sus antepasados haciéndolo un rey fuerte, invencible. Pocos reinos disfrutaban de este poder, el reino de Goten tenía prohibido usarlo. Su padre, Goku, había enfermado de una manera grave hasta el punto de perder sus poderes, desde ahí, ya nadie los ha heredado, por lo que se consideran perdidos en su reino.

– Ahora eres un esclavo, y los esclavos mantienen su puta boca cerrada. ¿Escuchaste?

Goten levantó la mirada, sus ojos llenos de rabia, intentaba controlar lo que diría, no quería problemas... Más de los que ya tendría.

–Sí.

– ¿Sí qué? – la sonrisa de Trunks era arrogante, cruzó sus brazos en su pecho mirando hacia abajo para ver a Goten.

– Sí, amo.