Danza bajo la lluvia

Baile a media noche

Nos encontramos en el siglo XXl donde una chica llamada Rosse leyó aquella leyenda y sin estar muy segura haría el intento en realizarla. "¿Qué es lo peor que puede pasar?" pensó, sin saber lo que destino tenía preparado para ella, al sonar la campana de media noche ella salió para encontrarse con una tenue calle, mientras las gotas de lluvia caían con gran lentitud, es como si todo aquel escenario hubiese sido preparado con tanto esmero solo para ella, se coloco de puntillas y comenzo a girar al compás del viento como si fuera una hoja de papel, estaba tan consentrada en aquella hermosa danza cuando tropezo con uno de sus pies y callo.

–Deberías tener más cuidado –dijo una voz sería que provenía de la obscuridad, un extraño escalofrio recorrio el cuerpo de aquella chica, no sabía que hacer pues el miedo invadía su cuerpo por completo, a tal punto de dejarla casi paralizada por completo–. ¿Acaso te comio la lengua el ratón? –pero ella siguió sin responder, estaba en shock, tenía ganas de correr y huir al mismo tiempo, pero sus piernas no se lo permitian. –Tranquila, sé que soy feo pero no es para que te asustes –prosiguió riendo aquel chico mientras se acercaba a Rosse, aquellos ojos azules le transmitían tanta paz que con tan solamente observarlos hicieron que el miedo desapareciera.

–Yo… yo... –Rosse no supo que decir, es como sí las palabras de su boca no fluyeran como de costumbre.

–Veo que te gusta caerte. –Río por lo alto al ver en que pocisión se encontraba la muchacha, por lo cual ella únicamente se limito a sonrojarse, de pronto se dio cuenta que gracias a la lluvia toda su ropa se transpasaba a excepcion de su ropa interior.

–No… no mires –logro articular la chica, cubriendo con sus manos, todo aquello que no quería que se viese.

–No es como si me gustaran las chicas sin pecho.

–¿A qué te refieres? –dijo Rosse confundida, hasta que se dio cuenta a lo que se refería–. Yo no tengo la culpa que estes observando mi plano busto –comentó con ironía.
–No te enojes, digo al menos tienes una linda cara.

–Eso no ayuda en nada. ¡Adiós!  –dijo enojada, mientras se disponía a marcharse.

–Espera dime tú nombre. –Sujeto levemente los brazos de la chica.

–Primero dime el tuyo.

–Mi nombre es James, ahora es tu turno.

– Mi nombre es…– Logro soltarse del amarre en que James la estaba sujetando.

–Espera.

– Lo siento Romeo, pero esta Julieta tiene un nombre secreto. –Rosse le giño un ojo para luego irse del lugar.

Para muchos podía haber sido la mejor de las coincidencias, pues ¿a quién no le gusta conocer a un chico guapo y qué tenga interes en ti? Pero Rosse no pensaba lo mismo, para ella quello había sido lo peor que podía haberle sucedido, fue humillada por un tipo que nunca en su vida había visto, llego a su casa muy empapada, por no mensionar que su hermano Jeremy la regañaría.

–¿Ro? –La miro muy confundida joven hermano.

–¡Maldición! ¿Qué rayos quieres? –Lo miro enojada y como era de costumbre siempre que se enfadaba se desquitaba con su hermano.

–No te enojes, me preocupo por ti, dime ¿Por qué llegas tan mojada?

–Los alienigenas me raptaro – Lo observo con una mirada divertida – Hablando enserio, es todo culpa de este libro – Dijo sueñalando la absurda leyenda.

– ¿Hablas de esa leyenda en donde, tienes que bailar? –

–Sí de esa misma –

– ¿Es enserio? Rosse, tú la chica que no cree en nada – Lo fulmino con la mirada.

– Ya lo sé es absurdo pero ve el nombre de la canción –

– Sí se llama “Sonata de luz de luna” – Ella lo miro confundida.

– Yo… yo había leído mi nombre – Y al mirar el libro efectivamente decía “Sonata de luz de luna”.

Ella estaba tan confundida ¿Cómo podía ser posible? ¿Los libros se borran y se escriben solos? ¿Y sí quizás eso realmente era el destino? Muchas preguntas rondaron por su mente pero ninguna tenía respuesta.