el sol no se encontraba para nada alumbrando en aquel manto oscuro cerca del suelo, las estrellas aparecían y se repartían por el mar azul que era el cielo y yo me encontraba en mi habitación sellada y me arreglaba con devoción para ir al encuentro con mis dos amores. mis cabellos oliendo a sandía, una colonia que nunca falla, un ramo de tulipanes rojos y otro de flores de cerezo, con una caja de chocolates variados de una marca en específico que sé que son sus preferidos.
sonreí por inercia al ver mi reflejo en el espejo completo que hay en mi alrededor. nunca en mi vida me había sentido tan bonito y decente como hoy, renjun. jamás en mi vida, jaemin.
el reloj de madera y cuerda que colgaba en uno de los laterales de mi habitación golpeó las ocho de la noche en punto, y la puerta de mi cuarto se entreabrió como ya era costumbre y cotidiano en mi vida. había pensado erróneamente que ella me dejaría salir al menos una sola vez desde que estoy aquí, que postraría una sonrisa en su rostro como las que me regalaba antes y me dejaría pasar con calma por la portería para poder volver a mi casa.
—jeno, querido, ¿puedo saber por qué estás vestido así?—los botones opacos y grandes que suponía eran sus ojos me miraban sin sentimiento desde mi imagen reflejada con una sonrisa fingida y tragué en seco con mi garganta ardiendo.
—voy a encontrarme con unos amigos, te lo dije, ¿no recuerdas?—
—ah, cielo, pero...—jugó con sus dedos con supuesta inocencia— ¿no puedes quedarte aquí al menos hoy? estoy segura de que tanto a renjun como jaemin no le tomarán importancia.
—por favor, otr...—
—yo soy tu mejor madre jeno.—un tono seco salió—y la única también, ¿no recuerdas?—su tono de voz se había agravado con la pregunta y sacó de atrás suyo una muy conocida caja cubierta de gamusa negra que se encontraba escondida por las capas gruesas del vestido turquesa sucio.—tienes que decidir pronto, jeno-ah, ¿quieres quedarte aquí conmigo, con tu mejor padre, con el mejor jaemin y el mejor renjun, con los mejores amigos? o, ¿prefieres volver a tu vida tranquila y monótona en seúl, peleando con tus familiares aburridos e inertes y amiguitos estúpidos?, ¿tengo razón?—
—madre...déjame volver...—
—tú sólo volverás a ese patético intento de hogar si te colocas estos lindo botones coloridos jeno-ah, y ahí pensaré si debo o no lastimar a tus amados novios—arrogante como pocos, empezó a avanzar dentro del estrecho lugar, cerrando la puerta de un golpe. yo daba pasos hacia atrás a medida que nuestra distancia se acortaba, observando su estructura comenzar a crecer y deformarse, los cabellos quedar desgastados y caídos, el cuerpo pálido y esquelético con falta de brillo.
los pecadores ojos gigantes y profundos.
—jeno, uno—se acercó aún más a mí, y sentí mi espada golpear fuerte contra el escritorio de madera clara cerca de mi cama, sin escapatoria.
—jeno, dos—ella ahora sonríe de una manera espeluznante con sus dientes chuecos, abriendo la caja para poder mostrar los botones que desgraciadamente pasarían a formar parte de mi anatomía. tomó la aguja que guardaba con tantos celos y con una línea negra de hilo ya atada se colocó en posición de ataque, ya lista para hacer el alma de otro individuo un verdadero infierno.
—jeno, tres y último—susurró y en un chasquido avanzó a palmos faltantes y sentí el punzante dolor de la aguja clavada contra mi orbe izquierda sin darme tiempo siquiera de levantar la mano para impedir lo imposible.
nunca quise; pero ahora estoy arrepentido y quiero disculparme de antemano por dejarlos a los dos solos esperando en nuestra cafetería favorita cerca del centro, junnie y minnie, mis niños. por verlos ansiando mi llegada hasta muy tade en la madrugada, hasta que el gerente muy groseramente les pidió que salieran de allí con griterio y suciedad incluídos. por tener que abandonar el acompañarlos en los caminos de sus respectivas casas, sosteniendo las bellas flores y los chocolates en sus manos, usando la blusa de pareja gris plomo, los pantalones negros estrechos y los zapatos deportivos que habíamos decido que combinaríamos con nuestra vestimenta.
y después; tú, renjun, vestido de blanco y negro.
y tú, jaemin, vestido de negro y azul.
y yo, era una sorpresa.
perdonenme por no haberlos visto continuar crecer con la hermosura que siempre los caracterizó, desde chicos. por no haber cumplido su sueño de mudarse a una ciudad muy alejada de seúl donde podían criar a la familia que han querido desde siempre. por no haber visto a sus (nuestros) nietos corretear de aquí allá en el balcón del hogar con ustedes sentados en hamacas, pelando naranjas, como la merienda de tarde en casa para todos.
pero, sobre todas las cosas. me arrodillo ante ustedes para pedir perdón por haber sido una de las otras almas que no pudieron escapar de la otra madre.
🎎
la autoría de esta historia no me corresponde, sólo la traduje y adapté al idioma español.
muchas gracias, petitpini ✨
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flowers and chocolates ° no.ren.min
Fanfictionjeno pretendía sorprender a sus dos amores con flores y chocolates, más su otra madre no quería dejarlo ir. [caroline!au | drabble angst | traducción autorizada; petitpini] chislut, 2018.