Cartas de Venus

Gaviota

Aquella noche, llovía en el puerto, septiembre asomaba por la costa.

-¡Gaviota! ¡Maldita Traidora, yo confiaba en ti!

-Ay pues, no me vengas con esas... sabías que yo te caía demasiado bien

-Jamás habría esperado tal cosa la tuya...

-¿Y qué esperas, desgraciado? ¿Que pretendes que piense de alguien que se ríe y dispara al vacío sabiendo a quien se carga?

-Siempre me lloverán las mujeres...

-Y por la misma razón te huirán...

-Já, ni te creas, no tendrían tan mal gusto como tú, que te vas, ¡Que te haces la loca!

-Suerte la tuya, que mi boca esté sellada. ¡Que si cuento la verdad!

-¡No eres capaz!

-¡No lo sabes!

-No sabes tú que nos odiarán a los dos...

-No si digo que iba ebria.

-¿Y que te forcé?

-Eso ya lo supondrán con esa cara la tuya...

-No, gaviota, ¡No serás capaz!

Él, traicionado y orgulloso, no lo podía creer, esa mosquita muerta se había burlado de él, se le había adelantado.

Como dijo un proverbio anónimo "Te cuidado con lo que deseas y a quien se lo deseas, no hay peor cosa que cambiar los papeles, de acero, ser mantequilla, frente al débil con puño de hierro.

Gaviota... una joven no tan fuerte, pues alguien más indefenso la destruyó.

No es cuestión de fuerza, sino de estrategia, a Gaviota la destruyó el más endeble del puerto, y ella al señor, al truhán.

Y cuando te arrase ese ser inferior a ti, no hay dignidad ni tiempo perdido que vuelve a ti.

¡Nunca, jamás!

Gaviota alzó el vuelo y como se lo propuso, no volvió a saber de ese señor, de vista, de pasada,  lo observaba con las muchachas en las noches. Él la miraba desafiante, como si pretendiera que le doliera, como si le causara algún sufrimiento, pero se equivocaba, no había golpe más fuerte que verla agarrada de la mano de su fiel y mejor amigo aquel domingo de resaca...

¿Cómo han podido? ¿Como se atrevieron a hacer tal cosa? Se cree listo el señor por ser de su condición, se creyó Truhán por ser Don Juan, se cree valioso y poderoso al tirar por tierra los sentimientos...

El día que aprendas a ser amigo, dijo el proverbio, serás el mejor amante.

Que se lo digan a Gaviota y a quien la atrapó en un tiro a ojo de escopeta, a quienes la atraparon.

Un corazón entre dos ápices y el truhán excluido de esa lucha, de ese juego... Muy listo se creyó cuando pensó que ese corazón podría ser suyo... o esa piel, quien sabe y no de ese otro amigo...

¿Que tendrían ellos que no tuviera él? Quizás fueron todo lo contrario, frío y caliente, y él... templado, que a veces ardía...

"Gaviota me las pagarás, si mi indiferencia no te duele, buscaré otra alternativa, te lo juro"

Nadie ha vuelto a saber del truhán, absolutamente nadie, la tierra lo había engullido por completo sin dejar rastro ni en sus redes sociales, todo eran fotos de paisajes para olvidarla, para no recordar la aerografía de su espalda, de su media desnudez aquel viernes de marzo... jamás esperaba que lo hiciera tan exquisito...

En ella todo era diferente e inesperado: El sexo, su madurez, su inteligencia... y hasta su manera de irse... de alzar el vuelo y no volver al nido, nunca, nunca más...

Una gaviota no hace verano, ni el invierno un viento huracanado, pero no olvides tampoco que un bien no hace propiedad, ni una estrella una lluvia, sin embargo, ella te ha dejado, y ahora eres desierto.

Pero ¿Ella tenía dueño? Demasiado indescifrable... ¿Ella era propiedad de alguien antes de pretenderla? ¿O es que el truhán esperó a que la desamortizaran para así poseerla él?                         Se le escapó, maldita sea, se largó.

Otro hombre le impedía al señor acecharla, y fue ella misma quien se liberó, quien tomó la decisión e ir directamente a la llaga, al mejor amigo, no para joder, sino porque sabía que él valía mucho más que ese chantaje de aquel soberbio.

Sin embargo, ni uno ni otro, ni sota ni caballo, ni peón ni alfil, ella ya había elegido en secreto, un secreto que a nadie revelará, un amor prohibido, pero que ardía al mirar esos ojos.

Que irónico, Gaviota parecía ser posesión de los hombres, pero era todo lo contrario, era ella quien los poseía, ellos la propiedad... y jamás, jamás... ellos lo sabrían.

(PD: esto lo improvisé en el bus de camino a la Uni, quería subirlo porque hacía montón que no aparecía por wattpad, y no sé, me hacía ilusión)