Capítulo 1 | Chicos alemanes

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Querido Carter, mi nombre es Milena Jones, tengo diecisiete años y...

Argh, no, mal comienzo, ¡qué aburrido sonaba eso!

Arrugo el papel con desdén y lo tiro en la papelera, oh, canasta.

Querido Carter, soy Milena y se ve que vas a ser mi intercambio alemán...

A ver, totufa, eso ya lo sabe y... ¿se ve? Ni que hubiese ocurrido de casualidad. Eres un desastre, Milena, el chico va a pensar que eres imbécil. Más aún.

Vuelvo a arrugar el papel y lo lanzo, pero esta vez cae fuera de la papelera. Maldita sea.

¿Tan difícil me resultaba escribir una simple carta a este tío? Realmente me estaba resultando la tarea más difícil del mundo. Sammy y Nicole ya tenían la suya preparada para enviar, y la señorita Newman nos ha puesto de plazo hasta el viernes. Y... mañana era viernes, genial, maravilloso, perfecto. Definitivamente odio los intercambios y más todavía el hecho de que me haya tocado un chico. ¿Por qué me habría tocado llevarme a un tío a mi casa? ¿Por qué no me habría tocado una chica, como a Nicole? Esto no hacía más que empeorar por segundos.

Mi madre aún no ha vuelto a casa, seguramente siga trabajando. Es bibliotecaria, sí, lo sé, un trabajo aburrido y carente de anécdotas que contar, bueno, era acorde a la personalidad de mi madre. No es que ella fuese un fiambre moribundo, mi madre solía ser divertida cuando se lo proponía, pero la mayoría del tiempo era un tostón y yo no tenía más remedio que aguantarla.

Son las nueve, tiene que estar al llegar. Y aún no tengo esta maldita carta. Pensaba llamar a Nicole para que me ayudara pero está en clase de chelo, sí, mi mejor amiga Nicole. Tan perfecta y tan responsable. Ella es muy diferente a mí, yo soy un desastre a su lado. Saca las mejores notas de mi clase, mientras que yo monto la fiesta del siglo si consigo llegar al cinco, no es que fuese una inepta inculta de la vida, pero estudiar no era una de mis habilidades. Yo quería aspirar a ser.. no sé, ¿qué se me da bien? Creo que no mucho. 

Sammy, mi mejor amigo, piensa que debería ser humorista. Y no sé si tomarme eso a bien o a mal porque... ¿humorista? ¿por qué? ¿es porque soy graciosa? ¿porque siempre cuento buenos chistes? ¿porque tengo una habilidad especial para hacer reír a la gente? ¿porque mi cara daba risa? Sabía que era fea, pero no para causar diversión con mi cara... Bueno, en fin, me desvío del tema que nos concierne. La maldita carta al alemán este.

"Querido Carter, soy Milena, tu intercamio inglés. La profesora Newman nos ha pedido que en esta carta nos presentemos brevemente y hablemos de nuestros intereses y demás charlatanerías, pero se me da mal hablar sobre mí, así que solo te diré que tendrás que conocerme para saber cómo soy. Espero que nos llevemos bien y lo pases genial en tu estancia en Inglaterra, aquí llueve mucho y esas cosas pero hay lugares guays a los que ir. Creo que mis mejores amigos te caerán bien, o al menos, eso creo.

Espero recibir tu respuesta pronto, besos Milena".

Taché lo de besos y lo dejé en "De Milena", una firma contundente y seria.

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2015 ⏰

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