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La oficina estaba a oscuras y en completo silencio. Solo el sonido de la terrible tormenta que se había desatado en la ciudad se podía escuchar en el lugar. Eran cerca de las once de la noche, y ya todos habían terminado su turno hacía ya dos horas. Cuando el reloj daba las nueve, los empleados e incluso los jefes huían como si fueran animales que habían sido enjaulados durante mucho tiempo. Sin embargo, había una excepción. Min Yoongi, uno de los jóvenes que trabajaban en aquella empresa, no se desesperaba por llegar a casa, no dejaba las cosas para el día siguiente, y odiaba ser regañado por algún retraso. Por eso, cada noche se quedaba a terminar todo sin que le importara cuánto tiempo pudiera llevarle, sin que le importara llegar casi desmayado a su departamento después.

Cansado, el muchacho de rubios cabellos acomodó sus lentes de descanso, y escribió por fin la última palabra del reporte que se le había pedido. Una vez guardado el archivo y enviado al correo electrónico de su jefe, apagó la computadora, y quedó, ahora sí, completamente a oscuras. Caminó arrastrando sus pies hasta el estacionamiento, y, allí, se subió a su auto. Lo encendió, y, con él, salió del edificio hasta llegar a la calle.

Yoongi estaba realmente cansado, incluso mucho más que otras veces. Ya hacía varios días que empezaba a sentir que su trabajo le traía más problemas que beneficios. Casi no estaba en casa, no dormía ni comía bien, y el hecho de estar sentado todo el día frente a una pantalla arruinaba su vista y su espalda. No obstante, no podía dejarlo. Estaba a nada de ser promovido a un puesto mucho menos demandante, y que venía junto con un notable aumento en su salario. Tenía que resistir un poco más, solo un poco.

Y, hablando de resistir... sus ojos prácticamente se cerraban solos, y no era algo bueno para alguien al volante, mucho menos con ese clima.

El joven aprovechó un semáforo en rojo para encender el estéreo de su coche. Creyó que una buena estación de radio podría distraerlo lo suficiente como para que no se durmiera, ni ocasionara un desastre. Desafortunadamente, solo se oían horribles y molestos sonidos, provenientes de los parlantes. Miró por la ventanilla. Un relámpago iluminó el cielo nocturno para dar el aviso de que, segundos después, tronaría, lo cual sucedió, poco después. Supuso que las antenas de radio se habrían dañado por la tormenta. Cambió un par de veces de estación sin tener éxito en el intento, hasta que, de pronto, pudo escuchar en medio del ruido de la interferencia una melodía instrumental que cada vez se oía más clara. Se encogió de hombros, pues era mejor que nada, y avanzó en cuanto el semáforo cambió a verde.

Un par de cuadras después, Yoongi se sorprendió en cuanto la música paró abruptamente, y fue más grande su sorpresa cuando escuchó a alguien carraspear. Frunció sus cejas y dirigió su mirada brevemente a la pequeña pantalla del estéreo. La estación no le resultaba conocida en lo absoluto, y ni siquiera tenía un nombre. Subió un poco el volumen, intrigado por lo que acababa de encontrar.


Bien, ya son las once y cuarto. Es hora de empezar. ¡Buenas noches, gente! ¡Soy Christian Chim Chim! ¿Cómo están? Espero que estén muy bien. Yo, por mi parte, estoy horriblemente mal. ¡Como si eso fuera una sorpresa! Es decir... cada día me escuchan quejarme de la vida, así que, seguramente, lo veían venir.


Yoongi soltó una extraña carcajada ante la manera de hablar del joven, como también por su apodo. Intrigado, siguió prestando atención.


¿Recuerdan que el otro día les hablé de mi jefe? Ese idiota volvió a gritarme. Esta vez, hasta me asusté. No sé qué clase de problemas pueda tener en su vida como para trasladarlos a su trabajo de esa forma... o tal vez sí lo sé. Sé muchas cosas que podría contarles ahora mismo, por el simple hecho de que revelarles cosas vergonzosas de su vida privada podría hacer que me sienta mejor, pero no soy esa clase de persona. Puede que sea peor, y que lo guarde para cuando pase la próxima y decirlo todo frente a todos mis compañeros. ¿No sería genial? ¡Imagínense la cara que pondría ese viejo! —rio—Ah, bien, pero eso no es lo único que pasó hoy.

Secret Radio Station [Yoonmin] [One shot] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora