c u a t r o

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Viernes.

La semana había transcurrido tranquila, incluso hablé con nuevas personas.

Hoseok llego ayer de Japón, pero no lo hemos visto, llegó cansado y nos dijo que nos veríamos hoy en el instituto.

Hoy desayuné solo, Sonyeol tuvo que salir temprano por cuestiones de trabajo. A lo mejor ser jefe no era fácil, pero casi no hablábamos de su trabajo.

Lavé y guardé lo que había usado, tomé mis cosas y salí.

Jungkook se encontraba ya en la parada como lo había estado haciendo toda esta semana. Me esperaba mostrándome su linda sonrisa de conejito, aunque a él no le gustaba que le compararan con dicho animal, yo aún lo seguía haciendo, era inevitable.

—Hola hyung ¿cómo estás? —Pasó su brazo por mis hombros apretándome hacia él.

—Bien, hoy desayuné solo, ¿tú qué tal? —Sonreí sin mostrar mis dientes.

—Dios, excelente, la semana al fin termina, quiero dormir hasta tarde —Suspiró sonriendo.

—Apenas comenzamos el instituto y ya estás exhausto. —Reí. —Nono así no se puede Jungkookie. —Negué con mi cabeza riendo.

—¡Mira quien lo dice! —Rió dándome un leve empujón. —Amas dormir y odias pararte temprano hyung, no me vengas que no deseas dormir hasta tarde. —Me señaló con su dedo indice.

—Está bien, lo admito. —Reí. —Por cierto, ¿hablaste con Hoseok? - Levanté mi vista gracias a la diferencia de tamaño.

—Sí, Hobi hyung dijo que nos veíamos allá.

Asentí.

El autobús no llegaba todavía, así que nos sentamos y reposé mi cabeza en el hombro de Jungkook como solía hacer todo el tiempo.

Empezaron a llegar más personas.

Respiré profundo y cerré mis ojos. Jungkook me abrazo más fuerte por mis hombros. Suspiré.

Unas risas me hicieron abrir mis ojos, y es que un grupo de chicas junto a dos chicos más, nos miraban divertidos y murmurando cosas.

Me tensé y mi respiración se hizo acelerada, ellos murmuraban cosas de nosotros, lo sabía. Apreté mis piernas clavando mis uñas en ellas.

—Jungkook... —Dije bajito.

Al parecer ya él se había dado cuenta de mi situación, así que tomó de mi barbilla para verme a los ojos.

—Yoongi hyung, tranquilo... ¿Sí? —Sonrió tratando de calmarme. —Respira, ya viene nuestro autobús.

Y era cierto, estaba llegando.

Pasamos al grupo de esos chicos y adentramos al bús.

Nos sentamos de últimos como de costumbre, yo siempre me sentaba en la ventana y Jungkook en el asiento junto a mi. Desde siempre había sido así.

Me relajé viendo el cielo nublado, al parecer esa tarde llovería, lo cual gusta. Me gusta cuando llueve, me relaja y puedo dormir mejor. Incluso de pequeño solía amar la lluvia, tengo recuerdos en los que me sentaba en la gran ventana de mi antigua casa a observar caer las gotas, mamá usualmente preparaba chocolate caliente para mi y para Sonyeol, solo que a él no le gustaba hacer lo mismo, así que éramos solo Mamá y yo. Ella acariciando mi cabello y contándome un cuento, que cada vez que llovía lo recordaba.

El cielo se puso gris de a poquito. Cada vez más oscuro, cada vez más lleno de nubes esponjosas, algodonosas, gordas y grises. La gente tuvo que encender las luces del interior de sus casas y los chicos pegaron las narices en los cristales de las ventanas para ver la lluvia que muy pronto comenzaría a caer. Las mamás cerraron las puertas y ventanas justo cuando el viento empezaba a levantar hojitas y tierra de las calles, formando pequeños remolinos en las esquinas.

Trust || Yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora