1 (BREVE ADELANTO)

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Mis padres estaban en el salón viendo la televisión y yo estaba en la cama, entonces se escuchó un fuerte golpe que provenía de la puerta de entrada, mi padre le dijo a mi madre que subiera corriendo y me escondiera, que no saliéramos de allí pasara lo que pasara, cuando mi madre subió yo estaba despierta sentada en mi cama, con ese pijama de color rosa y pajaritos que tanto me gustaba, mi rostro soñoliento cambió cuando vi el, por otra parte, descompuesto de mi querida madre, le pregunté y me digo que me escondiera y que no saliera pasara lo que pasara y viera lo que viera; me escondió en el armario que tenía en frente de la cama, luego ella se escondió detrás de la puerta para que pudiera verla y saber que no estaba sola, luego un fuerte disparo se escucho estrellando contra lo que parecía la pared, a continuación mi padre subió tan rápido como pudo y cerro el pestillo, él preguntó que donde me encontraba y mi madre señaló hacia mi escondite, mi padre se apresuró a abrir la puerta y me dio su móvil y un pequeño cuchillo —lo primero que me pasó por la mente era que así podría defender a mis padres, lo que no sabía es que luego iba a quedar paralizada por algo atroz—.

Se oían pasos subir la escalera.

Ellos estaban detrás de la puerta con un cuchillo cada uno. Y entonces sucedió. La puerta se abrió de golpe y el criminal se batió en una batalla contra mis padres, cuando ellos cayeron al suelo después de la tensión supe que iba a pasar lo peor, aunque quería apartar la vista no pude, tenia que saber el rostro del que más tarde buscaría para vengarme.  

Éstos se encontraban en el suelo arrastrándose para alcanzar los cuchillos, pero ese hombre puso su pie sobre la cabeza de mi madre y ¡PAM! Un disparo sordo resonó en la habitación, cubrí mi boca con mis manos y luego se acercó a mi padre, éste se puso de rodillas pero la sentencia estaba perdida, mirando los ojos de su castigador buscó el cuchillo y antes de poder vencer, el criminal le disparo en plena frente, haciendo que su cuerpo cayera desplomado al suelo, él hombre cogió una especie de collar que guardaba mi madre —el collar estaba compuesto por una cadena de oro y una gran piedra color rojo con un líquido en su interior— y se marchó tan rápido como llegó, luego salí y cayéndome al lado de los cadáveres tomé el móvil —en el cual solo habían tres números; el de mi madre, el de mi tía y el de casa— y tecleé el nombre que ponía "Naira"—mi tía—.

Cuando el teléfono dio señal y lo descolgó se escuchó la voz de una mujer de unos treinta años aproximadamente y de fondo sonidos de más gente como una especie de reunión.

—Hola Alan, ¿Otra vez has discutido con Naira?

—Tía...—se escuchaban mis sollozos a parte de hablar bajo, no me creía que se hubiera ido ya—

—¡Casandra! ¿Qué a pasado?¿Dónde está tu padre?

—Están...—mire los cuerpos—ellos ya no están, no respiran.

—¿Qué?—su voz pareció alterada pero la moduló para que no me diera cuenta—¿Qué a pasado?—se lo conté todo y entonces luego me digo—Casandra, prepara tu maleta y ves lo antes que puedas a la estación de avión, de inmediato voy a coger un vuelo para allá, toma lo más necesario y no pases demasiado en casa, sobre todo recuerda no hablar con extraños, ves derecha sin pararte y otra cosa, no pierdas el móvil, toma también el de tu madre—su voz subió de tono y ya no oculto su preocupación; estaba tremendamente alterada, yo solo me limité a asentir y entonces colgué—

Nada más colgar tomé unas sabanas y se las puse por encima a los cadáveres, sin tener tiempo para llorarles cogí una maleta de mi padre y metí unas cuantas prendas, fotos y algunas cosas de mis padres como joyas y retratos, igual que el móvil de mi madre. Miré atrás antes de irme y luego salí corriendo de la vivienda como alma que lleva el diablo. 

Las calles estaban plagadas de borrachos, mirara por donde mirara había gente; unos riendo, otros peleando, y muchos otros... ambas cosas, asustada no paré hasta llegar al aeropuerto que no era mucho más cálido que las calles—era una noche de extremo frío, tan solo iluminadas bajo el tenue destello de las farolas a punto de fundirse, recuerdo que casi en la entrada del aeropuerto me tropecé con un hombre joven de cabello largo y rubio, de hermosos ojos ámbar—en ese momento me quedé maravillada sin saber lo que hoy se que eran— le pedí perdón y seguí corriendo.

Cuando llegué mi tía tardó poco en hacerlo, corriendo con sus elegantes tacones de aguja color rojo y un estrecho vestido de fiesta del mismo color se puso de rodillas a mi lado y me estrechó contra su cuerpo.

—Tranquila Casandra, todo ha pasado, ya lo verás—miró mi equipaje, que arrojé a mi lado para abrazarla—¿Eso es todo el equipaje? —asentí—Está bien pequeña, compré dos billetes de avión para irnos, este no es un lugar seguro, mañana iremos a Inglaterra, aquí todo es peligroso—vi su desesperada mirada mirando todo el lugar—¿Te ha seguido alguien?—negué—Esta bien pequeña, esta bien.—su labio le temblaba, sabía que bajo esa dureza se encontraba una mujer llena de dolor por la muerte de su hermana y de su cuñado—Ahora debemos irnos, compré los billetes de ida y vuelta para el mismo día, por suerte tengo mis contactos en Londres —sonrió—

Ella se levantó con la elegancia propia de un felino, extendió su mano y yo la tomé, luego nos dirigimos al avión y nos pusimos en marcha hacia mi nuevo destino. Mi perdición teñida de elegancia.

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⏰ Last updated: Oct 19, 2018 ⏰

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Casandra  | Saga Álfar [#1] (PRÓXIMAMENTE)Where stories live. Discover now