Era una mañana lluviosa en la ciudad de Keyblade, era el día 25 de diciembre del año 2070, ya han pasado 30 años desde la catástrofe, y nada a mejorado, solo sigue al servicio la vieja estación de tren donde todos se transportan de un lugar a otro, la navidad ya no era la misma, ya que desde el día en el que todo se fue a la mierda, ya nada era lo de antes, las personas ya no sonreían, no se podía dormir tranquilamente, en la noche solo se escuchaban alarmas, disparos y a niños llorando, pero esto apenas era el principio del fin, mi nombre es Edward Kensword esta es mi historia.
Cada mañana me levanto a recorrer la ciudad junto con mi padre y mi abuelo en busca de provisiones, ellos siempre me mantenían detrás cubriéndolos, pero la lluvia no me dejaba ver mucho y solo escuchaba a lo lejos gruñidos de las bestias que aparecieron 5 años después de la catástrofe, yo todavía no nacía y tuve la mala suerte de nacer en esta época, ahora con mis 20 años he aprendido a sobrevivir gracias a ellos dos mi padre me enseño a fabricar armas y mi abuelo a dispararlas, aunque nunca conocí a mi madre y no sé si tuve hermanos no me interesa mucho ya que los tengo a ellos, mi arma favorita siempre será la misma mi, Mark-Mp76, lo mejor de esta arma es que solo necesita una gota de sangre para cargarla al máximo.
Cuando llegamos a una vieja cafetería para buscar algo mi padre se quedo vigilando y mi abuelo entro primero para asegurarse de que no hubiera nadie, cuando me hizo una señal para que entrara, me dirigí a la cocina para inspeccionarla, cuando teníamos un poco de tranquilidad nos repartíamos la carga para meterlas en el "Transport-Cube" un dispositivo de almacenado infinito que invento mi abuelo, cuando era medio día y habíamos registrado varias casas y establecimientos decidimos entrar a la vieja estación de trenes , cuando entramos, unos militares de los pocos que quedan, nos registraron, cuando nos dejaron pasar me percate de que el lugar estaba infestado de distintas criaturas, una era un tipo oso del tamaño de un perro con las patas en llama, otra era un dragón de cómodo muy pequeño como un perro igual con alas y una cresta distinta para cada uno, una era de fuego, otro hielo, otro era una estela de sombra, eran tantas que no se describirlas, cuando llego el tren, el suelo tembló un poco y las criaturas se escondieron, hasta que las personas las llamaron y se subieron todos juntos al tren, no lo podía creer esas cosas eran las mascotas de las personas, fue cuando mi padre y mi abuelo dijeron que no teníamos nada que hacer ahí y que nos fuéramos, hasta que una señora llego corriendo con nosotros, y llorando nos dijo.-Por favor ustedes, ayúdenme mi hija se metió en el carril prohibido y solo la escuche gritar y no volvió.
-Tranquila señora, nosotros nos encargamos le diremos a unos militares que...- Ella interrumpió a mi abuelo diciendo.
-Esos malditos "militares" no harán nada para salvarla, por favor solo ustedes están armados.
-Abuelo, ella dice la verdad, no sé como lo sé, pero siento que dice la verdad, así que señora ¿tendrá una foto de su hija?- Le dije a mi abuelo y a ella
-Si, mira es ella- Las señora saco una foto de una chica muy hermosa rubia y de ojos claros- tiene 19 años y es casi de tu estatura, gracias te lo agradezco.
-Tranquila le aseguro que la encontraremos, se lo prometo- Puse mi puño en mi pecho mientras lo juraba y le pregunte- El carril prohibido es el que está bloqueado en esa esquina ¿verdad?, ¿por qué lo bloquearon?- Pregunte
-Ese camino es el mal recuerdo de lo sucedido en el tren fue justo hace 25 años, cuando empezaron a salir esos monstruos al parecer por la radiación algunas personas y bestias guía se transformaron en algo a lo que los militares le conocen como sanguinarios, te explicare antes de que mi hija naciera, esas criaturas que vez junto con las personas establecimos un gran vinculo, pero un día se escucho esa alarma y el techo de ese carril colapso, los sanguinarios infectaron a los BG que son nuestras mascotas, y a los humanos que estaban ahí, uno de esos era mi hermano que logro salir pero cuando llego conmigo el comenzó a cambiar, de su cuerpo le salían piedras en forma de pico y un militar llego y le disparo en la cabeza... no es un día que quiera recordar.
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Ragnarok: El templo perdido
FantasyEdward, un chico de 17 años viaja a lo largo del mundo para poder solucionar lo que los demas arruinaron, junto a sus compañeros, pero para el las cosas nunca han sido faciles, descubriendo una antigua creencia nordica, el se da cuenta que el mito s...