-Nos creemos fuertes cuando somos débiles y nos creemos débiles cuando somos fuertes-
EL AZUL DE TUS OJOS
Quién podría decir que un solo gesto hace tanto daño. Un regalo destruye tanto. Una palabra lo rompe todo.
¿Qué pasa cuando sientes que tu peor pesadilla se vuelve realidad? ¿Cómo sales de esa oscuridad cuando tu luz se ha ido? ¿Cómo haces para estar sin tu pilar de vida?
Julisse O'Conell, mi hermana mayor estaba justo delante de mis ojos. Su aspecto estaba demacrado, piel palida, vestido negro, unas ojeras negras muy notorias debajo de sus ojos aunque estaban ligeramente tapadas por un maquillaje para disimular aquellas ojeras. Esta no parecía mi Lisse. Estaba apagada, sin luz... estaba muerta. Acostada en una especie de ataúd con flores de todo tipo que iba dejando la gente al pasar delante suya y derramando lágrimas que a mi parecer eran falsas.
Rosas, amapolas, girasoles, casi todo tipo de flores estaban allí, pero ninguna era la favorita de Lisse. Cogí el ramo de hibiscos blancos y se los puse al lado y le sonreí brevemente como si ella me pudiese ver.
-Ojalá fuera esta una de tus bromas, -comencé a decir- te levantarías y nos dirías con tu maravillosa sonrisa que no nos preocupasemos... Pero este no es el caso. Te has ido Lisse, pero para mi siempre estarás a mi lado. Te quiero Julisse , echo de menos ese azul de tus ojos.-dije para luego ponerme a llorar y sentir a mi madre abrazándome con fuerza mientras me susurraba palabras dulces para que me tranquilizara. Después de ese momento en la iglesia, fuimos al entierro. Cuando menos me lo esperé me encontraba sola delante de la tumba de Lisse y mirandola mientras lloraba, mi madre puso una mano en mi hombro y mi padre me acaricó la cabeza de forma cariñosa.
Nos dirigimos al coche mientras de vez en cuando mirabamos atrás haciendo que una sensación de vacio y culpa se instalara en mi pecho. Cuando nos empezamos a alejar mientras ibamos en el coche mis ojos se cerraron así intentando soñar algo, y así fue; mi hermana apareció en mis sueños.
-¡Vamos Ara! Llegaremos tarde y será por tu culpa -dijo canturreando un poco molesta
-¡Ya voy! ¡Simplemente deja que me ponga los zapatos! -dije mientras bajaba las escaleras dando saltitos mientras intentaba ponerme el zapato izquiero.
Lisse me miraba divertida y cogió mi zapato y me ayudo a ponermelo con facilidad.
-Vamonos ya saltamontes, no vaya a ser que se te de por hacer alguna otra locura -dijo sonriendo
-Pero antes no os vaís sin darle un beso a mamá -dijo nuestra madre apareciendo con una sonrisa, le devolvimos la sonrisa y le dimos un beso en la mejilla- ahora id ya, Darek os tiene que estar esperando en le coche para llevaros.
Simplemente asentimos y nos despedimos de nuestra madre y nos pusimos a caminar hasta el coche mientras bromeabamos y nos molestabamos entre nosotras.
Sentí una mano en mi mejilla sacándome de mi sueño y haciendo que abriera los ojos. Era mi madre con sus ojos llenos de tristeza pero aún así tenía una sonrisa en la cara.
-Ya hemos llegado, será mejor que vayas a tu habitación a descansar -me dice ayudándome a bajar del coche.
Le di un leve asentimiento de cabeza y me encaminé hacía la habitación de mi hermana y me tiré en su cama dando así el inicio de un mar de lágrimas que no iba a cesar hasta dentro de un buen rato y de un momento a otro me quedé dormida.
Me desperté de golpe por un ruido y unos gritos, salí al pasillo y me asomé a las escaleras y vi que mi padre y mi madre estaban peleando mientras llevaban una carta en mano.
-¡No lo entiendes Indiana! ¡Esto va a ser nuestro fin! ¡Si alguien llega a saber lo de Aratea será nuestra ruina! -gritó mi padre muy enfadado. Al oír mi nombre me empecé a centra un poco más en la conversación.
-Baja la voz Joshua, te recuerdo que Ara está arriba durmiendo y necesita descansar después de lo de hoy. -dijo mi madre relajada - Si quieres hablar de esto, hablaremos mañana. Hoy no estoy de humor para seguir con esta conversación, Aratea es tu hija y tendrías que tener un poco de respeto por ella- después de decir eso mi madre se fue al salón y yo corrí de nuevo a la habitación de Lisse pensando en esa breve discusión de mis padres.
P.O.V. OMNISCIENTE
Cuando la joven pelirroja volvió a la habitación en la que estaba antes y empezó a llorar mientras agarró en sus manos aquellos libros que le había dado su ya difunta hermana antes de morir. Cogió el primer ejemplar de aquellos libros y tiró al suelo. Empezó a gritar y a llorar diciendo que quería aquel nuevo mundo que tanto le había dicho su hermana, lo que ella no sabía es que alguien estaba a punto de hacer su sueño realidad.
P.O.V Aratea
Grité. Grité como nunca pude haber gritado y después la tranquilidad se hizo presente en mi, pensé que mis padres vendrían para ver porque gritaba, pero no fue así.
Había demasiado silencio en la casa por lo que decidí ir a ver porque la razón de aquel silencio. ¿Sabes esa sensación que vives en los sueños cuando empiezas a caer desde un enorme edificio? Pues es lo que estoy sintiendo yo ahora mismo. Cuando abrí la puerta de la habitación comencé a caer a una velocidad vertiginosa mientras un frío se apoderó de mi cuerpo y mis gritos se hacían eco entre aquel cielo azulado con toques rosas. Hasta que de repente paré de caer, sentí las manos de alguien rodear mi cintura y tirar de mi hasta una superficie rugosa y dura. Miré a todos lados...¿Dónde demonios estoy? Seguí mirando hasta que mi vista cayó encima de un chico que estaba tras de mi con una sonrisa socorrona.
-¡Bienvenida a Ignadia! Tus plegarias han sido escuchadas -dijo con un deje de diversión y dureza en su tono de voz.
-¿Qu...? -no era capaz de articular una sola palabra, y de repente cuando pensé que esto no podría ser más raro una mujer con alas -que al tocar el suelo desaparecierón- se acercó a mi y me sonió y empezó a hablarme.
-Me llamo Carissia y desd... - un montón de sensaciones se hicieron presentes en mi, y al instante me desmayé esperando que esto fuera un sueño.
P.O.V Carissia
Cuando empecé a hablar la chica pelirroja se desmayó al instante haciendo que Peter comenzara a reir.
-¿Y esas risas? Te recuerdo que cuando tu llegaste por primera vez tu reacción fue igual o incluso peor -ese comentario que hice fue lo suficiente para que Peter callara y mirara al suelo avergonzado causando esta vez mi risa.-Llévala a mi habitación y déjala descansar ahí, vigílala y cuídala, y si necesitas algo avísame.
-Entendido mi capitán -dijo burlonamente Peter mientras hacía un saludo militar con su mano, haciendo que negara con la cabeza mientras reía por su forma de ser y después de eso comencé a caminar hacía la sala de reuniones...Ya veo venir otro enfado porque hay otra humana en Ignadia.
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Lost in time
Teen FictionAratea O'Conell es la futura heredera de el clan O'Conell. La princesa maldita es como siempre la llaman gracias a la "maldición" que tiene su familia. Ella no quiere vivir la vida que quieren sus familiares y por eso se refugia en sus libros. Sueñ...