I - El inicio.

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     Allí estaba de nuevo. El albino de pocas palabras que tan solo expresaba su opinión egoísta cuando lo veía necesario pues nadie era merecedero de sus palabras. Cuánta rabia le ocasionaba eso a Sora, quien no veía a Riku como más que un simple imbécil con complejo de grandeza, y cuan equivocado estaba Riku al sentirse así, pues no era más que un simple alumno sin importancia.

     O eso decía Sora para justificar todo su odio hacia Riku.

     Siempre tan sereno, de semblante serio pero relajado. No hacía absolutamente nada hasta que el profesor entrase por la puerta del aula, pues no mucha gente se acercaba a intercambiar palabras con él. Y aunque eso le pesaba un poco a Sora, siempre repetía que lo tenía bien merecido por ser tan odioso. Y sin darse cuenta, ya tenía un rato observando al albino, con su típica expresión de furia reprimida mientras a su vez golpeteaba incesantemente la madera blanquecina de la mesa. Roxas, imperturbable, observaba a su gemelo. Debía admitir que estaba un poco cansado de todo el odio injustificado que Sora le tenía a Riku y que además, le daba más atención de lo normal al más pálido por razones totalmente salidas de contexto.

     Más de una vez se lo había platicado a Cloud, y su padre sólo le decía que le diese un poco de tiempo a Sora. Pero ¿cuánto más tiempo tenía que observar el comportamiento infantil de su hermano? Sentía que ya era demasiado. Desde la época más inocente de los hermanos Leonhart, el jardín de niños, Roxas ha estado consciente de que Sora simplemente no tolera a Riku. Quizá en aquella edad no podían comprender ese tipo de sentimientos, pero el rubio puede recordar a su gemelo armando berrinches porque Riku se negaba a compartir los juguetes con él. Y aquello sólo iba en aumento, pues en primaria Riku participa en todas las carreras y competencias estudiantiles, y el castaño no soportaba observar la arrogancia del albino cada vez que éste ganaba una competencia y dejaba en claro que nadie era mejor que él.

     Quizá su odio estaba justificado, ¿pero por qué ahora? Riku había cambiado desde entonces. Se le veía bastante maduro, tranquilo y respetuoso. ¿Debía darle más tiempo a Sora?

     ¿O debía ayudarlo a cambiar su realidad?

     Un gruñido por parte del castaño le sacó de su pequeño trance, y dirigiendo su mirada hacia él pudo observar que aquel entrecejo no hacía más que ceñirse. Suspiró agotado, y extendiendo su mano golpeó sin mucha fuerza al moreno frente a él, quien entonces dirigió su mirada de odio a su hermano y luego la relajó sonriendo apenado.

     —Lo siento —murmuró suspirando. Apoyó entonces el codo sobre la mesa, y a la vez, apoyó su rostro en la palma de su mano. Abultó sus labios y le dedicó una mirada de desdén al rubio frente a él. —Sé que te agotan estas cosas —.

     Se sintió considerado en la novela en la que él sólo era personaje secundario, y sonriendo con calma colocó una mano en el cabello castaño del contrario, despeinándole sólo un poco. —Está bien, tonto. Pero deberías dejar de mirar tanto a Riku, va a creer que lo quieres matar —Sora bufó. —O que quizá te gusta —Roxas comenzó a reír con fuerza ante la evidente cara de molestia que puso su hermano, dándose la vuelta para ignorar entonces la ráfaga de insultos que caerían sobre él.

     En eso consistía la vida de aquellos jóvenes, soportar el odio de Sora hacia Riku.

     Por otro lado, la pelirroja, Kairi, no podía comprender aquello. Sabía que Riku fue una persona insufrible durante muchos años de su vida. Se negaba rotundamente a compartir sus cosas con los demás, repetía que nadie estaba a su nivel, no tomaba en cuenta la opinión de los demás, y por si fuera poco, tampoco le interesaba lo que pasaba a su alrededor. Él se enfocaba en sus problemas, importándole muy poco los de los demás, y tampoco dejaba que nadie se atreviera a meterse en sus asuntos. Pero, aún así, ella podía afirmar y reafirmar sin titubear que el más alto había cambiado muchísimo desde entonces. Riku había comprendido que lo que hacía estaba mal, pero sentía demasiada vergüenza de sí mismo como para demostrarlo.

     Por ello, se había vuelto tan callado, y sólo decía palabra cuando realmente lo veía necesario.

     Kairi lo sabía, ella lo había acompañado en todo su crecimiento personal, y estaba totalmente orgullosa de él. Riku es como su hermano mayor, y Sora es un gran amigo para ella. Y no podía soportar la indiferencia entre ambos por situaciones pasadas. Tenia claro que Sora, más que nadie, odiaba el egoísmo y la injusticia, y que por cosas como esas sentía gran furia contra Riku. Sabía también que no podía obligarlo a nada. Pero, ¿Y Riku? ¿Cómo se sentía él frente a todo eso? Simplemente no lo sabía pues no se atrevía a preguntarle al más alto sobre aquella situación.

     Aún así, sólo buscaba un poco de aceptación, y tal vez, unión.

     Suspiró desanimada, llevando su mirada al frente, donde estaba Xion, su mejor amiga y delegada de la clase. Ésta le miraba esperando una respuesta, más Kairi debía admitir que lo que menos había hecho en ese momento era escucharle. Por lo cual, apenada, se atrevió a decir: —Lo siento, no te escuché—.

     La pelinegra, por su parte, sonrió comprensiva. Sabía que su mejor amiga estaba más preocupada que nunca por toda aquella situación que rodeaba a Riku y a Sora, y no podía molestarse con ella pues en cierto punto también le preocupaba. —No te preocupes Kairi, está bien. Lo que había dicho es que se me había ocurrido un proyecto para este lapso escolar—.

     —¿Ah sí? ¿en qué consiste?— enfocó ésta vez su mirada y atención en la chica frente a ella, la cual sólo pudo reír ante la exageración de la pelirroja.

     —Pues, te había comentado sobre un algario durante las vacaciones— la pelirroja asintió. —Había pensado en comentarle esto al Profesor Even, sabes que le interesan mucho esas cosas y podría estar de acuerdo conmigo en realizar este proyecto para la clase de Biología. Sería en parejas y podría presentarse al final de la clase, explicándose la especie favorita de cada pareja— Kairi asintió emocionada. Xion solía platicarle de sus ideas, pues éstas siempre eran comentadas a los profesores tomándose como medio para evaluar la clase.

     —¡Es una gran idea, Xion!- apoyó entonces. Xion sonrosada murmuró un Gracias el cual Kairi respondió con una sonrisa. En ese momento retrocedió en las palabras de Xion, viéndose interesada en el número de integrantes que conformarían aquel trabajo. —Dijiste que seria en parejas, ¿no es así?— Xion asintió algo confundida, más restándole importancia al repentino interés de la pelirroja en aquello. De un segundo a otro, se vio sobresaltada, pues Kairi había sobrepasado cualquier barrera de Espacio personal tomando los hombros de su mejor amiga. —Dime, por favor, que tú vas a elegir esas parejas—.

     —No lo sé Kairi, eso es decisión del profesor...— desvió la mirada.

     —No, no lo es. Harás un sorteo y a propósito pondrás a Sora con Riku en aquel trabajo— murmuró, cuidando de que nadie, ni siquiera por error, pudiese escucharle.

     —¿Estás loca? ¡No puedo hacer eso! Van a negarse a trabajar juntos y no quiero que me reclamen— exclamó alterada. Odiaba que los demás tuviesen una queja sobre ella, le hacía sentir insegura sobre lo que hacía y en sí, ya tenía suficientes inseguridades como para agregar más a esa lista.

     —No permitiré eso— habló con seguridad, que no solo se reflejaba en su tono de voz, si no también en sus destellantes ojos azules. En aquel instante, el profesor Even hizo aparición, pidiendo disculpas por su evidente atraso. —En cuanto el profesor termine su introducción, irás a plantearle tú idea y harás lo que te dije, con cuidado de que nadie lo note— la pelinegra asintió aturdida, o tal vez temerosa. No estaba totalmente segura de aquello, pues era algo torpe al trabajar bajo presión, pero si Kairi estaba segura sobre aquella idea, entonces todo estaría bien.

     Su plan había comenzado.

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⏰ Última actualización: Feb 09, 2019 ⏰

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