No llegue pronto al puente. Ahora pienso y digo a los arboles del bosque por si por ventura tu estás escondido entre las tinieblas. Escuchame.
"Querido.Tus pretextos no son relevantes ahora que el puente está desierto, y aún tambalea por tu impulso. Yo te quiero y te querré siempre. Miro al cielo a ver si estás en alguna estrella, o esperandome bajo mi ventana. Fumando un cigarro, argumentando de algún modo, pareciendo indiferente a mis atenciones. Pero yo era la indiferente, ¿cómo podía pensar que eras de piedra? Mi admiración hacia ti me limitó para no mirarte como el ser tan curioso que eras. Cometí el error de definirte rápidamente. Cometí el error de huir cuando te avistaba cercanamente. Pero ya nada vale. Ningún recuerdo. Porque tu ya no estás, solo puedo dejarte unas palabras que jamás escucharás. Tu muerte si fue escuchada, gritada, aullada, clavada en mi corazón como un rayo en la tempestad que hubo esta tarde, la naturaleza supo que no estabas y envío una de las lluvias de las que me hablabas. Esa lluvia que ya no te moja tu rostro, esa lluvia que le encantaba que hicieras una poesia con cada gota que caía en tu cabeza. Ahora moja la tierra en la que yaces haciendote una poesia. Los versos que olvidan el hecho último, lo humedecen y al secar quedan las cosas buenas. O eso esperamos todos. O a eso nos esforzamos todos. Y esperando que no sea una quimera quiero decirte adios en este parrafo. Porque no podré callarme más como lo hice en estos años."
