Las anécdotas de los muertos olvidados

Historia anónima Parte 1

Cuando revisaba las cosas de la pequeña cabaña de mi difunto abuelo, encontré un álbum de fotos entre dos cajas de acero.
La caja derecha, de color rojo con la inscripción "Roma VI", estaba cerrada con candado, cosa bastante intrigante pero que será una evidencia de un misterio igualmente enigmático.
Cuando termine de revisar la caja izquierda de herramientas de carpintería, me senté en la caja roja para hojear el álbum. Aquel libro tenía un recorte de periódico aunado con dos hojas dobladas. Las desdoble y, al terminar de leerlos, me sentí tan aturdido que es mejor que ustedes lean la transcripción que hice (porque mi abuelo no escribe tan bien que digamos) para contar mis reflexiones ante tal texto:

Ricardo era un retardado inconsciente, ¡no puedo creer lo tonto que fue para caer en la trampa de esa cosa! Yo sabía que algo andaba mal en esos encuentros...
El cuerpo no recuerdo donde lo dejé, pero no pienso indagar en ello, no quiero preocupar a mi familia de nuevo, ya tengo bastante con la muerte de mi amigo por mi promiscuidad. Si tan solo me hubiera conformado con mi esposa esto no estaría pasando... no, el problema fue que yo invite a mi amigo. ¿Por qué ese estúpido siguió con aquel ser que le arrebato la vida, a pesar de las imágenes que tome y de las que ahora han puesto en peligro mi vida? El amor aturde a la gente o eso es lo que dicen.

Aunque me gustaría que la policía intervenga he tenido que descartar tal idea porque no quiero perder a la esposa que me ha querido incondicionalmente y más con la muerte de un gran amigo.

Esas cosas saben lo que hice y buscan lo que he escondido, ¡maldita sea!

Necesito algo que proteja a mi familia aunque eso signifique la muerte, pero, para el traicionero que soy es lo menos que me merezco.

Estúpido Francisco.

Estuve apunto de conseguir gente para protegerme e investigar a esas cosas para exhibirlos ¡pero los idiotas no se lo toman en serio!

Recuerda poner las hojas en el álbum porque ya son dos veces que olvidas donde las pusiste, Francisco idiota con alzheimer.

Están rondando el jardín de mi casa... malditas cosas.

Me he tenido que trasladar a mi cabaña, vaya problema el de convencer a mi familia de mi viaje, es mejor que me aleje antes de que suceda algo que involucre a mi familia.

¡Lo tengo!, sé como matan esas cosas, su rastro es tan nimio que se hace pasar por muertes naturales, solo debo de encontrar la forma de conseguir que se mantengan alejados con mis pruebas... aunque creo que me tomaran como un lunático si las hago públicas, aparte de que estos seres no son nada tontos para dejarme chantajearlos tan fácilmente... necesito modificar la verdad para que sea más digerible.

Escucho crujidos en el techo, siento que mencionan mi nombre, escucho como caminan en el patio... tengo miedo, Dios, por favor perdona mi pecado y no permitas que nada me pase.

Han entrado a la cabaña esta tarde y se han llevado mis papeles y fotografías, gracias a Dios que no se llevaron la evidencia de sus crímenes, pobres imbéciles.

Tengo demasiado miedo, estoy escondido en el cuarto secreto del suelo y puedo escuchar su horrísono lenguaje, ¡es incomprensible! En momentos pensé que me quedaría sordo por sus rugidos o balbuceos o lo que fuera eso.

He movido las evidencias al cuarto secreto y he dejado la caja roja con llave para ver si se la llevan y, en el momento que quieran abrirla, exploten por la carga de pólvora que contiene adentro, espero que no la traten de abrir aquí.

Aquí concluye el texto de las dos hojas de mi abuelo. Realmente no sé qué pensar, tengo tantos sentimientos encontrados.
La caja roja me ha dado tanto miedo que me he alejado de ella al terminar la lectura, no he parado de buscar el cuarto escondido; el cuerpo de mi abuelo encontrado en el bosque y su muerte ocasionada por un "derrame cerebral" me han dejado pensando tanto que tengo miedo de encontrar algo que no debo.
Sinceramente me cuesta un poco creer porque todas las evidencias o no las tengo o son difíciles de comprobar. Pero, a pesar de todo, le daré el beneficio de la duda así que, amigo mío, te empezaré a enviar todas mi deducciones como cada una de las cosas que vaya descubriendo sobre esto (si es que las hay).