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21-Diciembre.

Caminaba por las frías calles de Busan, sintiendo como todo su cuerpo se inundaba de pequeños escalofríos por cada paso que daba.

A pesar de llevar una bufanda gigante rodeando su cuello, podía sentir como su nariz se congelaba al igual que sus orejas y rostro.

El frío que salía de su boca provocado por el calor de su cuerpo y el frío de la ciudad cada vez se formaba más espeso.

Los minutos pasaban y las calles cada vez quedaban más frías y solitarias.

Avanzo unas cuantas cuadras más hasta que por fin halló una cafetería abierta.

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-¿Peach Coffee?, suena lindo, pero a la vez es un nombre extraño para una cafetería- Fue lo primero que pasó por su mente antes de empujar la enorme puerta de cristal, haciendo sonar una pequeña campanilla, así alertando que había un nuevo cliente.

No tardó mucho en aparecer un simpático joven, que llevaba puesto un mandil negro y junto con el traía un pequeño menú en las manos.

-Buenas noches- Da una pequeña reverencia- Bienvenido a "Peach Coffee", estamos las 24 horas, los 7 días de la semana a su disposición- Da nuevamente una pequeña reverencia- A delante Joven...

-KyungSoo, Do KyungSoo- Responde alegremente devolviendo la reverencia.

-Adelante joven KyungSoo, para su buena suerte la cafetería está casi vacía, así que se puede acomodar donde más le guste- Con una sonrisa un tanto tierna, da una última reverencia para después apuntar con el menú que tenía en las manos el camino que KyungSoo debía tomar.

KyungSoo siguió las indicaciones del mesero, logrando así entrar a una gran sala, en la cual solo habían dos personas, una anciana y un chico moreno de no más 24 años.

Entre todas las mesas había una que llamó totalmente su atención; Era una mesa para dos personas, posicionada justo enfrente de un enorme ventanal, dando así una impresionante y amplia vista de la ciudad.

Se dirigió hasta la mesa que era de su gusto, sacó su móvil y cartera de la polera que traía puesta y la dejó sobre la mesa, para así poder quitarsela y quedar en su suéter blanco de cuello de tortuga que tanto le gustaba.

Se sentó y comenzó a pensar antes de que tan siquiera tuviera un menú en las manos que iba a ordenar.

-Capuchino o...- Se detuvo y miró a su alrededor para ver si alguien lo había escuchado, ya que hablo un poco (bastante) alto.

Fue ahí cuando se dio cuenta de que la mujer mayor ya se había ido, y también se fijó de que el chico de piel morena que estaba a escasas mesas de el no le quitaba la mirada de encima.

-¿Pero que mier...- Piensa KyungSoo, ya que a pesar de haber hecho contacto visual con el moreno por unos cuantos segundos, este ni se inmuto.

El ambiente se volvió cada vez más tenso, sentía cada vez la presión por parte del moreno en su frente, justo como un cazador cuando ya localizó a su presa.

-Buenas no...- Soo al escuchar la voz del mesero pego un pequeño salto, ya que lo había tomado por sorpresa, sin contar que estaba nervioso por lo que le había pasado hace unos segundos atrás.

Justo en el momento que le mesero se estaba disculpando con KyungSoo por asustarlo, al otro lado de la sala se podía escuchar una gruesa risa. La cual era provocada por el moreno que aun no le quitaba la mirada.

KyungSoo sintió su rostro arder; Y sus orejas, junto con sus mejillas comenzaron a tomar un tono carmesí. Avergonzado ordenó un capuchino y bajo la mirada cuando el mesero se fue.

Peach Boy~🍑 [KaiSoo ; OS] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora